lunes, 24 de marzo de 2014

VENGANZAS
Fernando Rodríguez
Tal Cual

Cuando no anda insultando y maldiciendo, el Gobierno proclama el diálogo y la reconciliación, y hasta ha montado una trampa cazabobos llamada la Conferencia de paz. Y, ahora, una inverosímil Comisión de la verdad, nada menos que en la Asamblea Nacional, ente desprestigiado, que ni legisla porque habilitó a Maduro, que no controla porque es cómplice de todo los desafueros del Ejecutivo, que ni siquiera es capaz de nombrar un montón de cargos vencidos en los otros poderes. Además, la tal comisión quedará en manos de la fracción gobiernera, que lo único por lo que se ha destacado es por su capacidad de agredir y hasta golpear a sus colegas opositores. Y para que no quede duda de su insania política, la preside el campeón indiscutido en el arte de la antipolítica, la incultura y el insulto, el capitán Cabello. No hay ni qué decir lo que se puede esperar de ésta: mentiras torpes y alevosas.
Ese mismo Gobierno que le pide diálogo a todo bicho viviente, hasta al Imperialismo gringo, para lo cual, dicho sea de paso, encarga al ya nombrado capitán, seguramente también sutil diplomático, ahora se le ocurre arremeter por ahora, a través de uno de los poderes judiciales más serviles del planeta, desconociendo los más elementales derechos procesales, contra una diputada y dos alcaldes, electos por el pueblo al que deberían respetar.
Todo ello basado en un invento estrafalario de un golpe de Estado, sin militares ni armas, y no en el reconocimiento de que hay un pueblo colérico, en alto grado y con todas las razones para estarlo, por los desmanes económicos y políticos heredados del Sempiterno y que este Gobierno continúa y empeora, como saben todos y cada uno de los venezolanos que lo padecen todos sus fatigantes días, incluidas sus lóbregas noches llenas de silencio y acechanzas mortales.
Estas torpes venganzas por el torrente protestatario nunca visto en el país, se han centrado en los líderes del partido Voluntad Popular y adyacencias. Hasta donde se puede estimar, dicha organización, muy nueva, no contaba sino con cifras inferiores al 10% de los votantes, así se deba considerarla en crecimiento. Una pregunta matemática que se podría hacer el gobierno es si un grupo político de esas dimensiones es capaz de controlar gigantescas cantidades de venezolanos de todas las regiones en prolongadas protestas, en muchas de las cuales han asumido riesgos muy ciertos. O por el contrario, estudiantes sin futuro y otros ciudadanos desesperados por su indeseable calidad de vida y la criminal represión, de todos los colores o sin color, son los actores fundamentales de esta movilización popular, realmente histórica. La respuesta gubernamental a la crisis no ha sido sino la propia de mentalidades policiales y militares encanalladas y jueces inescrupulosos y no la de estadistas y demócratas, capaces de dialogar y unir.

Estamos seguros que ésta no podrá vencer, las multitudinarias manifestaciones en todo el país del pasado sábado así lo demuestran (por cierto invisibilizadas por nuestra TV cada día más bellaca). Por el contrario, generará deshonrosas matrices como la de torturadores y asesinos de estudiantes y, pronto de hambreadores del pueblo, porque ciertamente van a arreciar los males económicos que hoy ya nos aplastan. Lo cual, es seguro, va a tener un doloroso costo que se suma al que ya tiene.

Y un final distinto, ahora imprevisible, al que los represores desean.



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