miércoles, 1 de mayo de 2013


VENEZUELA: FRAUDE Y EMBOSCADA


            Leandro Area

Ante una victoria democrática de la oposición, fraude electoral del gobierno, y como expresión de esa frustración, emboscada en la Asamblea Nacional a los diputados de la Unidad. En esta ecuación queda exhibida la lógica de la derrota del proyecto político chavista que sus herederos han mostrado ante el mundo con pruebas fehacientes en la mano que son fotos, videos, narraciones, audios, silencios y cadenas oficiales cómplices. No tienen argumento, usan la fuerza que no tienen.  

Y este hecho de oprobio, perpetrado con premeditación y alevosía, el de los coñazos del botiquín rocolero en el que ha convertido nuestro militarizado congreso, no debe ser entendido cual un ultraje más a los principios democráticos, sino como la dentellada premonitoria de que las acciones de violencia del gobierno ilegítimo atornillado en el poder con la villanía compinche del Consejo Nacional Electoral, son expresión del fascismo real y creciente ya salido de jaula.

Mientras estas hordas más hablan de amor, más se asemejan a los heraldos negros. Cuánto más enseñan la Constitución es porque la están violando con ahínco; en tanto más expectoran de dignidad, más enseñan su chequera de petróleo con la que tapan la voz a tantos miserables comprados, unos más fáciles y baratos que otros, seamos objetivos.

A esta periquera que llamamos América Latina debería al menos darle vergüenza que la mayoría de sus líderes y gobiernos se hagan de la vista gorda ante tanta tropelía continuada y sistemática. A los Estados Unidos, siempre pensando con la mano en el bolsillo, tendría que darle también pena hacerse de vista tan obesa. A las naciones de Europa convendría mirar más allá de su ombligo lejano y ya en caída. Y más allá también. Porque lo que aquí ocurre es cuestión de principios pisoteados, de democracia contra dictadura o a la inversa, de derechos humanos frente a impunidad, de legitimidad y dignidad frente a trampa e ilegalidad.

Mas aquí adentro, después de quince años que ya de tan largos parecen todo un siglo en retroceso, se ha levantado un dique de contención frente a tanto desasosiego y marramuncia. Millones de ciudadanos, a pesar o en razón de tantas calamidades e infortunios, nos hemos levantado en voz y acciones unitarias para luchar por el país en el que creemos puede ser. Contamos para ello con un liderazgo digno, capaz y unido encabezado por Henrique Capriles que, acompañado por unos diputados elegidos sí por el pueblo, capaces y valientes, organizan y alumbran a una ciudadanía que crece diariamente y se defiende con las uñas de un proyecto manipulado desde La Habana, que cabroneado por las instituciones del Estado venezolano, no expresa sino el barranco de dictadura y pobreza por el que nos han lanzado los que no tienen razón ni mayoría.

La crisis existencial que vive Venezuela se destapa a los ojos de todos. Después no digan que no sabían; que no entendían; que allá ustedes. ¡Cobardes!


Leandro Area

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