sábado, 30 de agosto de 2014

Los 8 millones de petrodólares que Chávez inyectó en el Arcis

Miguel Paz
EL MOSTRADOR CHILE

Las platas bolivarianas fueron entregadas en enero por el banco del Estado venezolano para ir en ayuda de la casa de estudios. La embajadora María Urbaneja habría sido pieza clave en las gestiones con Caracas para obtener los fondos. Una vez recibidos, Marambio y el PC aprovecharon de pedir la salida de los otros socios y tomar el control total de la universidad, a través de su inmobiliaria Libertad.
No contaron billetes uno por uno ni necesitaron un “valijero” como Guido Antonioni Wilson, el venezolano detenido el año pasado en el aeropuerto de Ezeiza intentando ingresar ilegalmente 800 mil dólares a la Argentina. Pero recibieron $8 millones de dólares luego de viajar a Caracas, para sellar el acuerdo que habría sido visado por el presidente venezolano Hugo Chávez y monitoreado por su embajadora en Chile, María Urbaneja.
La historia de cómo el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), de propiedad estatal, hizo en enero pasado el millonario préstamo a la Universidad Arcis, de propiedad del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL), del Partido Comunista; la Fundación Joel Marambio, del empresario y ex mirista Max Marambio; y la Fundación Salvador S.A., de Jorge Arrate, Roberto Celedón, José María Bulnes y Adil Brkovic, se remonta al sábado 10 de noviembre del año pasado.
Ese día, aprovechando su participación en el encuentro alternativo a la XVII Cumbre Iberoamericana, la casa de estudios dio a Hugo Chávez Frías el grado de Doctor Honoris Causa. Y durante su estadía en Chile, el mandatario habría manifestado su disposición a otorgar un mayor apoyo a la Universidad del que ya le estaba dando desde 2005, mediante un acuerdo de intercambio académico con la Universidad Bolivariana de Venezuela, creada por él.
Una de las formas de hacerlo fue sellar un nuevo convenio, esta vez entre Arcis y la Fundación Gran Mariscal Ayacucho, institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior, que entrega becas para que venezolanos estudien en alguno de los programas de postgrado de Arcis. Son cerca de 200 becas.
La otra vía fue la entrega de un crédito blando del Bandes, para resolver la situación financiera de Arcis, por cerca de $8 millones de dólares (alrededor de $4 mil millones de pesos) pagadero a 20 años, con un interés anual del 3,3 por ciento y un año de gracia antes de empezar a pagar.
Cómo se gestó el préstamo
Pieza clave en la obtención de los recursos frescos para la casa de estudios, que venía de enfrentar una seria crisis luego de una toma que se prolongó desde el 23 de mayo al 15 de junio de 2006 y que dividió en dos bandos a los socios de la Universidad, habría sido la embajadora de Venezuela en Santiago, María Urbaneja, quien no respondió los llamados de El Mostrador para pedirle su versión de los hechos.
Por aquel entonces el cineasta Sergio Trabucco era secretario general del directorio de la Universidad y, según fuentes de la casa de estudios, propuso sondear entidades bancarias chilenas para conseguir un préstamo. “Pero como ni siquiera el BancoEstado estuvo dispuesto a prestarle plata al Arcis, él apeló a su cercanía con la embajadora María Urbaneja, con quien es íntimo”, explica otro personero que conoció las gestiones de primera mano.
Trabucco estuvo exiliado varios años en Venezuela, donde logró forjar una nutrida red de amistades en el mundo intelectual y político de izquierda, incluida Urbaneja, a quien conoce desde los tiempos de la Unidad Popular. Debido a ello, le planteó a la diplomática la necesidad de conseguir un crédito blando, amparado en los activos de la universidad, para repotenciar la casa de estudios.
Una vez que desde Caracas llegó el visto bueno para estudiar el préstamo del Bandes, entidad supeditada al Ministerio del Poder Popular de las Finanzas, habrían viajado a Venezuela Juan Andrés Lagos, encargado de relaciones internacionales del PC, su compañero de partido, el vicerrector de gestión y finanzas de Arcis, Galo Eidelstein, y el propio Max Marambio, quien quería cerciorarse por sí mismo de la concreción del préstamo.
Meses antes el ex escolta de Salvador Allende y amigo íntimo de Fidel Castro habría expuesto el interés de vender su parte de la Universidad, materia que incluso se habría discutido con representantes de la Corporación Santo Tomás, del fallecido Gerardo Rocha, y del Instituto Los Leones, ligado a Fernando Vicencio. La perspectiva de la inyección de dinero venezolano le habría hecho cambiar de opinión.
El millonario préstamo se cerró en enero. Para eso viajó a Caracas el rector de Arcis, Carlos Margotta -quien no respondió los llamados de este medio- y se reunió con directivos del Bandes, oficializando la operación financiera.
Entonces comenzaron los problemas, aseguran altas fuentes de la casa de estudios que discrepan de cómo se maneja el proyecto universitario.
Toma de control
En principio la idea del préstamo habría sido que llegara directamente a la Corporación Universidad Arcis para sanear las finanzas. Pero en enero cuando los recursos se entregaron, aseguran altas fuentes de la casa de estudios, Marambio y el PC acordaron que los US$8 millones deberían entrar a la Inmobiliaria Libertad S.A., y ser derivados a la Corporación por esta.
Libertad S.A. fue creada en octubre de 2004 cuando Marambio y el PC ingresaron como “socios estratégicos” a la Universidad para ayudar a paliar “solidariamente” el déficit económico de Arcis. Libertad nació con un aporte de 600 millones de pesos de la Fundación Joel Marambio, 600 millones de ICAL (provenientes de la venta de inmuebles devueltos al PC por el Estado), y cerca de 320 millones contribuidos por Fundación Salvador S.A., creada para estos efectos por los miembros de la Corporación, Jorge Arrate, Roberto Celedón, José María Bulnes y Adil Brkovic. El porcentaje de propiedad de la Inmobiliaria quedó establecido en un 25% para cada socio y el 25% restante fue a la Corporación Universidad Arcis, que siguen integrando los académicos.
La condición impuesta por los históricos para aceptar a Marambio y el PC como “socios estratégicos” bajo la nueva estructura fue que la sociedad duraría hasta salir de la crisis. Luego Libertad S.A. debería restituir los bienes inmuebles a la Corporación Universidad Arcis, y los socios estratégicos, una vez recuperado el capital invertido, dejarían de participar en la sociedad.
El viernes 4 de abril pasado, Marambio en su calidad de presidente de la Corporación, citó una asamblea de directorio y planteó algo distinto. En la reunión, dicen testigos del encuentro, el empresario y sus aliados de ICAL pidieron la salida de la Fundación Salvador, y el despido del contralor de la Universidad y socio de Salvador, Adil Brkovic, así como de Sergio Trabucco, artífice de las gestiones con la embajadora Urbaneja, la cual se habría enterado por boca de su amigo de lo que estaba pasando.
A través de Nazareno S.A. Marambio compró en tres cuotas las acciones de la Fundación Salvador en una cifra cercana a los 320 millones de pesos que la empresa puso en 2004. De esta forma, el ex GAP se convirtió en socio mayoritario seguido por ICAL. Así, apenas cuatro años después de haberse incorporado al proyecto, el empresario y el PC se transformaron en los únicos dueños de la Universidad.
Las armas de ayer y hoy
Tras su retiro del directorio de la Corporación y ser despedido de su trabajo en Arcis, Trabucco entró en un silencio que sólo rompió en junio pasado cuando envió una carta abierta a la comunidad académica.
Titulada “La Comunidad Arciana frente a Las Armas de Hoy”, en directa alusión a las memorias de Marambio “Las Armas del Ayer”, Trabucco calificó la operación como un “Golpe Blanco” y dio a conocer su versión de los hechos.
Denunció también que para llevar a cabo su plan, Marambio y el PC “vendieron y se compraron a si mismos y sin consultarle a sus dueños, el 25% de las acciones que la Corporación tenía en la inmobiliaria de la Universidad, haciéndose así de un porcentaje que corresponde a toda la comunidad ¡y que nunca estuvo en venta!”.
El último párrafo de la extensa misiva no deja lugar a dudas respecto a la animadversión a sus ex socios: “Las Armas de Hoy, las del saqueo y el lucro, estrenadas por la derecha, pareciera que están dando resultados en una universidad libertaria como la nuestra”.
Trabucco no quiso conversar con El Mostrador. Argumentó que está preparando acciones judiciales contra los nuevos dueños de la Universidad y que no hablará hasta hacerlas efectivas.
Reconocimiento a medias
La versión de petrodólares fluyendo hacia las arcas universitarias fue desmentida en todos los tonos por las máximas autoridades de Arcis cuando Hugo Chávez recibió el grado de Doctor Honoris Causa de la Universidad. Entonces Marambio aseguró que el único nexo con Venezuela es académico.
Consultado por El Mostrador, Eduardo Contreras, abogado de Marambio, militante PC y secretario del directorio de la corporación universitaria, dijo desconocer todo lo relativo a los dineros venezolanos.
Sin embargo, la llegada de las platas de Chávez a Arcis sí fue informada a los trabajadores en junio pasado. Sin detallar el origen chavista del dinero, Jorge Echeverría, ex gerente general de Los Silos de Nazareno (empresa de Marambio que intentó impulsar la creación de un aeródromo en Buin), aseguró a la directiva del Sindicato de Trabajadores que “ingresaron nuevos aportes de los socios de la corporación” en forma de un préstamo blando de $4.000 millones pagadero a 20 años con un 3,3 por ciento de interés anual y con 1 año de gracia.
Los dineros irán a cancelar la deuda histórica de la Universidad, a la creación de una Escuela de Postgrados y a publicidad y marketing para admisión de nuevos estudiantes. “Nada se menciona para invertir en el capital humano, ni menos cancelar la deuda a los trabajadores”, se indica en el acta de la reunión realizada el 1 de julio, donde la directiva del Sindicato informó a sus socios la noticia y analizó si el gremio irá a huelga para presionar por mejoras salariales.

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