domingo, 25 de octubre de 2015

Reflexiones presidenciales

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Pedro Luis Echeverria

En la semipenumbra de su oficina, sentado en su escritorio y apenas iluminado por la mortecina luz de una pequeña lámpara, Maduro reflexiona sobre la evolución y resultados de su mandato, la situación política del país, sus perspectivas  y un tsunami de incertidumbre, miedo y angustia lo sacude y envuelve. Se formula preguntas y no encuentra respuestas, o si las encuentra éstas no presagian nada bueno para el país ni para su liderazgo político.
Piensa:
-A pesar de todos mis esfuerzos sigo cayendo en las encuestas. La matriz de opinión me hace responsable de todo lo malo que acontece en el país. En el partido no me paran y no logro consolidar, junto a Cilia y los pocos que me siguen, una tendencia hegemónica que me permita contrarrestar a mis enemigos; ellos y muchos más, que no me quieren aquí.
-Los militares que me rodean, exhiben rostros pétreos e inescrutables, desapareció la alegría de antaño. Cuando hablo y hago gala de mis dotes de orador y utilizo terminología castrense para congraciarme con ellos, no me miran o lo hacen de reojo, y, entre ellos, cruzan miradas de reprobación a lo que digo. Será que sienten que mis actuaciones los ponen en un brete del que se quieren salir o es que no les satisface el gran poder que tienen en mi gobierno y todavía quieren más?
-Aporrea y los de Marea Socialista que allí escriben no me dan tregua ni paz. Quieren que haga lo que jamás haré: cambiar la orientación de mi gobierno. Creo que a Aporrea le sale cierre, en breve.
-Las desavenencias y desencuentros al interior de mi gobierno y dentro del partido son de gran magnitud; trato de participar en dichos pleitos y no paso de ser un simple espectador, blanco de todas las criticas. Esos desagradecidos no toman en cuenta mis esfuerzos por cambiar el negativo resultado electoral que se avizora: He insultado, calumniado, acosado, amenazado y apresado, sin razón ni fundamento jurídico, a dirigentes opositores; he hecho de la intimidación mi forma preferida de hacer  política; he espiado y pinchado teléfonos privados; he decretado estados de excepción en zonas en las que, en condiciones normales, perderíamos el 6D; me he peleado con Colombia y Guyana; he cerrado fronteras; no he permitido la observación internacional para los comicios venideros; incondicionalmente he puesto, al servicio del partido, el ventajismo de uso de todos los bienes y servicios del Estado; he ahogado presupuestariamente a las Universidades; a la tan cacareada libertad de expresión la tengo bajo mi férreo control; al grupo Polar y a todos los empresarios privados los tengo permanentemente acosados e intimidados; a pesar que no dispongo de los recursos para ello y que no sé cómo se financiará, decreté un aumento de sueldos y salarios que, como se sabe, no alcanzará a resarcir la pérdida que mi gobierno, y el del que se fue, hemos causado al valor adquisitivo del salario del venezolano; a fin de mantener unido al partido y a los militares con mi liderazgo, he permitido y tolerado la corrupción y el estratosférico y escandaloso enriquecimiento de unos cuantos, asimismo,  el saqueo y la destrucción de PDVSA y otras empresas del Estado. Por éstas y otras cosas que se me escapan en este momento de reflexión, mi gobierno se habrá hecho merecedor del voto castigo?
-El país ha entrado en una profunda recesión económica. La producción y la inversión  no crecen a pesar de las enormes sumas de dinero, sin respaldo, que les transfiero, gracias a la complicidad e irresponsabilidad del BCV.  El PIB continuará declinando este año y con perspectivas que también lo continúe haciendo en los años venideros. La verdad es que no entiendo nada sobre economía. Habré perdido la "guerra económica" que inventé?
-La inflación ya es de tres dígitos y no encuentro la manera de detenerla y abatirla sin cambiar el modelo que he venido aplicando. La nueva Ley de Precios Justos-que organiza el incompetente Arreaza- me funcionará esta vez? A fe cierta que no, pero, estoy convencido que esta demagógica jugada podría ayudarnos electoralmente.
-El descontento generalizado, el desempleo, la corrupción  la escasez, el bachaqueo, las colas, el deterioro de la cuantía y calidad de suministro de los servicios públicos, la inseguridad, y el dólar paralelo, suben como la espuma y la aceptación y popularidad de mi gobierno bajan como taladro o precio petrolero. Será que he gobernado mal?
 Diosdado, aplaude vale

 

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