¡Otra madurada más ¡
Pedro Luis Echeverría
Como persona y como ciudadano me llenó de ira, decepción y asco cívico el
grotesco espectáculo dado por el régimen el pasado 5 del corriente. Al mejor
estilo totalitario, utilizando uniformes, banderas, himnos y una cuestionable y
risible marcialidad, el régimen
mostró su talante antidemocrático.
La urgencia de los tiempos actuales, la incapacidad y negligencia para
enfrentar los problemas y los incesantes y crecientes reclamos de la ciudadanía por la solución real de los
mismos, han mostrado al régimen sin de la cínica careta con que ha actuado
durante diez y siete años y mostrar su verdadero rostro: un régimen de fuerza
violador de la constitución, las leyes y las instituciones. La destrucción
sistemática de instituciones, liderazgos
individuales, espacios políticos de los opositores, propiedad privada y
principios constitucionales, así lo demuestran. En realidad es una declaratoria
unilateral de guerra contra la Venezuela honesta, principista y democrática.
Para ello, el régimen ha convertido
a la otrora digna y no beligerante FANB en un partido político armado que
actúa, con el beneplácito y complicidad de muchos de sus integrantes, no como
el garante de la soberanía y la institucionalidad del país, sino como una
fuerza de ocupación para acorralar, amedrentar y reprimir a una población que
se resiste valientemente a aceptar dócilmente las aberrantes imposiciones del
régimen. Vemos como la capacidad disuasiva de la FANB es utilizada
perversamente por Maduro y su combo y la camarilla de la cúpula castrense,
para inhibir al pensamiento opositor y
para amenazar peligrosamente a una población pacífica y desarmada que quiere
vivir en paz. La FANB fue una institución al servicio de todos los venezolanos
y es triste e irritante verla sometida a los desvaríos mesiánicos de un
dictador enfermo y enloquecido.
Alevosamente, el ególatra que medra
en Miraflores cierra los espacios para la convivencia y el diálogo entre todos
los connacionales que tienen intereses y visiones divergentes y orientaciones
político-ideológicas diferentes, pero envueltos en un conflicto de cuya
positiva resolución dependen el destino y el futuro de la Nación. La
insistencia de conducir al país mediante la aplicación de una paralela
institucionalidad antidemocrática, excluyente, violatoria de las leyes
existentes y contraria a nuestra idiosincrasia, indefectiblemente nos conducirá
por los peligrosos y abruptos caminos de la confrontación y el odio fratricidas.
Creemos en el diálogo, el verdadero, el que se realiza con la voluntad política
de encontrar soluciones y caminos de entendimiento. Sin él no hay convivencia
ni interlocución posibles. Confrontamos serias dificultades de diverso orden
que crecen en el tiempo por la imprevisión e ineficiencia gubernamentales y
cuyos perniciosos efectos hacen inviables las perspectivas futuras del país. Es
por eso que luchamos tozudamente por la preservación de la Venezuela que se nos
va aceleradamente. Demandamos más unidad y visión y menos ambición de poder,
para intentar rescatar lo que ha sido aviesamente destrozado por la
irresponsabilidad, la negligencia y la corrupción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario