viernes, 10 de mayo de 2013


Pesadilla en el circo


JEAN MANINAT |  

EL UNIVERSAL

Llegó el circo y los histriones andan sueltos por la ciudad. Hacen de las suyas a diestra y siniestra. No son travesuras menores, no juegan a las escondidas con las niñas de la platea, o le roban la chupeta al desprevenido hijo de la vecina; son labores mayores las que los ocupan. Quieren desaparecer por arte de magia todo lo que pone al descubierto la decadencia de su acto: la luz que ilumina los remiendos de sus trajes ideológicos, la poca magia que les queda para levantar entusiasmos programáticos entre su público, los conejos que huyen despavoridos de las chisteras militantes, los saltadores de talanqueras que aterrizan en el pavimento con el  trasero arrepentido. Por eso insisten ensimismados en repetir los engañifas habituales  a pesar que ya nadie les cree.

A trompicones y tropezones dan la vuelta a la pista central apretujados y sonrientes en un autobús desorientado y sin frenos; van para adelante y para atrás, se avientan en círculos vertiginosos, giran mareados sobre sí mismos, y zigzagueando entrompan el graderío mientras por la puerta grande son miles los que evacuan atropellados y entre alaridos la gran carpa roja; y son otros miles los que se deslizan en sigilo hacia las puertas laterales de salida, a la espera del menor descuido de los comisarios que todavía las resguardan, para salir corriendo entristecidos  a campo traviesa.

¡Señorees y señooras! ¡Damas y caballeeros!
!Niñoos y niñas! el Gran Circo del Horror Red Plantain Brothers se enorgullece en presentar al inconmensurable, al inigualable, al sanguinario muñeco militar capaz de acabar a patadas y porrazos cualquier fiesta infantil, cualquier reunión de padres y maestros, cualquier encuentro de ciudadanos de la tercera edad, cualquier exhibición de flores y plantas amazónicas en vías de extinción, cualquier Parlamento que quiera parlamentar, cualquier reunión que se quiera reunir sin su permiso. Así es señores y señoras, ¡Lo han adivinado! Con ustedes, y en exclusiva... El Rey del choque, la escaramuza, el topetazo, el golpe, la colisión, la cachiporra, los traumatismos localizados y generalizados: el teniente ¡CHUCKYYY!

¡Señorees y señooras! ¡Damas y caballeeros!
!Niñoos y niñas! En el Gran Circo del Horror Red Plantain Brothers, también nos ocupamos de la cultura, del saber, del conocimiento y para demostrarlo procederemos a pasar en cadena un saludo de nuestra estrella internacional, Nico el Memorioso, en la seguridad de que sabrán apreciar la profundidad de su mensaje y la vastedad de sus conocimientos de toda índole.

"Muy buenos días, tardes y noches a todas y todos. Qué más quisiera yo que estar con ustedes pero me encuentro en este momento en una gira artística por el sur del continente.  Me encuentro en La Asunción, capital de esa gran provincia argentina llamada Uruguay donde hemos podido hablar con su primer ministro Tito Mujica. ¿Cómo? Perdón... quise decir, el presidente Mujica del Paraguay. ¿Tampoco? En fin, luego parto para Buenos Aires  a comerme un buen choripán en unos carritos que hay al borde del Río de La Lata, y más tarde me voy para el Palacio de la Moneda a conversar un poco con la presidenta sobre la siembra del corcho, que tan bien se les da allá,  y a ver cómo podemos traernos ese cultivo y ayudar así a los agricultores de nuestro país a diversificar su producción.  Y finalmente voy a volar hacia ese gran país que es Brasilia, a saludar a la presidenta Lula Rousseff, ¿Perdón? Bueno, quise decir Dilma... es que...  Lula me echó una manita con el circo cuando nos empezó a ir mal y eso se agradece. Además es amigo de Pelé y capaz y me consigue un bolígrafo. ¿Perdón? Eso, eso digo... para que me firme un autógrafo con un bolígrafo, o fíjense, se me ocurre, se podría desarrollar un autobolígrafo para que los autógrafos se firmen a sí mismos. Claro... porque un autolavado no es lo mismo que un autogol, ni un automercado lo mismo que un autoempleado. ¿O no? Además, bueno, uno llega y ¿para qué? pos mejor no, y a lo mejor, pos ya estuvo y a lo mejor y no hay para qué si al fin que, ¡qué digo yo! Mejor ni lo digo, pero ahí está el detalle".

Afortunadamente, cuando desperté tenía un libro de Monterroso al lado, pero el dinosaurio se alejaba en retirada frente a mi. Creo que es un buen presagio.  

@jeanmaninat

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