sábado, 15 de septiembre de 2018

Libre convertibilidad

SERGIO ARANCIBIA

14 septiembre, 2018

¿Se ha llegado a una situación de libre convertibilidad mediante las medidas cambiarias tomadas recientemente por el gobierno?
El hecho mismo de que existan debates e interpretaciones respecto de la nueva norma jurídica indica que las cosas no están del todo claro. Mas aun, el concepto mismo de libre convertibilidad no parece tener una definición suficientemente consensuada.
Todo parece indicar que si usted quisiera vender dólares podrá hacerlo sin problemas en las instituciones específicamente autorizadas para realizar ese tipo de operaciones, las cuales no serán pocas. Llamemos mercado bancario a esta instancia de venta de divisas. La tasa a la cual usted podrá hacer esa operación de compra- venta, en el mercado bancario, estará fijada por el gobierno. Pero no nos fijemos en ese detalle. También en la década del 70 del siglo pasado, cuando existía el famoso dólar a 4.30, esa tasa estaba fijada por el gobierno y/o por el BCV. No era una tasa que resultara y que fluctuara de acuerdo a las fuerzas de la oferta y la demanda. Pero a esa tasa usted podía comprar y vender la cantidad de dólares que estimase conveniente. Si la oferta no resultaba igual a la demanda, el BCV intervenía comprando o vendiendo dólares, para equilibrar el mercado, y permitir que la tasa de cambio se mantuviera constante.
Ahora, en el sistema que se anuncia, no está claro que usted podrá comprar la cantidad de dólares que quiera, ni está claro que el BCV vaya a intervenir comprando o vendiendo para mantener la tasa. Si – a la tasa fijada por el Gobierno – la demanda de dólares en el mercado bancario es más elevada que la oferta – como es lo más probable que ocurra – pueden hacerse presentes varios escenarios: o entra a participar el BCV lanzando al mercado la cantidad que se necesite para mantener la tasa de cambio – lo cual parece ser un supuesto negado – o habrán muchos demandantes que no obtendrán en el mercado formal la cantidad de dólares que aspiran comprar. Pongamos un ejemplo: si un millón de venezolanos deciden ir a comprar mil dólares cada uno al mercado bancario, eso implicaría una demanda de mil millones de dólares. ¿De dónde podría salir una cantidad de esa envergadura, en la situación actual de Venezuela? Se generará necesariamente una demanda insatisfecha y una convertibilidad muy limitada, puesto habrá absoluta libertad para que los dólares se conviertan en bolívares, pero no habrá la misma libertad para que los bolívares se conviertan en dólares. Esa demanda insatisfecha originará, tarde o temprano, un mercado paralelo, donde no solo imperará un precio más elevado, sino que ese precio fluctuará diariamente de acuerdo a oferta y la demanda.
¿Y de donde saldrá la oferta de dólares para alimentar ese mercado paralelo? Hay varias respuestas a esa pregunta: los dólares provendrán de manos de los afortunados que obtuvieron dólares oficiales y más baratos en el mercado formal, o de los exportadores que después de liquidar un porcentaje de sus ventas externas, en forma obligatoria, en el BCV, tendrán más grados de libertad para disponer del resto de las divisas que hayan obtenido como resultado de sus exportaciones. También de los turistas, y de los venezolanos que tienen depósitos en dólares en el exterior, y que decidan, por alguna razón, traerlos al país. Las remesas, en la medida que puedan escapar al cerco oficial, también pueden eventualmente alimentar este mercado paralelo.
Así, en síntesis, el mercado formal o bancario camina inexorablemente hacia el desequilibrio y hacia la generación de una demanda insatisfecha, y el mercado informal, a su vez, camina hacia un equilibrio volátil en el cual la tasa de cambio que allí impere cambiará día a día, por las fluctuaciones de la oferta y la demanda. ¿Es este el sistema de libre convertibilidad del cual nos habla el gobierno?

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