domingo, 24 de julio de 2016

CUBA: CARTA DE EX PRESIDENTE OSCAR ARIAS



A mi amigo Guillermo Fariñas

Luego de una golpiza salvaje por parte de los miembros de la Seguridad del Estado, Guillermo Fariñas decidió hacer una huelga de hambre y sed para pedirle al régimen Castrista que deje de torturar y encarcelar a los opositores.  
Como Premio Nobel de la Paz y como defensor de los Derechos Humanos, quiero solicitarle a Guillermo Fariñas que levante su huelga de hambre y sed. Quiero decirle a Guillermo Fariñas que una huelga de hambre es un arma delicada como herramienta de protesta; que una huelga de hambre no es suficiente para convencer al régimen cubano de que no se pueden perseguir fines nobles con medios innobles, que con la tortura y la prisión a quienes se oponen al régimen no van a callar las voces de quienes han perdido la libertad o el arraigo de su patria, en la lucha contra la dictadura y en el afán de hacer valer sus derechos.  
Para quienes genuinamente creemos que la democracia es un derecho de los pueblos, ha pasado de sobra el tiempo de tapar con hojas de parra lo que todos sabemos. Cuba no es una democracia “diferente”, ni ha seguido un camino propio, escogido por el pueblo cubano. Cuba es –lisa y llanamente—una dictadura, y eso nos duele a quienes amamos la libertad. Lo he dicho muchas veces, los presos políticos no existen en las democracias. En ningún país verdaderamente libre, uno va a prisión por pensar distinto y en Cuba cada preso político es una prueba irrefutable de autoritarismo.  
A Guillermo Fariñas le recuerdo que Orlando Zapata Tamayo murió luego de hacer una huelga de hambre durante 86 días y eso no fue suficiente para convencer al régimen cubano de que era necesario preservar la vida de esta persona, por sobre cualquier diferencia ideológica. 86 días no fueron suficientes para mover la compasión de la dictadura cubana. 
Nada pudimos hacer por salvar a Orlando Zapata, pero nosotros, los que vivimos en democracia y libertad, podemos alzar la voz para salvar la vida de Guillermo Fariñas. Por mi parte no voy a callarme cuando se sigan vulnerando los derechos humanos en Cuba. No voy a callarme cuando la sola existencia de un régimen como el de Cuba es una afrenta a la democracia. He vivido lo suficiente para saber que no hay nada peor que tener miedo a decir la verdad.

OSCAR ARIAS

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