miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mi héroe es mas héroe que el tuyo


OLGA K

No sé… no sé…
El tema de héroes y heroínas me puede. Es más, me irrita.
Siento que me quieren sacar de la vida real-verdadera y quieren meternos a la fuerza dentro de una página de libro de Historia donde no pertenecemos todavía.
Porque una cosa es leer la historia y, estarla viviendo mientras ocurre, es otra muy distinta…harto menos glamorosa y bastante más básica.
El hoy, el aquí y el ahora, – dejémonos de “historias”-, es un espacio de forcejeo, de supervivencia, de conservación y resistencia, de aguante e ingenio, de frágil balance entre iniciativa, razonamiento y albur.
Pero resulta que en paralelo a la lucha diaria de todos –esa sí- titánica y heroica, por conseguir leche, jabón o Euthyrox, hay quienes se han dedicado en cuerpo y alma a que, en vez de salir de esto, la tarea sea promover la veneración de un héroe, su héroe.
Lo que me irrita,- lo descubro escribiendo estas líneas-, es que se trata de héroes “de diseño”, “héroes haute couture” , con firma de asesor político y lista de condiciones para el debido “check mark” (¡!) construido a partir de una lista de características tomadas de esos que sí entraron a la Historia como tales…pero, ¡menudo detalle!, después de su hazaña y no previo a ella como quieren hacer aquí.
Y si lo anterior fuera poco per se, en este ambiente enloquecido y en el epítome de la infantilización de la acción política, quieren circunscribir el debate en términos de “mi héroe es mas héroe que el tuyo”…
¡Vamos! Que no se si desternillarme de risa o romper en llanto. ¿De verdad es esa la tarea? ¿escoger al héroe?
¿Qué les faltó en la dieta a todos esos que requieren de uno? Porque algo les debe haber faltado y si no fue cosa de dieta, a lo mejor fue falta de cariño y atención, ¡vaya usted a saber!. Ese hambre de héroes es patológica. No logro figurarme la carencia personal y de autoestima, para tener que estar buscando siempre a quien idolatrar y venerar. Alguien ante quien saberse apenas normalito e insignificante no sea tan rudo porque al existir un héroe – que siempre es superior y mejor- se argumenta y hasta perdona la propia pequeñez y peor aún, justifican su vasallaje voluntario. Una subordinación tan absoluta y trastornada que establece estos 3 principios
Mi héroe no se equivoca.
A mi héroe se le adora, no se le cuestiona.
Mi héroe, aun cuando se equivoca, igual tenía razón.
¿Desquiciado? … no… retrato exacto.
¿O no es así como llevan 16 años tratando de elevar a Chávez?
Y si encuentra algún parecido con personajes de la oposición… eh… hum… ¡pues no! no es coincidencia.
¿Héroes? No, gracias.
Yo no sé usted, pero yo no tengo héroes. Tampoco los necesito.
Y menos los necesita este pobre país nuestro. Un país roto, quebrado y depauperado en todos los frentes lo que necesita es gente –¡mucha gente!-que trabaje para recuperarlo…no un ídolo ante el cual postrarse. Que ya de postraciones tenemos suficiente y no nos hacen falta más ¿o sí?
El chavismo, que se ha empeñado 16 años en SU héroe en lugar del país, se hunde con su héroe y han hundido al país ¿o no se han dado cuenta del paralelismo?
Un sector de la oposición va por igual camino.
Así pues, aquí me planto: no me vendan héroes porque no los compro.
Y si a usted le tienta la idea de alguno, vuelva a pensarlo.
Quiérase a sí mismo…vamos, atrévase. Cuando lo haga se dará cuenta que nadie merece su adoración. Pero sobre todo, nadie, absolutamente nadie, merece su vasallaje.
Imbúyase de ciudadanía, la suya-suyita y cuando lo haga verá con otros ojos a esos que con tarifado mercadeo político le están tratando de enchufar como héroes…no importa el color de la franela.
Porque –no les quepa duda- si nos dejamos atrapar en aquello de “mi héroe es más héroe que el tuyo”, de esto no salimos más nuuuuuunca.

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