lunes, 19 de octubre de 2015

Llegó la hora

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                    Pedro Luis Echeverria
El país está cansado y obstinado de soportar, durante más de tres lustros, a un estrafalario, negligente y perverso régimen -que emergió de la nada- y que solo ha traído miseria, hambre, depauperación, dolor familiar, desolación y desesperanza a la mayoría de los venezolanos. El tiempo transcurrido desde que esa cofradía del chavismo-madurismo, integrada por aventureros y mal vivientes trashumantes de la política y del delito, confabulados con una logia de militares felones y corruptos, obtuviera el poder y su criminal e irresponsable uso,  para usufructuar sus dones como un botín de guerra o como el reparto de proventos entre filibusteros de baja ralea. Desde ese entonces, la Nación cayó en un profundo hoyo de corruptelas, falacias, inconvenientes cambios en los valores de la sociedad y falsas promesas de progreso que  no han dejado nada que pueda ser reconocido o valorado como una obra o definición de políticas cuyos resultados  hayan producido positivas consecuencias para el presente y el futuro  de los ciudadanos de esta Nación.
La degradación que ha sufrido la patria a través de los largos y estériles 17 años que el régimen ha  desgobernado, no tiene parangón en nuestra historia. Los desastrosos resultados que muestran todos los indicadores que se relacionan con la condición humana, con el desenvolvimiento económico y con el fortalecimiento y consolidación del país, nos gritan estentóreamente que el gobierno y su modelo no han servido para nada, que ha fracasado rotundamente y que, por tal razón, hay que cambiarlos antes que la profundidad de la destrucción que están causando hagan inviables, sumamente onerosos y lastren los esfuerzos y acciones que hay que realizar para su futura recuperación.
El que gobierna ha sido un régimen que no supo entender la realidad del país, que no pudo resolver los acuciantes problemas que el común de la gente aspiraba que fueran resueltos. Eso ha sido así porque el régimen imperante siempre ha tenido como objetivos fundamentales:  subyugar y degradar a la sociedad  hacerla cada vez más vulnerable y dependiente del Estado, mediante la perversa distribución selectiva de cuotas de poder, dádivas y prebendas; mantener el poder a cualquier costo sin importarle las consecuencias que tal actitud le pueda acarrear a los ciudadanos;  permitir que una gigantesca y obscena red de corrupción en la que medran diversas camarillas afectas al gobierno, se hayan enriquecido escandalosamente en desmedro de la atención hospitalaria de la educación en todos sus niveles, del adecuado suministro de alimentos, medicinas, insumos  y otros bienes y servicios que necesita la gente.
Ante tales consideraciones, cabria formularnos la pregunta: Deberían permanecer en el poder, los que aceleradamente destruyeron al país que teníamos que, a pesar de sus problemas, era uno de los más exitosos de América Latina? La respuesta que presumo que tendrá usted, amigo lector, aunada a las referidas circunstancias y a la torpeza de gestión de los autócratas que gobiernan, nos hacen pensar que  el poder se les está yendo irremisiblemente  de las manos y que debemos hacer todo lo necesario para acelerar esa realidad política. Ese debe ser  nuestro compromiso con el país, nuestra familia y nosotros mismos. Pongamos en marcha nuestras capacidades, hagamos de la unidad nuestro baluarte para la acción. Aprovechemos cabalmente la oportunidad de seleccionar a los que queremos que nos representen en la AN y, al mismo tiempo, también la de rechazar a quiénes consideramos no aptos para ejercer tan delicada y compleja función parlamentaria. En síntesis, no desperdiciemos la posibilidad de hacer sentir nuestra opinión, ratificar  nuestra tradición democrática y valorizar nuestra participación política para influir en los hechos venideros que marcarán la suerte futura del país. Empujar los necesarios cambios que nuestra conciencia y  convicciones nos reclama, no acepta demoras, dudas o vacilaciones; no habrá mañana si hoy no hacemos lo que debemos hacer.
Si el 6 de diciembre acudimos masivamente a votar por las fuerzas de la oposición, tengamos la certeza que habremos colaborado con el inicio de una nueva etapa en el devenir político del país; ese día estaremos  iniciando el rescate de Venezuela. ! A por ellos!
 

@PLEcheverria

pedroluis.echeverria33@gmail.com

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