HAY QUE VOTAR
CARLOS A. ROMERO.
EL UNIVERSAL
No hay indicios de tranquilidad en el país. El Gobierno y el oficialismo siguen avanzando en su proceso autoritario, y el hampa y la corrupción están desatadas. Ya el presidente Maduro tiene asegurada la Ley Habilitante que le da "carta blanca" para legislar por decreto. Y con esa facultad llegará hasta el límite: tratará asuntos penales, tema que servirá de excusa para reducir el ya menguado oficio del sector privado.
Al mismo tiempo corre el dinero con el otorgamiento de dádivas, bonificaciones de fin de año, utilidades y otras formas de pago que van a aumentar por un rato la capacidad adquisitiva del venezolano. Voces expertas predicen que los inventarios se acabarán en enero, pero eso no le importa mucho al Gobierno. Es un costo necesario para tratar de ganar las elecciones. Con Maduro se da la sensación de que los bienes y servicios siguen llegando al consumidor. Claro, esta es una aberración desde el punto de vista de la doctrina propagada por Marx y sus seguidores. El apego al chavismo de hoy es fundamentalmente economicista y refuerza las pasiones humanas.
El Gobierno y el oficialismo saben que los pronósticos favorecen a los candidatos de la MUD y están haciendo todo lo posible para garantizar una victoria que se ve muy lejos. Un resultado adverso en las elecciones del 8 de diciembre perjudicaría al sucesor ya que le dirán, con razón, que con él se ha perdido el caudal electoral chavista.
En síntesis, todos los factores políticos observan la situación política a su manera y no hay consenso sobre lo que pasa y va a pasar en el país. El Gobierno culpa a Estados Unidos, la "Burguesía Parasitaria" y a la MUD de la crisis. La oposición dice que esta cruzada es una maniobra del Gobierno y de Maduro para no perder ni las elecciones ni su liderazgo. Los adversarios a esta pesadilla que lleva quince años, no debemos flaquear ante tal espectáculo. Los ciudadanos debemos votar. ¡No entreguemos el espacio electoral!
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