miércoles, 4 de mayo de 2011

EL MILAGRO DE BIN LADEN EN VENEZUELA

Al fin capturaron al terrorista Bin Laden. Murió en su ley, abatido por su principal enemigo en la guerra que él provocó. Se requirió una década para dar con su paradero. A pesar de que se contó con el aparato de inteligencia más poderoso de la tierra, costó cumplir la tarea de represalia que EEUU se había fijado desde el principio.

Un gran alivio han sentido muchos norteamericanos, los familiares de las víctimas y los ciudadanos en general. Guste o no, se sienten reivindicados. El gobierno de Obama está complacido por la labor cumplida, y se anota un buen tanto, subió 9 puntos en las encuestas.

El presidente de Pakistán declara que su gobierno no brindó ningún apoyo a Bin Laden durante su estadía en ese país, lo que algunos dudamos, y el servicio de inteligencia pakistaní estaría avergonzado por no haber detectado la guarida.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la NNUU celebra el hecho y señala que se “marca un hito en la lucha común contra el terrorismo”. Los chinos dicen que es un gran acontecimiento y un paso adelante en la lucha internacional contra el terrorismo” Tony Blair advierte que “La lucha contra el terrorismo es ahora igual de urgente”; los Hermanos Musulmanes señalan que "EE UU debería ahora retirar sus tropas de Irak"; en Irán se preguntan por la “exactitud de la noticia”; el canciller de Irak dice “estamos encantados con la noticia”; el movimiento terrorista Hamas afirma que es “un asesinato de un guerrero árabe santo”; Arabia Saudita espera que esto sirva “para detener pensamientos desviados”; Sarkozy afirma que “La plaga del terrorismo sufre un fracaso histórico", mientras que el ruso Medveded sentencia que “los terroristas no pueden escapar de la venganza", y los rusos hoy anuncian que mataron al representante de Bin Laden en aquellas tierras.

Como se ve, las reacciones son variopintas.

Pero ¿Qué han dicho otros, sobre todo, los que engrosan la Corte de los Milagros de la izquierda internacional, cierta intelectualidad o los comeflores de siempre? ¿Cual ha sido la valoración que ha hecho el inefable gobierno revolucionario de Venezuela?

Allí toda suerte de declaraciones y elucubraciones se ha vertido en los medios; incluso, no podían faltar las de estirpe paranoico-conspirativa, muy populares en estos círculos y los que creen en complots extraterrestres o desconfían de que el hombre pisó alguna vez la Luna.

Alguna “especialista” declara que está convencida de que Bin Laden estaba muerto desde 2002, y que todo este espectáculo es una patraña que tiene como propósito incrementar la guerra en esa región. Algunos vuelven con la cantaleta del intervencionismo norteamericano y su actuación sumaria en este caso, que no es mentira. Otros se lamentan de que no le hayan respetado los derechos humanos al criminal terrorista, ni lo hayan tratado con la delicadeza del caso; algunos dudan que el terrorista abatido y echado al mar sea realmente él, y así observamos reacciones a cual más irreal y fantasiosa, condenatorias de la operación y/o de intelectuales pusilánimes, como dice un columnista español.

Pero ¿Qué nos dice al respecto el gobierno bolivariano lanzado desde ya a la campaña electoral?

Emitió un comunicado oficial sobre el tema. Allí afirma que la operación de captura y muerte de Bin Laden fue hecha sin el conocimiento de Pakistán. Llama la atención la aseveración cuando ni siquiera los pakistaníes han protestado por la acción.

Luego, de manera extraña e inverosímil, arremete contra Bin Laden llamándolo “sombrío personaje, entrenado y armado por las agencias de inteligencia estadounidenses durante los años 80”, quevolvió sus prácticas terroristas contra Estados Unidos en años posteriores, convirtiéndose en el mejor pretexto para desatar la guerra que hoy se prosigue contra los pueblos de Irak y Afganistán”.

Seguidamente, después de poner en duda la muerte del terrorista, exige que EEUU cese de inmediato la ocupación y violencia en Asia Central, y lo acusa de bárbaro e ilegal por sus métodos. Agrega que no se puede combatir al terror con más terror, ni a la violencia con más violencia, que debe respetarse la sacrosanta soberanía y remata, ¡oh sorpresa¡, solidarizándose con el pueblo de los EEUU, “especialmente con las familias de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, condenando el terrorismo y reiterando un supuesto compromiso con la paz.

Al leer este comunicado, un “poema”, toda una contorsión, una maroma, no pude sino pensar en ese grito por la paz y la concordia que hasta a los militares les ha dado por proferir en nuestro país. “Patria, socialismo o MUERTE¡ MUERTE, sí.

Y se me atravesó, asimismo, aquella celebre carta solidaria y afectuosa al hermano Carlos el Chacal, terrorista entre terroristas. Y me dio también por evocar los homenajes a los narcoterroristas Tirofijo y Raúl Reyes, a quien se llamó compañeros de lucha revolucionarios y bolivarianos.

Y me pasó por la mente aquella escena en que la finada Lina Ron, santificada por el propio comandante de la revolución, al frente de sus huestes celebró públicamente la caída de las Torres Gemelas, con quema de bandera norteamericana incluida.

Recordé, igualmente, las evidencias que circulan en los medios sobre las estrechas relaciones que el gobierno venezolano tiene con movimientos terroristas del Medio Oriente, como HAMAS y HEZBOLLAH. Y de pronto recordé que el gobierno de Chávez estableció relaciones diplomáticas con el carnicero terrorista buscado por la Corte Penal Internacional, Al Bashir de Sudán, el cual abrió embajada en nuestro país..

Y así, se me vieron encima esos y otros episodios, que a la luz del comunicado de marras, los hacían incomprensibles, inexplicables.

¿Que sucedió? ¿Se convirtió el gobierno a la paz y el antiterrorismo? ¿Se arrepintieron? ¿Ha operado Bin Laden un milagro en los revolucionarios venezolanos?

¿O es que las exigencias de moderación que impone la difícil campaña electoral que ya está en curso lo obligan a ataviarse de manso corderito, y a deslindarse de esos bichos siniestros?

El ajusticiamiento de Bin Laden en la guerra que él mismo desató es un paso importante en la acción antiterrorista. La guerra, desgraciadamente, continúa y no debe bajarse la guardia. El miedo que infunden estos “locos de dios” no puede paralizarnos. El amedrentamiento que ejercen no puede llevarnos a la rendición. El respeto por los derechos humanos, valor esencial del mundo occidental, que aquellos desprecian pero que oportunistamente enarbolan cuando les conviene, no puede significar debilidad ante ellos, ni tener muchos miramientos. Ellos han declarado una guerra a Occidente y sus valores. No podemos defendernos lanzando flores.

EMILIO NOUEL V.

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