Como consecuencia de la crisis política venezolana y de las graves violaciones a los derechos humanos que han sido perpetradas por las fuerzas de seguridad del gobierno militar, en el Congreso de EEUU se ha planteado la posibilidad de establecer sanciones a jerarcas ligados a aquél. Por su parte, Nicolás Maduro ha pedido al pueblo norteamericano que ellas no sean acordadas.
Las sanciones contempladas serían de carácter económico (financieras, comerciales) y con prohibiciones de entrada a ese país (revocación de visas).
Es conocida la iniciativa del senador republicano Marco Rubio, expuesta recientemente. Justifica la propuesta de sanción en los desmanes cometidos durante la brutal represión contra las manifestaciones y protestas de la oposición democrática. Incluso, gráficamente, mostró con detalles tales violaciones a los derechos humanos.
La viabilidad del asunto y sus efectos, en nuestro caso, obligan a ver cómo ha operado en otras situaciones.
El caso Irán por las infracciones a normativas internacionales sobre las armas nucleares es ilustrativo.
La ley conocida por sus siglas en inglés IEEPA (International Emergency Economic Powers Act), permitió bloquear los activos pertenecientes a la Guardia Revolucionaria iraní y sus empresas comerciales y logísticas en territorio norteamericano. Incluía, igualmente, la prohibición para ciudadanos norteamericanos de hacer negocios con aquellos.
Como se sabe, tales medidas y las adoptadas en coordinación con otros países, tuvieron consecuencias efectivas. Irán no pudo resistir el bloqueo económico y se vio obligado a negociar y parar sus planes nucleares, sin que por ello haya dejado de ser una amenaza latente.
Este resultado en el caso iraní, ha llevado a que con ocasión de los sucesos de Crimea, se esté tratando, descartada la acción militar, de aplicar medidas similares a Rusia, con la esperanza de que “Putin El Grande” se retracte de su acción imperialista frente a Ucrania.
En el caso ruso, no solo se apuntaría a los activos de personeros del Kremlin, sino que se tomaría medidas en los campos de la energía y los bancos. Pero estas sanciones tendrían dificultades de implementación, pues en cuanto a energía requerirían la participación de los europeos, muy sensibles al tema por su dependencia, y en materia bancaria, podrían afectar injusta e inconvenientemente a los rusos del común.
Las executive orders del gobierno americano, es decir, los “decretos ejecutivos” que el Presidente de EEUU emitiría con base en la ley mencionada, deberán contener los nombres de personas naturales y empresas sancionadas.
De aprobarse la ley norteamericana sancionadora de personeros del gobierno de Venezuela y sus “asociados”, habría que ver cuál sería esa lista y sobre cuáles criterios se incluiría a alguien allí. Y esto no es asunto sencillo.
No es difícil imaginar que muchos fondos mal habidos de miembros o socios del gobierno venezolano, no se encuentran en EEUU, o están a nombre de testaferros discretos o deben haber tomado las de VillaDiego, tal y como ha ocurrido en estos días en el caso de las eventuales puniciones a Rusia. Con seguridad, los corruptos “bolivarianos” ya han puesto a buen resguardo grandes sumas en países más seguros (Rusia, China, Bielorrusia o paraísos fiscales, por ejemplos).
Pareciera menos compleja la aplicación de sanciones respecto de empresas o activos fijos ubicados en EEUU, pertenecientes a venezolanos castigables.
También podría ser eficaz la penalización al comercio de norteamericanos con los sujetos incluidos en la lista que se elabore.
No obstante, no es asunto fácil éste de las sanciones. Se podría, incluso, cometer alguna injusticia, y en lugar de castigar a los que apoyan al gobierno, podrían perjudicar a venezolanos inocentes. Por otro lado, la experiencia enseña que el objetivo que se persigue con las medidas, no se alcanzará con un solo país involucrado, deben ser acompañadas por otros.
Ya veremos cómo finaliza este problema en que nos han metido los déspotas incompetentes y corruptos que están al frente del gobierno venezolano. Es algo que nunca debió sucedernos.
EMILO NOUEL V.
@ENouelV
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