Luis Pedro España
Aunque el debate nacional se ha centrado en lo errático que luce el gobierno en materia económica, lo verdaderamente sorprendente y prueba irrefutable de que a este gobierno le falta pegada social, y que a la fecha pareciera vivir de las rentas del pasado, es que no ha logrado atinar con un refrescamiento de su política (o propaganda) social.
Hace poco anunciaron otra iniciativa de misiones. Las “bases de misiones sociales”. El leguaje militar y la marca comercial se mantienen, pero falta el entusiasmo y la autenticidad del pasado.
Cierto es que el presidente Chávez también hizo anuncios referidos a las misiones que no tuvieron pegada. De todas las que sirvieron de preparación a la campaña electoral de 2012, solo una, la Gran Misión Vivienda, levantó el entusiasmo que necesitaba que se reflejara en las urnas. Pero en lo que va de este gobierno, no han pegado ni una. Revisemos.
Misión Eficiencia o Nada, Barrio Nuevo, Eléctrica Venezuela, Negro Primero, Jóvenes de la Patria, Nevado y Transporte. Ninguna despertó el menor interés y, puede que por ello, ninguna forman parte de esta nueva: base de misiones.
Anunciada el 7 de junio y recientemente recordada por algún ministro, este nuevo instrumento de política social ni siquiera forma parte de la campaña comunicacional de los últimos días. Es tan insípida que parece un anuncio de técnicos del Banco Mundial en programas de compensación social.
Las Bases de Misiones presentadas como un programa de erradicación de la pobreza extrema, que claramente no lo es porque no atiende sus causas, al menos podían ser un alivio frente a la inflación y el desabastecimiento. Pero no, medido por lo único que les importa, la propaganda, estas no tienen el centimetraje que, por ejemplo, ha adquirido el tema de la guerra al contrabando o a las colas (sic). De alguna forma volvieron fue a un refrescamiento del “dakazo”.
Ello demuestra que como que el gobierno ha dado la vuelta completa una vez más. De delinear conjunto de medidas económicas con su correspondiente plan de compensación social (¿Bases de Misiones?), a nuevamente centrase en los síntomas de los problema. Eso es lo que se puede concluir cuando se pretende hacer creer que es el contrabando el responsable del desabastecimiento, o que ciertas imperfecciones en los centros de abastecimiento o locales comerciales son los causantes de las colas. Cambiaron la atención del pueblo, aunque fuera de utilería, por enfrentar enemigos que den sensación de que algo están haciendo.
Seguimos bajo el signo de la mentira. Allí siguen y allí seguirán mientras los criterios de implementación de políticas sea mediado por el termómetro de la popularidad o por las trazas ideológicas que cada cierto tiempo los adornan.
Vamos a ver cuanto tiempo dura el fantasma del nuevo enemigo: el contrabandazo.
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