sábado, 27 de agosto de 2016

El país va a cambiar y va a cambiar pronto, no perdamos la perspectiva


Fernando Martinez Móttola

 
La situación hay que analizarla en perspectiva. No se trata de una fotografía estática, la película hay que verla en movimiento. No dejemos que las dificultades propias de la coyuntura nos cierren la visión panorámica.
Quedó atrás la época de las vacas gordas en que el gobierno repartía dinero a diestra y siniestra. Y nada hace pensar que volverá. Entre la corrupción, el despilfarro y las malas políticas, destruyeron el aparto productivo. Como nunca, el país necesita los dólares para comer, para traer medicinas y para cualquier otra cosa. No hay quien les preste. Según todos los pronósticos, el petróleo a cien dólares el barril también es cosa del pasado. El gobierno insiste en su modelo trasnochado que nos ha llevado a la ruina. Sin ánimo de rectificación la crisis se agravará cada día más. Así, irremediablemente, la popularidad del gobierno continuará de mal en peor. Quedarán para el recuerdo los tiempos en que llamaban una elección a cada rato, para legitimar su carácter pseudo-democrático dentro y fuera del país. Se acabó la época de las multitudinarias manifestaciones rojas rojitas. Desapareció el cacique, y con él los mítines caudillescos y la magia del Proyecto, que ya nadie ni se acuerda. ¿Quién grita ahora que ser rico es malo?, o, ¿con hambre y sin empleo con Maduro me resteo?, nadie se come el cuento de la guerra económica, ni ellos mismos. Todas las consignas pasaron al olvido. El 6D-2015 su impopularidad quedó de manifiesto ante los ojos de Venezuela y del mundo. Aunque traten de sabotear su acción por todos los medios, con la Asamblea Nacional perdieron un bastión institucional de primera línea, y la oposición ganó una plataforma desde donde alzar su voz nacional e internacionalmente. De forma progresiva, los apoyos externos también se le han ido haciendo sal y agua. Perdieron los amigotes de Brasil y Argentina. En Mercosur se les volteó la tortilla. En la OEA, Almagro no es Insulza y a duras penas cuentan con los países más pequeños que aún dependen de la ayuda procedente del petróleo venezolano. La justicia internacional también comienza su acción y afecta a importantes personeros del régimen o personajes muy vinculados a ellos. Muchos dentro del gobierno no quieren contaminarse con ese problemón. Aumentan las deserciones de antiguos afectos que ahora están pidiendo pista en el Imperio.
Internamente, el descontento popular es creciente, aumentan las protestas a lo largo y ancho del país, la voluntad de manifestar es creciente según todos los sondeos de opinión. La gente quiere cambio, entiende que mientras este gobierno se mantenga en el poder sus problemas serán cada día más graves, exigen revocatorio. No solo aumenta el número de personas que quiere un cambio, la arrechera de cada quien también aumenta ante los estragos de la crisis. Las fuerzas democráticas reunidas en torno a la MUD cierran filas y se mantienen unidas en torno a un propósito firme: cambiar al gobierno para comenzar a recuperar al país. El Referéndum Revocatorio se perfila como la salida constitucional, pacífica y democrática, que puede evitar un estallido de violencia, que nadie desea, pero que puede ocurrir si se cierran todas las válvulas por donde puede drenar la presión. Las elecciones de gobernadores es otro evento que hace temblar al régimen, no quieren medirse en ningún terreno. Inventan un diálogo para ganar tiempo pero no les da resultado, la oposición exige unos intermediarios creíbles y una agenda que ofrezca resultados concretos.
Pero, tampoco nos llamamos a engaño, el gobierno sigue allí, no está derrotado, todavía tiene herramientas para pelear y mantenerse en el poder a toda costa, a pesar de que en su empeño al país se lo lleven en los cachos. Utilizan a su antojo los poderes del Estado, desconocen la AN, utilizan la justicia y la cárcel para amedrentar, los grupos violentos para evitar la protesta, los medios de comunicación para amenazar. Siembran desaliento y desesperanza en la población, juegan a que en la desesperación la oposición cometa errores o abandone el juego. En medio de este ambiente las autoridades del CNE dificultan y atrasan el RR, al menos buscan postergarlo hasta el próximo año. Estiran la cuerda, pero todavía no se atreven a romperla, juegan al desgaste. La oposición busca los mecanismos de presión que tiene a su alcance. No se trata de una ingenuidad, ni que no tengan calibrado al adversario, su talante antidemocrático y su falta de escrúpulos. Para todos está claro. Los dirigentes no son ciegos ni tontos. Juegan con las herramientas que tienen a mano, la presión internacional hasta donde puede llegar, y la presión nacional hasta donde pueda llegar, sin trancar el juego que es lo que quiere el gobierno, la presión creciente. Es una estrategia inteligente, llevada a pulso, sin desesperación. El que el se desespera pierde, en la violencia ganan ellos, hasta ahora tienen el monopolio de la violencia, ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar quienes ejercen esa atribución de acuerdo con la Constitución y las leyes?. El 1S es un paso dentro de esa estrategia, no es la confrontación final, no es todo o nada. ¿Qué se logra? Que existe poder de convocatoria, que la gente está dispuesta a protestar y salir a la calle, Que todo el país está molesto. Que lo vean los medios internacionales. Una alta presión para que las Rectoras del CNE cumplan su papel. Un argumento más para que el Presidente y su comandita entienda que el país no los quiere, y que el RR es la salida constitucional, pacífica y democrática. La crisis se agravará aún más durante los próximos meses, la popularidad del gobierno continuará en caída libre, habrá nuevas deserciones, el rechazo internacional será cada vez mayor, habrá nuevos eventos de protesta, subirá la presión. Si la oposición no comete errores, si se mantiene unida, el RR y el cambio de gobierno serán inevitables. Nuestros verdaderos enemigos son el fatalismo, la desesperación y el desánimo. Si no caemos en la trampa el cambio será inevitable. No dejemos que los árboles nos tapen el bosque. Este país va a cambiar y va a cambiar pronto, no perdamos la perspectiva.
@martinezmottola

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