NICOLÁS MADURO, DEMÓCRATA Y ECONOMISTA
CARLOS RODRIGUEZ BRAUN
Tras ver el desastre interminable del anticapitalismo populista en Venezuela, agravado esta semana por una nueva devaluación y más medidas antiliberales, recordé un increíble artículo publicado hace unos meses por Nicolás Maduro en El País,
donde sostiene que su democracia “latinoamericana, africana e indígena”
es única porque es para el pueblo, no para las elites, es genuina, y es
feminista. Una monstruosa mentira, porque la casta bolivariana ha
acumulado millones, mientras encerraba a presos políticos, y la mortalidad de las madres en Venezuela aumentaba un 65 %, como denunció Moisés Naím. Políticamente, el régimen bolivariano
es un apestado internacional, y su democracia “latinoamericana” ha sido
denunciada como fraudulenta por una quincena de gobiernos democráticos
de América Latina.
Con este paupérrimo palmarés político, el déspota emprende el más
difícil todavía: reivindicarse económicamente. Con un lenguaje
impecablemente inclusivo, que haría las delicias de nuestros
progresistas —“todos y todas las venezolanas y venezolanos”— sigue el
guion de la izquierda más sensiblera, demagoga y populista: “Una
economía que es pura especulación, y no considera como prioridad la prosperidad y la soberanía del pueblo,
es hambre para hoy y mañana pan para el imperio. La economía es el
corazón de nuestro proyecto revolucionario. Pero en mi corazón está
primero la gente. La economía o es para el pueblo o es abuso”.
Y con todo descaro asegura que “hemos promovido una política de pleno empleo… para garantizar a nuestros jóvenes el acceso al trabajo y a su porvenir”. La única crítica es, naturalmente, al “bloqueo comercial
inhumano al que nos han sometido los Gobiernos de EE.UU. y de Europa,
que tanto daño han hecho a nuestro pueblo”. Como si la tiranía
bolivariana no hubiese hecho nada. Hasta reclama el aplauso por “la
invención de la primera criptomoneda respaldada en
riquezas del mundo, el petro, cuyos beneficios ya se están invirtiendo,
inmediatamente, en la gente, como siempre lo hemos hecho”. En un sentido
sí es una invención: un engaño, una ficción.
Lo que es real es la miseria que las políticas bolivarianas
anticapitalistas de Maduro han impuesto a los trabajadores venezolanos,
que padecen una devastadora hiperinflación, junto a los
“logros” económicos habituales del comunismo: miseria,
desabastecimiento de comida y medicinas, cortes de agua y de luz, etc.
El artículo de Maduro lleva por título: “Nuestra democracia es proteger”.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 25 de agosto de 2018.
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