viernes, 12 de octubre de 2012

¿Qué le espera a Venezuela? 

JOSÉ MIGUEL ALZATE
El TIEMPO, BOGOTÁ


Cuando en América Latina se pensaba que por fin se acabaría para Venezuela el suplicio de sufrir a un mandatario que en 13 años no ha logrado una honda transformación social, se presenta la sorpresa de un nuevo mandato para Hugo Chávez, avalado por unos resultados que demuestran cómo los venezolanos no han aprendido la lección. En estos comicios los venezolanos perdieron la oportunidad histórica de cambiar el rumbo de un país que no se merece la suerte de tener a un presidente ególatra, que ha dilapidado su riqueza al entregarla a sus aliados a cambio de nada, sólo para fortalecer su influencia política en la región. Los venezolanos no se han querido dar cuenta de que con Chávez su país no tiene futuro. 

Esta reelección de Chávez despierta una serie de interrogantes que es preciso dilucidar. En primer lugar, nadie se explica cómo los venezolanos optan por reelegir al hombre que está acabando con el país. 

O no tienen una visión clara de lo que pasa en una nación que hasta la llegada de Chávez al poder presentaba una de las más altas tasas de crecimiento económico en América Latina, o son tan poco inteligentes que se dejan seducir fácilmente por un discurso sin contenido ideológico, que sólo apuesta por la polarización. 

La verdad sea dicha, el coronel que el 4-F de 1992 promovió un fallido golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez está llevando a Venezuela hacia el despeñadero. 

Un solo ejemplo sirve para corroborar lo afirmado. Al momento de asumir el poder, el 2 de febrero de 1998, Venezuela registraba una producción de 3,5 millones de barriles diarios de petróleo. Después de 13 años, la producción cayó a 2,8 millones de barriles diarios. Antes de que Chávez llegara al poder se tenía proyectado alcanzar, en 10 años, una producción de 5 millones de barriles diarios. Sucedió lo contrario: en vez de aumentar, la producción cayó. ¿Cuáles fueron las razones para que esto pasara? La culpa de que en Venezuela la producción de petróleo haya bajado de manera tan crítica la tiene Chávez. No obstante ser una de las naciones con las mayores reservas del crudo a escala mundial, la errática política petrolera introducida por el mandatario ha producido unos resultados funestos. 

Haber sacado del país a las petroleras transnacionales, apoyándose en la frase populista de que el petróleo venezolano debía ser para los venezolanos, produjo los resultados que hoy saltan a la vista. ¿La razón? Los venezolanos no contaban con la experiencia para iniciar un proceso que condujera al incremento de la producción. 

Esa falta de visión, fruto de un trasnochado socialismo, fue la culpable de este grave retroceso. 

Chávez es un pésimo administrador de lo público. Sin embargo, a la gran mayoría de los venezolanos esto no parece importarles. Con tal de no perder los subsidios que a mano llena les ha brindado un gobierno paternalista, siguen votando por un hombre que en 13 años dilapidó una inmensa fortuna. Lo más grave de todo es que no ha ejecutado una obra de infraestructura que permita evaluar su gestión como modelo de desarrollo. 

Lo único que en este tiempo ha hecho es regalar el petróleo a sus aliados políticos. Cuba, Nicaragua y Bolivia han sido los beneficiados de su riqueza petrolera. 

Venezuela es hoy la nación con la tasa más alta de homicidios en América Latina, en relación con su población. En la mayoría de los casos, los homicidios son producto de la inseguridad. Aunque Chávez pregona a los cuatro vientos que con su política social ha reducido los índices de pobreza, la verdad es otra: la brecha se ha abierto. El Presidente no ha sido capaz de poner freno a la delincuencia. 

¿Qué le espera a Venezuela con otros 6 años de gobierno de Hugo Chávez? Sin duda, más atraso, más polarización, más pobreza. Y menos inversión en educación, en infraestructura y en salud. Un país donde no existe confianza inversionista es un país que no tiene futuro. Un país sin un sistema productivo que evite el gasto de divisas en importaciones es un país condenado al atraso. Y a eso está llevando Hugo Chávez a Venezuela. 

Cuando se hizo con el poder, el bolívar tenía un precio superior a los 8 pesos colombianos. 

Hoy un bolívar vale 15 centavos. Pdvsa dejó de ser una de las empresas petroleras más estables del mundo para convertirse en la de mayor endeudamiento. Chávez la convirtió en la caja chica de sus proyectos asistencialistas. ¡Qué pesar de Venezuela! Va camino al abismo. Y los venezolanos no se quieren dar cuenta. 

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