sábado, 27 de octubre de 2012


                 OBAMA Y AMERICA LATINA

Emilio Nouel V.

Al acercarse las elecciones en EEUU, vale la pena comentar la política de Barack Obama hacia Latinoamérica (LA).
En la campaña electoral pasada, Obama y su contrincante, McCain, en sus programas e intervenciones públicas, tuvieron algunas referencias puntuales hacia LA.
Los optimistas pensaban que el que ganara procuraría cambiar la conducta de EEUU hacia LA, la cual era percibida indiferente en aquellos años, y estrecharía la cooperación e incluso instrumentaría programas de ayuda. Por su pensamiento de izquierda al estilo estadounidense, suponían los más esperanzados, que Obama miraría con mejores ojos a sus vecinos, a pesar de su desconocimiento de la región, y abriría una nueva era de diálogo y cooperación, todo en contraste con el gobierno Bush. Otro tanto podía esperarse de McCain, quien ponía más énfasis en los acuerdos de libre comercio.
Los escépticos no apostaban a ningún cambio sustancial o trascendente; a lo sumo, un viraje en las formas y gestos, toda vez que otros asuntos, más apremiantes, serían los que ocuparían la atención de esa gran potencia: las guerras de Irak y Afganistán, Corea del Norte e Irán, las ínfulas imperialistas de la Rusia de Putin, el ascenso económico de China e India, y el conflicto en el Medio Oriente, sin olvidar el desbarajuste económico global que ya comenzaba a asomar su cara más inquietante. Así, esta agenda compleja y difícil sería la de mayor prioridad, quedando en un segundo plano LA. Entre estas dos visiones del asunto se debatían los analistas al momento en que se hace con la presidencia el señor Obama.
Sin duda, la nueva administración norteamericana, en diplomacia, lucia más profesional que la anterior, menos ideológica y pragmática. La política exterior de Bush había sido vista, como arrogante, “fundamentalista” y maniquea en muchos issues cruciales, y muy  incompetente; incluso era cuestionada fuertemente en seguridad y defensa por los  llamados “neocons”, Richard Perle, entre ellos. En su orientación general la de Obama parecía más inclinada al diálogo y la cooperación multilateral, y a tratar temas descuidados por el anterior gobierno.
Apenas tomó posesión, adoptó algunas medidas de cierto impacto. Ordenó el cierre de la cárcel de Guantánamo y canceló la supuesta autorización oficial para la tortura de presos. Éste había sido un tema muy sensible que afectó negativamente la imagen de EEUU. En general, se podía decir que al menos había una voluntad manifiesta de enfrentar a la brevedad unas cuestiones pendientes, a pesar de la grave crisis económica global e interna que exigía tiempo, dedicación y esfuerzos por parte de la Casa Blanca.
¿Qué podía esperar LA de un país en grave crisis financiera y con asuntos prioritarios como los señalados?
En el programa de gobierno de Obama de 2008, las referencias a LA brillaban por su ausencia, con excepción de algunas menciones sobre Cuba (una apertura democrática sería el objetivo más importante de su política: “Mi política hacia Cuba será guiada por una sola palabra: Libertad”), y en menor medida, México o Brasil.
Sin embargo, en un discurso pronunciado en Miami acusó de negligente la política de Bush hacia LA y que esta conducta habría propiciado que “demagogos como Hugo Chávez hayan llenado este vacío. Su predecible pero peligrosa mezcla de retórica antiamericana, gobierno autoritario y diplomacia de chequera, ofrece la misma falsa promesa de las conocidas y fracasadas ideologías del pasado.” Y allí concluye diciendoHemos fallado en la batalla por los corazones y las mentes. Es tiempo de reconocer que la seguridad futura y la prosperidad de EEUU está fundamentalmente ligada al futuro de las Américas”. (Miami Herald, agosto 2008)
Asimismo, propugna una diplomacia directa con amigos y enemigos y sin precondiciones; la continuación del Programa Andino contra la Drogas y apoyo a Colombia en su lucha contra las FARC; el apoyo a fuertes poderes legislativos y jueces independientes, la prensa libre, la sociedad civil y el Estado de derecho, y cooperación con México en sus esfuerzos contra las mafias narcotraficantes.
Obama insistió en que era tiempo de que la política comercial de EEUU favoreciera a todos los pueblos y profundizará la integración más allá de los acuerdos comerciales. Planteó una asociación energética para las Américas. “Juntos podremos forjar –señalaba- un camino hacia el crecimiento sostenible y la energía limpia”. En fin, Obama prometía “una agresiva, principista y sostenida diplomacia hacia las Américas”, basada en los valores compartidos y el pensamiento de Washington, Martí y Bolívar. Llegó a decir: “It`s time for the new alliance of the Americas”.
Después de 4 años de gobierno ¿qué pasó?
Obama viajó a LA en 3 oportunidades. A dos Cumbres de las Américas  y a una gira que lo llevó a Brasil, Chile y El Salvador. Obama adelantó una política de no intervención en los asuntos de LA.
Con Cuba, flexibilizó el tema de los viajes, vuelos y envío de remesas. Ha habido intercambios deportivos y culturales. Hoy, EEUU es el séptimo socio comercial de Cuba. A comienzos de este año, Obama declaró que las autoridades cubanas no mostraban ningún interés en cambiar sus relaciones con EEUU ni disposición de respetar los derechos democráticos y humanos del pueblo cubano. 
En política de integración comercial, a duras penas se aprobaron los tratados con Colombia, Perú y Panamá. La política de asistencia y ayuda no ha variado sustancialmente.
En relación con Brasil, Obama le ha cedido el protagonismo en los asuntos que conciernen a Suramérica. Seguirá considerado interlocutor privilegiado, tal y como Kissinger lo declaró hace bastantes años.
En el combate al narcotráfico, el tráfico de armas y el crimen organizado, EEUU ha encontrado en México, un aliado que a pesar de ciertos desencuentros, ha avanzado de manera positiva. Los mexicanos siguen pensando que ellos no son prioridad para su socio EEUU.
Respecto de Colombia, Obama ha reconocido la política de lucha por la seguridad, contra el narcoterrorismo y por el desarrollo económico, y en tal sentido, el acuerdo militar de ambas naciones sobre aquellos temas se mantiene.
Respecto de Venezuela, las relaciones con EEUU se han mantenido en un nivel de tensión permanente, gracias a la retórica estrafalaria de Chávez y a los cambios estratégicos de su gobierno, que lo han llevado a aliarse con gobernantes enemigos o rivales de EEUU dentro y fuera del hemisferio. Obama ha decidido ignorarlo.
En el debate de la actual campaña, LA ha estado prácticamente ausente, aunque Romney ha hablado de la integración comercial y de endurecimiento frente a regímenes como el Chávez.
¿Qué se puede esperar hacia el futuro?
A mi juicio, para LA, más de lo mismo, gane o no Obama. En EEUU se mantendrán gravitando los problemas económicos domésticos, así como las tensiones en regiones conflictivas de otros continentes que gozan de la atención preferencial de la potencia más grande del planeta. Con los países de LA, a pesar de ser los vecinos más cercanos, la relación de EEUU no será la que esperamos. El antiamericanismo seguirá gozando aun de buena salud. En cualquier caso, tienen razón los que dicen que los países de LA deberán contar más consigo mismos y no esperar de EEUU mucho más de lo que ha dado en los últimos años.  
  
EMILIO NOUEL V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario