Jean Maninat
Con aires de ópera bufa, de cabaret descascarado, el gobierno continúa su marcha hacia su total descrédito a nivel nacional e internacional. Salvo en una película de los Tres Chiflados, difícilmente se encontrarán tantos desaguisados, tantas torpezas, tantas zancadillas, patadas, coscorrones y nariceadas juntas, como las que nos ofrecen animosos los jerarcas del oficialismo rojo.
De no ser trágico para los destinos de este país, ameritaría comprarse un paquete de cotufas y sentarse a disfrutar el espectáculo risible del todos contra todos que deshilacha al proyecto oficial y al partido que lo sustenta.
La revelación del audio del otrora símbolo y gurú mediático del Socialismo del Siglo XXI, digna de ser más bien reseñada en las páginas de Sucesos, ha venido a corroborar el grado de descomposición política y moral que carcome al régimen y que es noticia consagrada entre fieles y renuentes. "Nada nuevo nos entrega", han dicho algunos, sin darse cuenta que por ese tajo de navaja pendenciera, continuará desangrándose la confianza de las bases del chavismo en quienes han querido usurpar la memoria del fundador y, de paso, mediante un arrebatón ganancioso, la presidencia de la república.
El ventilador con aspas de hojillas oxidadas y gangrenadas no ha dejado títere con cabello entre los jerarcas rojos, y de paso apuntó, entre petulante y jacarandoso, hacia el líder histórico de la revolución cubana. ¿Qué tendrá que decir el gobierno cubano –que por cierto detenta en la persona de Raúl Castro la presidencia pro tempore de la Celac– acerca de la desconfianza absoluta del "compañero Fidel" en las "elecciones burguesas" y su recomendación de abolirlas definitivamente en nuestro país, según las revelaciones hechas ante un supuesto funcionario de su gobierno? ¿O de la supuesta ingerencia de su agencia de inteligencia emblemática en los asuntos de Venezuela? ¿Silence is petroleum asere? ¿O lo que es obvio no merece respuesta?
¿Qué pensarán ahora los presidentes de Unasur quienes salieron presurosos a tratar de legitimar a su nuevo-nuevo mejor amigo? ¿Cómo le explicarán a sus electores que a pesar de las juntas ellos no practican las mismas artes? Las urnas electorales, es sabido, no comulgan con la realpolitik y suelen obligar a los gobernantes a dirigir la mirada hacia lo que quieren borrar con la complacencia de sus retinas.
Ya se ha hecho referencia, con acierto, al impacto que tuvieron los llamados Vladivideos en el desplome del gobierno de Fujimori en Perú. Nadie pensó que la afición del nefasto Montesinos a filmarse a sí mismo en el acto de descomponer moralmente a propios y extraños, propulsaría tan súbitamente la carrera del expresidente peruano hacia la tierra de sus ancestros para buscar el exilio, y un fax con el cual anunciarle al mundo que botaba tierrita y no jugaba más. De estas marañas se sabe cómo comienzan pero nunca cómo terminan, dictamina la sabiduría del lugar común.
El líder de la oposición venezolana: Henrique Capriles, y los dirigentes de la MUD, han realizado una labor seria, valiente y certera para avanzar el proyecto de recuperación democrática en el país. Han construido una opción triunfadora que crece día a día en su prestigio nacional e internacional. Mientras el gobierno pierde credibilidad a toda marcha, la oposición y su líder se fortalecen y dictan la agenda política. Rebobinemos unos meses atrás la memoria y nos daremos cuenta la talla de la labor realizada.
Mientras tanto, en los cuarteles de las diversas facciones rojas crece la sospecha mutua a la espera de la detonación de un nuevo audio revelador. ¿Quién prepara la próxima entrega? Es la pregunta que les martilla el dolor en las sienes mientras ponen en cuarentena hasta el reflejo de sus propias sombras. Se despiertan aterrados sudando micrófonos ocultos.
Cría hojillas y te gangrenarán el alma, les grazna en la ventana un cuervo impenitente.
@jeanmaninat
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