COMUNICADO DE LA MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA SOBRE LA AGRESIÓN DEL GOBIERNO CHAVISTA CONTRA DIPUTADOS DEMOCRÁTICOS
Venezuela experimenta una grave
crisis política a partir de los comicios presidenciales del 14 de abril de
2013. Las protestas han arrojado hasta ahora un lamentable saldo de muertos,
heridos y detenidos y frente a protestas pacíficas, se ha desatado una brutal represión militar y policial.
Campañas gubernamentales de corte fascista, han intentado culpar a la oposición
de hechos de violencia inexistentes o fabricados por la propaganda oficial,
buscando, fundamentalmente, criminalizar la disidencia. La oposición desconoce
la legitimidad del nuevo gobierno y la situación tiende a agravarse, lo cual
amerita tomar medidas que conduzcan a la normalidad y traigan estabilidad.
El oficialismo promueve la
violencia institucional como mecanismo para consolidad la desviación del
resultado electoral, acallar las protestas populares pacíficas y distraer la
atención sobre la solicitud de recuento de los votos, el gobierno ha
desencadenado, estimulado y coordinado actos de violencia contra la oposición y
los manifestantes. Como parte de dicha estrategia, el gobierno, mediante el uso
sistemático de falsos positivos, acusa a la oposición de los actos de violencia
y ha comenzado a amenazar con supuestos procedimientos “legales” a sus
principales líderes. La violencia generada desde las altas esferas del Poder
Ejecutivo se ha instrumentado por la vía del uso de la fuerza militar y del
aparato policial represivo que se ha venido construyendo con asesoría del
gobierno cubano.
Se instituye la discriminación y
persecución política de signo fascista signada por la intolerancia y
persecución de quiénes piensan distinto al régimen o solicitan el reconteo de
los votos. Miembros del Poder Ejecutivo nacional y regional han desatado una
inhumana cacería de empleados públicos por la mera sospecha de haber votado por
Henrique Capriles, incautando teléfonos celulares, interviniendo cuentas
personales en las redes sociales y despidiendo ilegalmente a los sospechosos.
Un brutal y artero ataque contra
varios diputados de la Unidad se produjo esta tarde en el hemiciclo de la Asamblea
Nacional ante la mirada cómplice del presidente de dicho órgano, el diputado
Diosdado Cabello. En una tensa sesión en la que nuevamente se les negaba el
derecho de palabra a los diputados opositores, cuyos micrófonos en esta
oportunidad fueron extraídos de sus curules, un grupo de parlamentarios
oficialistas y personas armadas ajenas al parlamento arremetieron a puñetazos
contra el jefe de la bancada de Primero Justicia, el diputado Julio Borges,
ocasionándole serias lesiones en el rostro. De igual manera, la diputada
independiente María Corina Machado fue golpeada y lanzada al piso donde recibió
patadas de sus agresores. Lo mismo ocurriría con los diputados Américo de
Grazia, Ismael García, Dinorah Figuera, Nora Bracho, Eduardo Gómez Sígala,
Abelardo Díaz, Homero Ruíz, Luis Barragán.
Estos actos de violencia,
tolerados por el presidente de la Asamblea y perpetrados por diputados de la
fracción oficialista, son propiciados por el discurso de Nicolás Maduro, quien
cree equivocadamente que para “mostrar carácter” requiere de la agresividad y
la violencia, constituyen un hecho grave que afectó
seriamente la institucionalidad democrática y pone en serio riesgo la
institución parlamentaria.
Denunciamos que estamos ante un virtual
golpe de estado contra la Asamblea Nacional. Varias señales así lo revelan: la inadmisible
negativa a otorgar el derecho de palabra a los diputados de la Unidad
Democrática desconociéndoseles como representantes del pueblo; la destitución
de los miembros de esta bancada de las directivas de las Comisiones Permanentes;
las agresiones contra el diputado William Dávila la semana pasada y ahora estas
nuevas agresiones contra varios diputados de la Unidad.
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