domingo, 15 de mayo de 2011

"Todos los aspirantes tenemos una patica en la IV República"

"La campaña no es un tema estético. Si fuera así, suspendamos las primaria y llamemos a Osmel Sousa" "Propongo un debate sobre nuestras propuestas a los compañeros con quienes competiré"

Ledezma advierte que algunas encuestas son "espejismos", propone un pacto de gobernabilidad y se muestra confiado en el triunfo angel de jesus


ROBERTO GIUSTI , ANTONIO LEDEZMA , ALCALDE Y PRECANDIDATO PRESIDENCIAL | EL UNIVERSAL
domingo 15 de mayo de 2011

Ideas para gobernar no le faltan a Antonio Ledezma y durante dos horas las expuso sin tomar aliento: un Plan de Inversiones Extraordinarias (PIE) para echar a andar el país. Una Agencia Nacional de Hidrocarburos. El rescate de una Pdvsa dedicada al petróleo. La conversión de los barrios en urbanizaciones. Un proyecto para la construcción masiva de vivienda con aporte privado. La conversión del Ince en instituto de capacitación. La educación como prioridad con el regreso de las escuela técnicas y maestros bien pagados. El abatimiento de la inflación, la restitución de la confianza para atraer inversiones. Hacer de los trabajadores socios de las empresas básicas de Guayana.. Eso, sin embargo, no le impidió afrontar las urgencias actuales.

-¿Cómo interpretas la sustitución de los bloques ideológicos dentro de la MUD, por un bloque político-partidista del cual forman parte AD y Copei, para escoger un solo precandidato?

-Todo lo que se haga para consolidar la unidad debe ser bien recibido. La unidad es el camino. No podemos buscar atajos ni implosionar puentes construidos con tanto esfuerzo. Las alianzas son necesarias, pero no pueden representar compartimientos estancos. Hoy más que nunca las ideologías tienen vigencia y pobres los pueblos que no cuenten con líderes que las encarnen porque pueden ser estafados. Aquí padecemos un presidente que un día se dice liberal y al siguiente amanece comunista y saludando la revolución cultural de Mao. Eso nos conduce al desastre.

-¿No pasa lo contrario en la MUD, donde el acuerdo es político?

-Las ideologías tienen vigencia, pero este es un tiempo que demanda la confluencia ideológica. Soy de estirpe social demócrata, pero en medio de esta crisis debemos compartir responsabilidades con socialcristianos, liberales o con quienes tienen una inclinación radical en la interpretación de los fenómenos políticos y sociales. Es necesario revitalizar los partidos (sin ellos la democracia es inconcebible), pero tampoco es tiempo de establecer hegemonías, sino de que la sociedad se abra a los partidos y los partidos se abran a la sociedad.

-¿Cómo se pondrán de acuerdo en esa alianza para escoger al precandidato?

-Es un proceso natural de alianzas que no se concibe para triturar a nadie, sino una confluencia para lograr que el cauce de la unidad nos conduzca a la victoria. Y en eso no hay nada pernicioso o de malicia.

-Pero puede pensarse que la alianza se da ante una opción, la de Capriles, que parte con ventaja considerable sobre los demás aspirantes.

-Las encuestas no son el catecismo. No lo suscribo, pero Churchill decía que sólo creía en las encuestas que manipulaba y pagaba. Las encuestas, a veces, son un espejismo. En marzo de 1998 a Irene Sáez la "llamaban la presidenta electa" porque tenía 60 puntos. Para las elecciones parlamentarias se nos daba pocas posibilidades en los vaticinios, se dijo que no pasaríamos de treinta diputados y ganamos con más de 52%. A mi nunca me han dado chance y dos veces, contra todo pronóstico, derroté a Aristóbulo Istúriz. Lo mismo ocurrió en Colombia y Perú, donde ganaron quienes se daban como perdedores. Aquí hay mucho camino por recorrer y trabajo con optimismo, confianza y seguridad en la victoria.

-Si fructifica la alianza y sabiendo que no te convencen las encuestas, ¿cuál debe ser el método para escoger el precandidato?

-Es un proceso de decantación. Nadie debe ser descartado de antemano. Lo único seguro es que habrá un candidato unitario seleccionado el 12 de febrero próximo y que todos estamos comprometidos a suscribir un acuerdo de no agresión y a redactar un pacto de gobernabilidad. Así, gane quien gane, deberá auspiciar un gobierno de unidad nacional para lograr la estabilidad política y el restablecimiento de principios básicos constitucionales como la separación de poderes. Ya la dinámica dirá quien se queda y quien se va. Todos quienes estamos corriendo tenemos cualidades y me afinco en lo positivo para pedirle que no incurramos en golpes bajos porque al final estaremos unidos.

-¿Es posible ganar una candidatura sin contrastar, cuestionar, ni señalar carencias y errores del adversario? Despojado de esas características, ¿no se hace la campaña un torneo insulso?

-No es insulso proponer un nuevo contrato social. Yo ando en una prédica y no necesito descalificar a nadie, ni convertirme en un arco para disparar flechas envenenadas. Incluso les propongo a los compañeros con quienes voy a competir, un ciclo de debates. Y quisiera que periodistas como tú los organizaran para que demos a conocer nuestras propuestas. Qué vamos a hacer con el estado derecho, qué tipo de reformas vamos a aplicar en la educación; cómo implementaremos una política exterior que no existe; cómo recuperaremos Pdvsa y las empresas básicas; cómo devolveremos la confianza para demostrar que no es con control de precios o devaluación que se combate la inflación. Ese es el debate, distinto a los insultos o del salto al vacío que sería escoger un candidato carente de un programa claro y de un proyecto definido.

-La tendencia en el debate, ya en progreso, es, por un lado, la experiencia contra la inexperiencia o la madurez contra la inmadurez. Por el otro, lo viejo versus lo joven, las nuevas generaciones contra las generaciones anteriores, la política de la cuarta contra la de la sexta. ¿Son válidos esos argumentos?

-No lo creo. Este no es, por ejemplo, un problema estético. Si lo fuera suspendamos la primarias y llamemos a Osmel Sousa para que resuelva esta vaina. "Bueno Osmel, di tú". Y lo digo sin ánimo peyorativo. Si se tratara de un problema estético, como se ha sugerido, no hagamos ni primarias ni debate porque, ¿qué trascedencia puede tener la propuesta de crear una Agencia Nacional de Hidrocarburos, idea que defiendo junto con mi equipo? Por cierto, como presidente espero formar parte de un liderazgo colectivo. Aquí un solo palo no hace montaña. No podemos sustituir una hegemonía por otra, instalar en Miraflores a un falso Mesías o a un líder providencialista. Debe ser un venezolano de carne y hueso.

-¿Por qué enfatizas la "hegemonía" y el "Mesías"?

-Porque es uno de los problemas que venimos arrastrando. El pasado no se puede reinstaurar ni repetir. Pero ningún futuro se construye desconociendo la historia. El pasado tiene lecciones. Comenzando por los errores, que son lecciones de vida. Para mi es una ventaja conocer el pasado. La experiencia que acumulo en mis 43 años continuos de lucha política es la que quiero poner al servicio de la idea de modernizar a Venezuela. Sobre el presente también se impone evitar lo malo. Hay cosas buenas y malas, tanto del pasado como del presente. Ahora, si tú le haces una tomografía a quienes giramos como aspirantes presidenciales, todos tenemos una patica en la cuarta república.

-Algunos tienen una, otros tienen las dos.

-Exacto. Yo tengo 56 años.Estoy en la edad perfecta. Tengo vitalidad física, equilibrio mental y una experiencia que pongo al servicio de la modernidad. No improviso, ni es la primera vuelta que le doy al país. Conozco los pueblos, a la gente, voy con gran disposición y le pido a Dios humildad para no marearme en el ejercicio del poder.

-La experiencia no siempre es positiva.

-¿A quién escogerías si tuvieras que viajar a San Antonio del Táchira en medio de la turbulencia y te ofrecieran dos aviones, uno al mando de un piloto recién graduado y pocas horas de vuelo y otro conducido por un profesional con muchas horas de vuelo? Para mí horas de vuelo son haber gobernado con Carlos Andrés Pérez, Caldera, Chávez. Vivir movimientos sediciosos, crisis económicas, observar cómo se tomaban decisiones en el alto Gobierno, los errores, los aciertos. Y no me avergüenzo de haber compartido gabinete con Ricardo Haussman, Gerver Torres, Moisés Naim, Beatrice Rangel, Celestino Armas, José Antonio Abreu, Leopoldo Sucre Figarella, Miguel Rodríguez, Carlos Blanco. ¿Que tengo mucho kilometraje? Sí porque comencé a los 13 años en Guárico..

-¿No es el pasado, del cual te ufanas, lo que rechaza la gente porque, entre otras cosas, le achacan la llegada de Chávez al poder?

-No me ufano del pasado. Digo que hay cosas imposibles de reeditar y deben ser capítulo cerrado. Con mi experiencia e ideas renovadas busco incorporar el país a la modernidad.

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