jueves, 18 de octubre de 2012


¡No voto más!

EUGENIO G. MARTÍNEZ |  EL UNIVERSAL

La amenaza comienza a ser cada vez más frecuente. Mayoritariamente es la base electoral de la oposición la que asegura que, ahora sí, dejará de acudir a las urnas. No obstante, no son los únicos electores desencantados. Los foros de discusión en Aporrea un buen termómetro del chavismo de base comienzan a reflejar hastío y desencanto electoral. Sin embargo, a poco menos de dos semanas de la elección presidencial, y a pesar de la molestia del chavismo de base, se debe suponer que quienes son más propensos a no votar el 16 de diciembre son los electores que, paradójicamente,  más necesitan hacerlo, es decir, el elector de oposición.

Durante las próximas semanas el país transitará por una aparente luna de miel política, en la que palabras como diálogo, apertura y eficacia dominarán el verbo de todos los voceros del Ejecutivo Nacional. La designación de Ernesto Villegas como ministro de Comunicación en detrimento de Miguel Ángel Pérez Pirela el otro candidato es el mejor ejemplo del discurso de amplitud que dominará hasta el 10 de enero de 2013.

Nadie debe olvidar que el cuarto periodo de gobierno del presidente Chávez se enfocará en la radicalización de su propuesta dirigida a controlar a la política, a la economía y evidentemente a la sociedad. Expropiación de empresas (confiscación en algunos casos) en el sector salud, alimento y banca; gobernadores y alcaldes cediendo sus competencias al nuevo Estado comunal, ONG limitadas o casi inexistentes, dependencia absoluta de los Poderes Públicos a las necesidades del Ejecutivo, etc., pueden ser la norma de lo que ocurra en el mediano plazo en el país.

En este escenario lo único que le queda a la oposición que ya debe dejar de pensar solo en elecciones es concentrarse en mantener las cuotas de poder que ganó desde 2008. Coutas de poder necesarias para hacer frente a la nueva etapa de la revolución, aunque insuficientes en realidad.

Considerando que el chavismo se desmoviliza cuando la figura del Presidente no está directamente en juego y unido al descontento que se observa en las bases del proceso cualquier analista podría suponer que la oposición tiene opciones reales no de triunfar en todas las gobernaciones pero si de mantener los espacios ganados en 2008, e incluso incrementarlos. La votación del 7 de octubre hace suponer que la oposición mantiene intactas sus opciones en los estados Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Lara, Nueva Esparta, Mérida, Miranda, Táchira y Zulia. No obstante, el éxito o fracaso dependerá de cuál de los dos bloques políticos en que se divide la población venezolana, estará más desmovilizado para el 16 de diciembre.

Es complicado decirle a un elector chavista de base que no debe dejar de votar porque, una vez más, la dirección del partido prefirió postular a un cargo de elección popular a la misma ficha que tiene una década recorriendo ministerios y diversos cargos públicos en vez de confiar en el revolucionario que realmente está todo el día pateando calle. Es muy difícil para un chavista haberlo dado todo por el comandante el 7 de octubre, para que ahora le devuelva el favor privilegiando al burócrata de turno que se encargará que la ansiada eficiencia no llegue nunca a las calles de Venezuela.

Sin embargo, si resulta difícil convencer a ese chavista que no deje de votar el 16 de diciembre, es aún más complicado convencer de la importancia del sufragio al ciudadano que votó por Henrique Capriles Radonski y observó cómo en cinco horas el uso de todos los recursos del Estado, puestos a favor de una candidatura, hicieron que su voto valiera de muy poco.

"¡No voto más!", comienza a convertirse en la mejor forma de evadir a la realidad tanto de parte del chavismo como de la oposición. Paradójicamente el chavismo necesita que su gente se mueva a las urnas para poseer capital político para radicalizar a la revolución y la oposición necesita moverse a votar para poder contener a la radicalización de Chávez.

¿Qué desmotivará más? ¿Saber que la revolución sigue privilegiando a los cuadros de poder tradicionales o saber que el Estado se valdrá de todo su poder y la actuación cómplice de los poderes públicos para ganar?

A pesar de todos los análisis numéricos que puedan realizarse, el 16 de diciembre ganará el bloque que menos desmoralizado se presente a la elección. ¿Usted va votar?

emartinez@eluniversal.com

En twitter: @puzkas

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