Libre convertibilidad
SERGIO ARANCIBIA
14 septiembre, 2018
14 septiembre, 2018
¿Se ha llegado a una situación de libre convertibilidad mediante las medidas cambiarias tomadas recientemente por el gobierno?
El hecho mismo de que existan debates e interpretaciones respecto de
la nueva norma jurídica indica que las cosas no están del todo claro.
Mas aun, el concepto mismo de libre convertibilidad no parece tener una
definición suficientemente consensuada.
Todo parece indicar que si usted
quisiera vender dólares podrá hacerlo sin problemas en las instituciones
específicamente autorizadas para realizar ese tipo de operaciones, las
cuales no serán pocas. Llamemos mercado bancario a esta instancia de
venta de divisas. La tasa a la cual usted podrá hacer esa operación de
compra- venta, en el mercado bancario, estará fijada por el gobierno.
Pero no nos fijemos en ese detalle. También en la década del 70 del
siglo pasado, cuando existía el famoso dólar a 4.30, esa tasa estaba
fijada por el gobierno y/o por el BCV. No era una tasa que resultara y
que fluctuara de acuerdo a las fuerzas de la oferta y la demanda. Pero a
esa tasa usted podía comprar y vender la cantidad de dólares que
estimase conveniente. Si la oferta no resultaba igual a la demanda, el
BCV intervenía comprando o vendiendo dólares, para equilibrar el
mercado, y permitir que la tasa de cambio se mantuviera constante.
Ahora, en el sistema que se anuncia, no está claro que usted podrá
comprar la cantidad de dólares que quiera, ni está claro que el BCV vaya
a intervenir comprando o vendiendo para mantener la tasa. Si – a la
tasa fijada por el Gobierno – la demanda de dólares en el mercado
bancario es más elevada que la oferta – como es lo más probable que
ocurra – pueden hacerse presentes varios escenarios: o entra a
participar el BCV lanzando al mercado la cantidad que se necesite para
mantener la tasa de cambio – lo cual parece ser un supuesto negado – o
habrán muchos demandantes que no obtendrán en el mercado formal la
cantidad de dólares que aspiran comprar. Pongamos un ejemplo: si un
millón de venezolanos deciden ir a comprar mil dólares cada uno al
mercado bancario, eso implicaría una demanda de mil millones de dólares.
¿De dónde podría salir una cantidad de esa envergadura, en la situación
actual de Venezuela? Se generará necesariamente una demanda
insatisfecha y una convertibilidad muy limitada, puesto habrá absoluta
libertad para que los dólares se conviertan en bolívares, pero no habrá
la misma libertad para que los bolívares se conviertan en dólares. Esa
demanda insatisfecha originará, tarde o temprano, un mercado paralelo,
donde no solo imperará un precio más elevado, sino que ese precio
fluctuará diariamente de acuerdo a oferta y la demanda.
¿Y de donde saldrá la oferta de dólares para alimentar ese mercado
paralelo? Hay varias respuestas a esa pregunta: los dólares provendrán
de manos de los afortunados que obtuvieron dólares oficiales y más
baratos en el mercado formal, o de los exportadores que después de
liquidar un porcentaje de sus ventas externas, en forma obligatoria, en
el BCV, tendrán más grados de libertad para disponer del resto de las
divisas que hayan obtenido como resultado de sus exportaciones. También
de los turistas, y de los venezolanos que tienen depósitos en dólares en
el exterior, y que decidan, por alguna razón, traerlos al país. Las
remesas, en la medida que puedan escapar al cerco oficial, también
pueden eventualmente alimentar este mercado paralelo.
Así, en síntesis, el mercado formal o bancario camina inexorablemente
hacia el desequilibrio y hacia la generación de una demanda
insatisfecha, y el mercado informal, a su vez, camina hacia un
equilibrio volátil en el cual la tasa de cambio que allí impere cambiará
día a día, por las fluctuaciones de la oferta y la demanda. ¿Es este el
sistema de libre convertibilidad del cual nos habla el gobierno?
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