domingo, 14 de agosto de 2016

10 datos económicos para entender lo que viene

ASDRUBAL OLIVEROS Y PILAR NAVARRO

PRODAVINCI

1. Caída de la producción petrolera. La producción petrolera venezolana ha mantenido una tendencia declinante desde hace algunos años, pero en 2016 la tendencia parece haberse acelerado. Según las cifras que PDVSA reporta a la OPEP, después de haber alcanzado un máximo de 3,20 millones de barriles diarios en septiembre de 2008, la producción de crudo empezó a declinar y para diciembre de 2015 había perdido 628.000 barriles diarios, cerrando el año pasado con un nivel de 2,57 millones de barriles diarios. No obstante, desde ese punto la producción ha caído 206 mil barriles diarios y en el mes de junio de 2016 se ubicó en 2,36 millones de barriles diarios.

En su momento recibimos la noticia de la designación de Eulogio Del Pino como una señal positiva, puesto que durante años había sido el encargado de mantener el nivel de la producción petrolera para el exministro Rafael Ramírez. Sin embargo, desde su designación en agosto de 2015 la producción ha caído 282.000 barriles por día.

2. Depreciación del tipo de cambio alternativo. Desde el anuncio del Sistema Complementario de Divisas (Dicom), que hasta ese momento se conocía como Simadi, éste se ha venido depreciando de forma continua. Cuando salió la Gaceta Oficial del 9 de marzo de 2016, la cotización del Simadi/Dicom se encontraba en 206,8 bolívares por cada dólar. El pasado viernes 29 de julio la cotización cerró en 645,1 bolívares por dólar, lo que representa una depreciación de 67,9% en 142 días. Todo un récord, si tomamos en cuenta que el antiguo Simadi, desde que empezó y hasta quedarse estacionado en 199,9 bolívares por dólar, se depreció sólo 16,9% en tres meses.

3. Apreciación del dólar negro. Por otra parte, parece que el tipo de cambio no-oficial es el que se ha quedado estacionado. Incluso parece estar retrocediendo. Si lo ponemos en los mismos términos del Simadi/Dicom, tenemos que el pasado 9 de marzo, cuando este nuevo sistema “empezó”, la tasa del mercado no-oficial se encontraba en 1.184,9 bolívares por dólar, mientras que el pasado viernes 29 de julio la misma cerró en 1.005,7 bolívares por dólar, lo que representa una apreciación de 17,8%. Aunque hubo más acontecimientos entre esas dos fechas, sorprende que la tasa del tipo de cambio paralelo haya perdido 179,2 bolívares por dolar, tras una tendencia alcista que parecía imparable.

4. El precio del crudo no levanta cabeza. Durante la primera mitad del año los precios del crudo han tenido dos trayectorias distintas. Durante el primer trimestre de 2016 la caída fue continua, con un nivel mínimo de 21,6 dólares por barril alcanzado durante la tercera semana de enero. Sin embargo, desde principios de abril los precios de los marcadores internacionales comenzaron a ascender, ganando 19,9 dólares el barril en promedio desde sus cotizaciones mínimas. De esta manera tenemos que el precio de la cesta petrolera venezolana cerró el mes de junio con un precio de 39,8 dólares por barril y su precio promedio en lo que va de año es de 31,3 dólares el barril. Sin embargo, esta subida parece haber sido “alegría de tísico”, porque en el mes de julio las cotizaciones volvieron a descender cerrando el mes en 35 dólares por cada barril y con un promedio anual de 32,2 dólares el barril. De igual manera, ambas cifras se encuentran por debajo de los niveles de 2015.

5. Aumentos salariales: una batalla perdida. Durante 2016, en un intento por mantener el poder adquisitivo de los trabajadores, el Ejecutivo ha decretado dos aumentos del salario mínimo y del bono de alimentación sólo en el primer semestre, lo que representa un aumento nominal de 56% y 175,3%, respectivamente, en comparación con el cierre de 2015, que en términos reales, dadas nuestras estimaciones de inflación acumulada, representan una nueva caída de 31,7% en el salario mínimo de la mano con una ganancia del 20,5% en lo que al bono de alimentación respecta. Como vemos, el Ejecutivo también se cuida de los pasivos laborales, aumentando en mayor proporción el bono alimenticio, que por primera vez se encuentra por encima del salario mínimo.
Con los aumentos que ya se han llevado a cabo, más los que esperamos para lo que resta de 2016, este año será en el que se han realizado más incrementos salariales en la historia del país, aunque también es cierto que es el año en el que veremos la mayor escalada inflacionaria de nuestra historia, por lo que a pesar de los esfuerzos, los incrementos salariales seguirán quedando por debajo de la inflación. En pocas palabras, razón tiene el dicho que reza “mientras los sueldos suben por la escalera, la inflación lo hace por el ascensor”.

6. Inflación por los cielos. A pesar de la ausencia de cifras oficiales, para nadie es un secreto que en Venezuela la inflación está fuera de control. En lo que va de año el incremento de los precios ha venido acelerándose y pasamos de incrementos intermensuales de 9,2% a uno de 24,8%. De esta manera, en junio la inflación acumulada que estimamos se encontró en 128,6%, un poco menos del doble de lo que fue la inflación para todo 2014 (68,5%).  En términos interanuales, estamos hablando de un crecimiento de los precios por encima de 300,0% y no es muy difícil imaginarse el panorama de precios para lo que queda de año de seguir así.

7. Se acabó la fiesta. El sector monetario fue uno de los sectores que más se había visto favorecido por el crecimiento desmedido y descontrolado del gasto público a través del financiamiento monetario, sin embargo, al sector le ha llegado el momento de pagar las facturas. De acuerdo con el BCV, en los primeros seis meses del año la liquidez monetaria creció 30,9% en términos nominales, no obstante, en términos reales, según nuestros estimados de inflación, se ha contraído 40,9%. Asimismo, cuando se compara el crecimiento interanual por mes es de notar que en términos reales no se ha experimentado crecimiento.

8. Cartera de crédito aguantada. Como reseñamos en nuestro artículo La economía venezolana: ¿qué dicen los indicadores? uno de los principales motores del boom de consumo de la década anterior fue el crédito, impulsado por el crecimiento de la liquidez y del gasto público, propulsora del sistema bancario. Sin embargo, esto ya no es así. Después de cuatro años de expansión, desde el tercer trimestre del año pasado la cartera de crédito del sistema bancario ha venido decreciendo en términos reales y hasta junio de 2016 el crecimiento acumulado de la cartera fue de 42,0%, muy por debajo de la inflación. El crédito es el principal negocio del sector financiero, por lo que no es sorpresa que desde el año pasado este sector también se haya contraído, y no es de extrañar que se encuentre en apuros este año.
9. Importaciones: raspando la olla. Si hay alguna cifra que explique los niveles críticos de escasez que evidencia la economía local es la contracción de las importaciones. Según el BCV, las importaciones se contrajeron 22,3% en 2015, después de haber caído 13,6% en 2013 y 16,9% en 2014. Tres años de caídas después, estas disminuciones parecen haberse quedado cortas para lo que estamos viendo en 2016: aunque no se cuenta con data oficial, nuestro estimado de importaciones mensuales registra entre enero y mayo de 2016 las importaciones totales se han contraído 45,6 % interanual. Como vemos, el Ejecutivo, bajo un nivel ya deprimido, sigue apostando al recorte agresivo de las compras externas con el fin de liberar caja para hacer frente al servicio de la deuda externa.

10. Somos “buena paga”. En 2016 Venezuela se ha enfrentado a un perfil complicado de deuda, con vencimientos de los bonos PDVSA 2016 y Venezuela 2016, por lo que nos tocaba pagar en total este año, entre capital e intereses de otros bonos, 10.057 millones de dólares. En lo que va de año, se han realizado pagos de 3.057 millones de dólares por bonos de la deuda de la República y 1.218 millones de dólares de Pdvsa; la porción más pesada se canceló en el mes de febrero el bono Venezuela 2016, sin embargo, no importa lo grande del compromiso, el Ejecutivo siempre ha mantenido su voluntad de pago. Sin embargo, ya diferentes voceros del Gobierno han dado declaraciones sobre la posibilidad de un canje de deuda para 2017, lo que resta por ver es cómo se comportará el riesgo país luego de la salida abrupta de Miguel Pérez Abad del gabinete económico, después de que bajó de 4.145 puntos básicos (pb) en febrero a 2.589 pb a finales de julio.

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