miércoles, 10 de octubre de 2012


LOS 3 ERRORES


ANGEL OROPEZA
EL UNIVERSAL

En política todas las victorias son efímeras, y todas las derrotas son provisionales". (M. Fraga I.).

El domingo fue de celebración para una mitad del país, y de tristeza para la otra mitad. Lo último es natural, dado que no se alcanzó el objetivo propuesto. Nos faltó tiempo. Hay que darse permiso para ese sentimiento. Pero luego de expresar nuestra tristeza, lo inteligente es levantarse, y estar preparados para los acontecimientos por venir.

Es prioritario analizar lo ocurrido, porque la conducta futura del país va a depender de su interpretación de lo que pasó. La votación de Chávez es cualquier cosa menos homogénea. Allí coinciden aquellos movidos por su simpatía hacia el actual presidente y los satisfechos con el rumbo del país, con los amenazados con perder su trabajo, las víctimas del miedo (a perder beneficios reales o prometidos), los todavía creyentes de que el voto no es secreto (y por tanto, no era conveniente arriesgarse), hasta los beneficiarios de los más de 200 mil millones de dólares de los que ha dispuesto el actual presidente en los últimos 6 años para gastar a discreción. Y a pesar de eso, el crecimiento de la votación oficialista con respecto al 2006 es mínimo, sobre todo comparado con el aumento de más de 43% de la votación opositora. Definitivamente, nos faltó tiempo. Si la elección hubiese sido en diciembre, como era la tradición en Venezuela, el resultado habría sido muy diferente.

Para el país del progreso, esta fue una gran victoria política, que no llegó a traducirse en una victoria electoral. Se conformó una plataforma unitaria sólida, se llevó un mensaje a todos los rincones del país, se edificó una propuesta política fresca, atractiva, de fuerte inspiración popular, que va a servir de alimento a las luchas que vienen. Y además, el país cuenta con un nuevo y legitimado líder, con la capacidad intelectual, física, y la claridad política para capitanear el equipo de la nueva Venezuela. Hay un camino, hay un equipo, y hay un líder.

Por eso es tan importante evitar 3 errores que pueden acecharnos en estos primeros días:

1. Creer que Chávez ganó por fraude. Si bien la campaña fue muy desbalanceada y corrupta por parte del bando oficial, Chávez ganó porque sacó más votos. La tesis del fraude (sospechosamente propagada por los laboratorios mediáticos del gobierno) lo que busca es la desmovilización del pueblo del progreso, ya que si hubo fraude, y la oposición lo sabe y lo permitió, no puedes votar por ella en diciembre, donde nos jugamos no sólo la presidencia de la República, sino toda la geografía del país. Si la tesis del fraude se impone, los poderosos harán fiesta, porque lograrían evitar lo que hoy es una amenaza para ellos: que la mitad del país que se expresó el domingo, lo vuelva a hacer en diciembre e impida que nuestra patria se tiña de un solo color. Los asesores del oficialismo van a jugar psicológicamente en estas semanas con la frustración opositora, y a alimentarla hasta que se convierta en desesperanza, y luego en inacción y abandono.

2. Creer en las derrotas definitivas. Hay que evitar esta visión lineal, determinista de la vida, según la cual es posible predecir los acontecimientos futuros a partir de los presentes. Esto está muy lejos de ser el fin de la historia. La política, al igual que la vida, no es lineal sino sistémica, y frente a ella lo que hay que hacer es ir continuamente agregando elementos a ese sistema para que pasen cosas. Nadie sabe lo que nos espera ni lo que va a pasar en Venezuela. El futuro es altamente incierto e impredecible. Y de cara a esa incertidumbre, lo único seguro es la organización y el espíritu de lucha que tenga adentro cada uno de nosotros.

3. Ahora, a esperar 6 años. ¡Falso! No solamente por lo que acabamos de decir sobre la incertidumbre de los acontecimientos por venir, sino porque es un error existencial y político fijarse metas tan lejanas y tardías. La próxima meta es apenas dentro de 2 meses. Y si no afrontamos bien esos retos, la amenaza que sentimos sobre el país, la vamos a sentir mucho más cerca de las puertas de nuestras casas. No es lo mismo tener de presidente al actual, pero tener de gobernador a Henrique Capriles o Adriana D Elia, para quienes vivimos en Miranda, que a alguien como Jaua o Jorge Rodríguez. No es lo mismo Pablo Pérez que Arias, ni mucho menos Henri Falcón que Reyes. Estamos hablando de 2 países radicalmente diferentes, y eso se decide en diciembre, no el pasado domingo. Salvo, por supuesto, que permitamos que eso pase porque estemos tristes. Y no es solamente levantar un muro de contención regional, estadal y municipal contra estas amenazas, sino que no es lo mismo seguir construyendo un camino desde la inmensa altura que hemos alcanzado, que volver a comenzar desde cero.

El pueblo del progreso es un pueblo guerrero, y los guerreros no saben sino pelear. El camino que nos queda es pedregoso y duro, pero -según el Evangelio- es el camino difícil el único que conduce a la tierra prometida.

@angeloropeza182




“EXPLÍCAME POR FAVOR ¿QUÉ PASÓ?”
Alejandro Madrigal

La primera llamada telefónica del 8 de Octubre, el dia siguiente a las elecciones, provino de mi entrañable amigo Said, compañero de no pocas vivencias. “Explícame, por favor ¿qué pasó?..
Me había encontrado recientemente a Said en la concentración de Capriles de la avenida Bolívar. Era fácil distinguirlo entre la multitud por su altura y su sombrero de Panamá. Su abrazo me transmitió una enorme emoción, la cual era amplificada por la energía del ambiente de triunfo que caracterizó las últimas semanas de la campaña opositora.

Pasó que ganó Chávez – alcancé a decir- tal como lo pronosticaban la mayor parte de las encuestas serias” Y le relaté mi experiencia en el evento de Datanalisis, ocho días antes de las elecciones donde acudí a escuchar de primera mano los distintos escenarios y pronósticos, todos coincidentes con los resultados del domingo.

Pero, ¿cómo es posible, por ejemplo, que haya ganado en Miranda, el estado de Capriles?”

Said, le dije- “Miranda no es Baruta, donde tú te mueves y te relaciones, es también Petare, es Valles del Tuy, es Guaicaipuro y Barlovento, sectores densamente poblados donde la miseria ha imperado durante mucho tiempo, pero que bajo el gobierno de Chávez estos índices de pobreza han cedido sustancialmente, tal como lo reconocen todos los organismos internacionales especializados. Uno de los primeros esfuerzos que todos debemos hacer es ver la realidad no con los lentes de nuestro entorno inmediato, sino ubicándonos en los zapatos de esos sectores que durante, al menos treinta años fueron pauperizándose y ahora ven una esperanza tangible

Por mi trabajo, debo recorrer el país con regularidad. Hace poco me metí a curiosear Camaguán, un pueblo guariqueño que recordaba como mísero, polvoriento y altamente adeco. Me sorprendió ver sus calles arborizadas y con jardines, ver una gran empresa “socialista” de procesamiento lácteo, una universidad y en general un inesperado ambiente de progreso. Hablé con no pocos habitantes y no encontré un solo posible voto para la oposición. El mismo ambiente encontré en pueblos de Sucre, Barinas y Bolívar. Estas experiencias te hacen comprender cuan distorsionada es nuestra visión cuando utilizamos nuestros lentes de clase media caraqueña para observar la realidad política de Venezuela.

Pero es que la gente habla de trampas y manipulación de las máquinas..” Insistía Said. “Explícame para que sirve ese cable que nos conecta con Cuba..”

Nuestro sistema de votación es como el caso del cajero automático del banco. Tu haces una operación electrónica y la máquina emite un papelito que debe ser certificar tu acción. Al final de mes tú recibes un estado de cuenta del banco dónde seguramente estará reflejada la operación de ese momento. Lo mismo sucede con tu voto. El CNE recibe el estado de cuenta, es decir las actas de votación que deben reflejar cada uno de los papelitos que son introducidos en las urnas. Lo interesante del caso es que el 54% de las urnas con papelitos son auditadas por los testigos de mesas para ver si ese conteo manual coincide con el acta correspondiente enviada al CNE. Hasta ahora y en mas de diez años de proceso automatizado, ningún actor político ha encontrado alguna diferencia significativa en esta auditoría. Evidentemente, no es allí dónde está la “trampa”, es decir no hay una forma razonable de explicar una trampa por esta vía.

La verdadera trampa es el uso abusivo de los recursos del estado por parte de un gobierno todopoderoso. Resulta altamente inmoral, por ejemplo, que los medios de comunicación radioeléctricos se vean obligados a difundir, gratuitamente, propaganda electoral disfrazada de institucional en plena campaña electoral, así como las interminables cadenas del presidente, mientras que el candidato opositor solo tenga acceso a tres minutos diarios por medio. No creo que eso se repita en ningún país democrático del mundo. Sabemos que las campañas electorales se ganan hoy día, fundamentalmente con apoyo de la televisión. En Venezuela la asimetría de condiciones es evidente.

El edificio de PDVSA, por ejemplo está íntegramente empapelado de propaganda del candidato de gobierno. Esta prerrogativa en los espacios públicos está evidentemente vedada al candidato opositor. ¿Es esto o no ventajismo?. ¿O el uso de cientos de autobuses de PDVSA, Corpoelec o las gobernaciones chavistas para movilizar a sus partidarios en días laborables no constituye también un delito electoral?
Estos son los aspectos que a mi juicio, la oposición venezolana, robustecida con un crecimiento de votantes mucho mayor a la registrada por el oficialismo, debe enfrentar con decisión en los próximos meses. Tarea complicada, pero no imposible en un estado que controla todos los poderes, sin reconocer la existencia de un 45% de la población que tiene todo el derecho de disentir y creer que los mismos logros sociales y mas pueden ser alcanzados con un modelo de menor odio y descalificación tal y como no los enseñan los ejemplos de los países más avanzados del mundo (no me refiero precisamente a Estados Unidos, sino a naciones como Suecia, Noruega, Finlandia o Corea del Sur, Japón, Singapur, Nueva Zelanda) y no precisamente las naciones que son “modelo” para la ideología del socialismo del siglo XXI.

A Said le recomendé una buena dosis de tolerancia, objetividad y entusiasmo. Los procesos de maduración social son lentos y a veces frustrantes. Pero sólo la constancia y el esfuerzo honesto y el trabajo producirán la evolución de Venezuela hacia una nación dónde la delincuencia no nos encierre en nuestras casas, dónde la infraestructura progrese, y sobre todo, dónde la familias se reconcilien y las barreras que separan estas dos sociedades se rompan definitivamente

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