Trino Márquez
Al incansable Tomás Páez.
Uno de
los signos más ominosos de la tragedia provocada por el régimen chavista, se
encuentra en el gigantesco flujo de venezolanos que han sido empujados a irse
del país desde 1999, cuando Hugo Chávez asciende a la presidencia de la
República. Las cifras del éxodo, para variar, son opacas. El gobierno no ofrece
datos confiables. Carece de una cifra consolidada que permita saber cuántos
venezolanos han emigrado. Los jerarcas del régimen piensan que si ocultan los
números reales el problema deja de existir o se atenúa. Aplican la misma
política que con la inflación: le ordenaron al Banco Central que no las
revelara con el vano propósito de ocultar la escalada. A los rojos les gusta
vender el sofá. Las cifras más conservadoras estiman en éxodo en millón y medio
de personas.
El flujo de venezolanos que se va
hacia otras naciones ha alcanzado tal
magnitud y gravedad, que se ha convertido en un tema de estudio para cada vez
más investigadores. Uno de los trabajos más recientes es el libro coordinado por Tomás Páez, sociólogo e
incansable explorador de ese laberinto de procesos que conforman las ciencias
sociales. La voz de la diáspora
venezolana (Los libros de la Catarata,
Madrid, 2015), es el sugestivo título del libro, publicado gracias al
apoyo de la UCV y del Center for
Democracy and Development in the Americas. El prólogo fue escrito por Ramón
Guillermo Aveledo. Lamentablemente, el volumen aún no se encuentra en las
librerías venezolanas. Esperemos que alguna distribuidora se anime a traerlo.
En España y Francia, países donde se concentra la mayor cantidad de emigrantes
venezolanos en Europa, el volumen ha tenido una enorme repercusión en la comunidad criolla. Ha sido presentado
con éxito en Madrid, Barcelona y París, entre otras importantes ciudades.
Según señala Aveledo en el prólogo, citando
como fuente la revista The Economist,
Venezuela ocupa el segundo lugar en el mundo -junto con Serbia- en lo relativo a la “fuga de cerebros”. Solo es
superada por Myanmar, donde gobierna una férrea dictadura militar comunista desde hace varias décadas.
Páez prefiere referirse a la “circulación de cerebros” para definir ese proceso
que lleva a que talentos en distintas áreas del planeta roten entre los países
desarrollados y en desarrollo, generando prosperidad a su paso.
En el caso de Venezuela, la migración
ha significado una pérdida gigantesca de capital humano. El estudio coordinado
por Páez -que contó con la colaboración de un sólido equipo de profesionales
residentes en Venezuela, España y Francia- demuestra que la mayor parte de los
emigrantes venezolanos han cursado estudios universitarios y muchos cuentan con
postgrados. El país les ha ofrecido la posibilidad de formarse, pero el
gobierno chavista los ha arrojado hacia el exterior porque aquí no consiguen
oportunidades para desarrollarse. La inflación, la escasez, el
desabastecimiento, la inseguridad personal, la ausencia de oportunidades para
emprender e invertir en un negocio con posibilidades de prosperar, el deterioro
del poder adquisitivo y de la calidad de vida, son las principales razones por
las cuales los venezolanos huyen. Esto lo muestra el estudio con datos
categóricos. A esta emigración asociada con el desencanto y la frustración debe
sumarse la de quienes son expulsados por el gobierno por motivos políticos. Los
forzados al exilio. Este segmento ha venido creciendo,
tal como ocurre en todas las dictaduras.
Hemos retornado a los viejos tiempos de la satrapía de Pérez Jiménez.
El resultado de esta expatriación
masiva es que el país está quedándose sin muchos de sus mejores talentos. Está
empobreciéndose también en el área del capital humano. Tomás Páez y el equipo
que lo acompañó desde el exterior son una expresión de esa descapitalización. Se
han marchado porque este generoso y boyante país que fue Venezuela, en manos de
los chavistas se transformó en una
infernal máquina de destrucción masiva.
En medio de las cifras tan punzantes
que muestra la investigación, aparece una buena noticia: existe una amplia
cantidad de venezolanos que estarían dispuestos a retornar a Venezuela para
contribuir con su recuperación, una vez que hayan sido desalojados los rojos
del poder. Demos un paso importante el 6-D.
@trinomarquezc
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