VENGANZAS
Fernando Rodríguez
Cuando no anda insultando y maldiciendo, el
Gobierno proclama el diálogo y la reconciliación, y hasta ha montado una trampa
cazabobos llamada la Conferencia de paz. Y, ahora, una inverosímil Comisión de
la verdad, nada menos que en la Asamblea Nacional, ente desprestigiado, que ni
legisla porque habilitó a Maduro, que no controla porque es cómplice de todo
los desafueros del Ejecutivo, que ni siquiera es capaz de nombrar un montón de
cargos vencidos en los otros poderes. Además, la tal comisión quedará en manos
de la fracción gobiernera, que lo único por lo que se ha destacado es por su
capacidad de agredir y hasta golpear a sus colegas opositores. Y para que no
quede duda de su insania política, la preside el campeón indiscutido en el arte
de la antipolítica, la incultura y el insulto, el capitán Cabello. No hay ni
qué decir lo que se puede esperar de ésta: mentiras torpes y alevosas.
Ese mismo Gobierno que le pide diálogo a todo bicho
viviente, hasta al Imperialismo gringo, para lo cual, dicho sea de paso,
encarga al ya nombrado capitán, seguramente también sutil diplomático, ahora se
le ocurre arremeter por ahora, a través de uno de los poderes judiciales más
serviles del planeta, desconociendo los más elementales derechos procesales,
contra una diputada y dos alcaldes, electos por el pueblo al que deberían
respetar.
Todo ello basado en un invento estrafalario de un golpe de Estado,
sin militares ni armas, y no en el reconocimiento de que hay un pueblo
colérico, en alto grado y con todas las razones para estarlo, por los desmanes
económicos y políticos heredados del Sempiterno y que este Gobierno continúa y
empeora, como saben todos y cada uno de los venezolanos que lo padecen todos
sus fatigantes días, incluidas sus lóbregas noches llenas de silencio y
acechanzas mortales.
Estas torpes venganzas por el torrente protestatario nunca visto
en el país, se han centrado en los líderes del partido Voluntad Popular y
adyacencias. Hasta donde se puede estimar, dicha organización, muy nueva, no
contaba sino con cifras inferiores al 10% de los votantes, así se deba
considerarla en crecimiento. Una pregunta matemática que se podría hacer el
gobierno es si un grupo político de esas dimensiones es capaz de controlar
gigantescas cantidades de venezolanos de todas las regiones en prolongadas
protestas, en muchas de las cuales han asumido riesgos muy ciertos. O por el
contrario, estudiantes sin futuro y otros ciudadanos desesperados por su
indeseable calidad de vida y la criminal represión, de todos los colores o sin
color, son los actores fundamentales de esta movilización popular, realmente
histórica. La respuesta gubernamental a la crisis no ha sido sino la propia de
mentalidades policiales y militares encanalladas y jueces inescrupulosos y no
la de estadistas y demócratas, capaces de dialogar y unir.
Estamos seguros que ésta no podrá vencer, las multitudinarias manifestaciones en todo el país del pasado sábado así lo demuestran (por cierto invisibilizadas por nuestra TV cada día más bellaca). Por el contrario, generará deshonrosas matrices como la de torturadores y asesinos de estudiantes y, pronto de hambreadores del pueblo, porque ciertamente van a arreciar los males económicos que hoy ya nos aplastan. Lo cual, es seguro, va a tener un doloroso costo que se suma al que ya tiene.
Y un final distinto, ahora imprevisible, al que los represores desean.
Estamos seguros que ésta no podrá vencer, las multitudinarias manifestaciones en todo el país del pasado sábado así lo demuestran (por cierto invisibilizadas por nuestra TV cada día más bellaca). Por el contrario, generará deshonrosas matrices como la de torturadores y asesinos de estudiantes y, pronto de hambreadores del pueblo, porque ciertamente van a arreciar los males económicos que hoy ya nos aplastan. Lo cual, es seguro, va a tener un doloroso costo que se suma al que ya tiene.
Y un final distinto, ahora imprevisible, al que los represores desean.
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