Once de abril 2002
(EVOCACIÓN)
No sé si los pájaros
son banderas,
no sé si el verde viento
es un árbol agitado
por la esperanza.
El caudal que trae la calle
está bullicioso de banderas,
es un bosque alado,
va sobre piedras y canciones,
desborda cauce y continencia
por encima de la tarde.
Otro bosque –allá en el tiempo-
engañó a Macbeth
con traje de anunciada justicia,
pero este bosque de ahora canta himnos
como abejas,
canta anhelos,
canta fuerza.
No lo detiene el oleaje
de la sangre,
avanza, avanza en el pentagrama
y es voz coral de sueños.
La arboleda camina con revuelo
de pájaros,
las banderas cantan trinos
en el cielo atormentado
y llegan al declive
de la tarde, ahora alborada,
después de cerrar
sus párpados con fuego.
ALEJO URDANETA
11 de mayo de 2002.
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