Grupo La Colina

Los que son mejores que Micheletti

Adolfo Salgueiro

Octubre 24, 2009

¿Desde Miraflores se sigue una línea coherente con los principios de la democracia electiva?

Como es sabido Júpiter rebautizó a Micheletti como Goriletti, lo cual ha sido asumido como obligatorio por todos los voceros gubernamentales. La razón que sustenta el insultante apodo es que el Presidente “de facto” de Honduras es “golpista” y por tanto leproso al que no se puede uno acercar (y el 4F? y el 27N?). Poco importa que una determinante mayoría de los hondureños apoye el desplazamiento de Zelaya aun reprobando la forma como ello se llevó a cabo.

Ante tal desgarramiento de vestiduras uno supondría que desde Miraflores se sigue una línea coherente con los principios de la democracia electiva. Sin embargo, que recordemos, Fidel nunca fue elegido por métodos tradicionales ni tampoco Raúl cuya investidura más lució como una sucesión monárquica que el resultado de alguna consulta popular.

Esta misma semana la prensa reseñó la visita a Venezuela de Carlos Gomes, Primer Ministro de la república africana de Guinea-Bissau cuyos antecedentes recientes lo vinculan a la sospecha de haber asesinado a su rival el presidente Joao Bernardo Vieira el pasado 2 de mayo. ¿Será que este es mejor que Micheletti/Goriletti?

También acabamos de ser honrados con la visita del presidente de Mauritania Mohammed Ould Abdel-Aziz quien en 2008, siendo jefe del Estado Mayor derrocó al primer y único presidente electo en la historia de ese país Sidi Ould Cheik Abdallahi. ¿Será que este caso difiere en algo del de Honduras?

Sigamos con las cordiales relaciones diplomáticas establecidas por nuestro actual Gobierno con el de Guinea/Bissau, el mismísimo que el pasado 28 de septiembre sofocó una manifestación popular no con el inocente “gas del bueno” sino con plomo que mató a 157 personas. ¿Será que esa forma de dispersar manifestaciones utilizada por el capitán Moussa Dadis Cámara es más aceptable que el gas que utiliza Micheletti/Goriletti en Tegucigalpa? ¿Romperemos relaciones? Por si lo anterior fuera poco no debemos olvidar que el 7 de septiembre nuestro Marco Polo tropical visitó la ex república soviética de Turkmenistán, en el Asia Central constituyéndose en el primer Jefe de Estado latinoamericano en hacerlo. Allá se confundió en caluroso abrazo con K. Berdymukhamedov cuyo estilo de gobierno incluye partido único, presos políticos, dictadura feroz, etc. Seguramente que él resultará mucho más democrático que Micheletti/Goriletti.

Tampoco olvidemos la invitación cursada a Omar Al Bashir, presidente de Sudán, también Primer Ministro y jefe de las fuerzas armadas, requerido por la Corte Penal Internacional nada menos que por permitir y aupar las matanzas de Darfur donde medio millón de personas han perdido ya la vida. Seguramente que ese ejemplar es más potable que Micheletti/Goriletti.

Agreguemos a Gadafi, Mugabe, Lukachenko, Saddam Hussein y demás “amiguitos” para poder extraer nuestras propias conclusiones acerca de la coherencia o no del discurso oficial en materia de política exterior. Pero si aún así pareciera poco veamos cómo esta misma semana el TSJ, por segunda vez, se ha negado a cumplir con una sentencia obligatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.