viernes, 16 de octubre de 2009

¡ADIOS LUZ QUE TE APAGASTE¡

Mientras el país observaba la bufonada que representaron obligados y humillados los ministros de la economía para no decir nada, gran parte de los hogares y comercios venezolanos (Puerto La Cruz, Guayana, Apure, Paraguaná, Mérida, Trujillo, etc) andaba de carreras tratando de impedir que los alimentos que consumen o venden no se descompusieran por los apagones intermitentes y cada vez más prolongados, que en algunos casos se mantienen desde hace años.

Ya esta situación resulta insoportable para esas poblaciones. No se trata sólo de la simple falta de luz, que ya es una calamidad, son también los perjuicios mil millonarios que está generando en términos de pérdida de horas de trabajo, de producción, de ventas y también de estudio; esto sin olvidar la destrucción de aparatos eléctricos de diversa índole.

Además de la ignorancia, el despilfarro y la corrupción, la incompetencia en materia de servicios públicos de quienes gobiernan está llevando al país al desastre con estos problemas de interrupción de luz y agua.

No les basta ya el manejo desastroso de la economía que hacen. No están conformes con acorralar y/o destruir las actividades del sector privado. No se sacian con la eliminación de la propiedad privada y las estatizaciones disparatadas. No se sintieron satisfechos con la demolición de las instituciones y empresas públicas o con cerrar televisoras y radios. No se contentan con perseguir a la oposición y a su propia disidencia, violando los más elementales derechos humanos. Su perversidad es ilimitada.

Ahora fraguan casos penales en contra de gobernadores y alcaldes que ganaron sus puestos a pesar de las adversidades y el ventajismo del gobierno. Pero estas arbitrariedades les están saliendo caras.

Mientras cólicos y demás apuros estomacales se apoderan de Miraflores, los venezolanos estamos más acogotados por los asesinatos de nuestros hijos en manos de un malandraje envalentonado y tolerado, unas calles y carreteras en circunstancias deplorables, unos hospitales que dan vergüenza, la ruina de las empresas del Estado y una corrupción gubernamental repugnante y desbocada.

Mientras todo esto ocurre, el gobierno anuncia que regalará 80 millones de dólares (176.000.000 de bolívares fuertes a la tasa oficial) para darle un buen servicio de luz no a Punto Fijo, San Fernando de Apure o Puerto La Cruz, sino a Bolivia. ¡Qué descaro¡ ¡Qué bofetada a los venezolanos que se entusiasmaron con las promesas de cambio que este gobierno hizo¡

Frente a caos que se abre paso, el gobierno en lugar de buscar soluciones, consagra su tiempo a dar rienda suelta a su demencia estatista, a comprar más armas o a reunirse en Bolivia con sus lacayos de ALBA para crear una moneda cuyo fracaso ya está cantado.

Pero esta tragedia de la luz eléctrica, aunada a la de otros servicios, se está trasmutando progresivamente en otro apagón de mayor significación, en este caso político, que las encuestas comienzan a reflejar como una tendencia que va asentándose con fuerza. De allí el inicio prematuro de la campaña electoral con distintos movimientos nerviosos del gobierno, que van desde endeudarnos más para despilfarrar más, lanzando dinero a la calle con el propósito de dar una sensación de bienestar, hasta eliminar o poner sordina a focos de tensión política que le puedan generar antipatías.

¡Adios luz que te apagaste¡ dirían los viejos de antes. Y es esto lo que cada vez más venezolanos comienzan a decirle al déspota de Miraflores. El “brillo” que algunos descaminados vieron en este gobernante entra en un curso de decadencia cuya aceleración abre posibilidades a las fuerzas democráticas que sepan leer atinadamente los tiempos.

EMILIO NOUEL V.

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