martes, 23 de octubre de 2012

Adiós al duelo    

Fernando Rodríguez
Talcual

Muchos pensamos que no tenemos tiempo para prolongar el duelo por las elecciones presidenciales, al menos como impedimento para las ingentes tareas políticas que tenemos que emprender. Muy concretamente las
elecciones de gobernadores y consejos legislativos que ya están a dos meses de distancia.

No es poca cosa lo que se juega en éstas. Si logramos mantener o ampliar el número de gobernaciones que adversan al gobierno, habremos consolidado un movimiento opositor capaz de poner barreras a la
manifiesta voluntad totalitaria del gobierno, que no podrá ignorar ni los seis millones y medio de electores que optaron por Capriles, a pesar de las innumerables triquiñuelas ventajistas, ni la mayoría de
los venezolanos que vivirían en estados opositores, además los más dinámicos del país.

Una oposición de esas dimensiones y fuertemente unida es capaz de librar importantes batallas cuyos resultados pueden detener lahumillación y el atropello sistemáticos que hemos padecido y
reorientar parcialmente el país. No debemos olvidar que la política no es solo apuestas electorales, aunque éstas sean fundamentales, sino una vigilante y valerosa actitud cívica que tiene mil formas de
expresarse. ¿Quién sabe dónde andaríamos hoy si tantos conciudadanos,
no siempre con buen tino es cierto, pero con una enorme gallardía muchas veces, no le hubiesen fruncido el ceño al Caudillo incontinente y abusivo? Estamos mal, muy mal incluso, pero seguramente hubiéramos
podido estar peor si Chávez hubiese podido realizar sus peores delirios ideológicos.

Para no ir muy lejos, los frutos posibles de la ahora tan cacareada reconciliación, si llega a haberlos, no vendrán graciosamente del poder enfermo que conocemos, en buena medida serán producto de la
reciedumbre que tenga el movimiento opositor, unido y en expansión; además, por supuesto, del cansancio de casi todos los venezolanos de vivir en el odio y el miedo, tanto que en algunas encuestas superan el
90%.

Una derrota, por el contrario, podría sumirnos en un largo y penoso letargo, como el que vivimos después del paro petrolero hasta que logramos enrumbarnos por el camino democrático y produjimos ese
artefacto extraordinario que es la MUD. Allí están los números, nacionales y regionales, para sustentar la validez de lo logrado. Sería pues triste y absurdo no hacer todo lo imaginable para seguir
avanzando. Y esa indeseable derrota podría venir básicamente de la apatía y el desencanto en que muchos pueden caer a causa del traspié sufrido. De manera que lo que vamos a apostar en diciembre es de una
monta similar a lo que nos jugamos en octubre si vemos el país, como lo debemos ver, a mediano y largo plazo.

Así que se imponen muchas cosas evidentes: cuidar y robustecer la unidad; recoger e intentar superar las carencias de los comicios presidenciales, muchas de las cuales son serias y documentadas; y,
sobre todo, recobrar el ánimo y la entereza para enfrentar el nuevo reto con la pasión afirmativa del siete de octubre.


2. HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN

Hay que estar mosca con los acelerones que está dando el gobierno
amparándose en la sombra que le cobija el resultado del 7 de octubre.
Mientras en la oposición algunos aún se lamen las heridas, el chavismo
mete la chola. Que nadie se caiga a coba, aquí la pelea sigue siendo
dura y ahora más con un gobierno que se siente fortalecido. Igual hay
que seguirle poniendo paraos. No es casual que en tan pocos días no
solo aprobaron una resolución para meterse en la dinámica escolar,
sino que quieren apurar la instalación de la "cultura comunal". El
propio Chacumbele lo dijo el sábado al preguntar dónde estaban las
comunas. Ayer los medios impresos oficiales distribuyeron un encartado
con la Ley de las Comunas y trabajos desplegados sobre el fulano
librito rojo de Chiyiling que les mandó a leer sobre el modelo chino
(que seguro ya ni se aplica por aquellos lares). Ese texto vende la
panacea comunal por el ejemplo asiático de entre 1958 y 1975. No hay
ejemplos recientes que mostrar, puso retrovisor. Nada es casual. El
aparataje se está moviendo para cumplir lo que Aristóbulo ya adelantó
que haría en Anzoátegui si gana: "esbaratar (sic) la gobernación".
Guerra avisada.

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