sábado, 15 de diciembre de 2012


CARDÍACOS ABSTENERSE
Fausto Masó
Tan pronto Chávez lo designó sucesor, Nicolás Maduro se encorvó hasta físicamente, como si el peso que caía sobre sus hombros lo abrumara. No se reveló a la altura de su misión, ¿alguien podía estarlo? El heredero de Chávez fue preso de la confusión como cualquier venezolano. ¡No hay gobierno, pues! Mientras el chavismo aprovecha electoralmente la enfermedad de Chávez, como se anunció que haría en esta columna. Todo vale en la lucha por el poder; además, esa fue la última voluntad del propio Presidente.
A partir del lunes la MUD tomará decisiones postergadas por las elecciones, discutirá cómo elegir al candidato presidencial. Después de ganar las primarias Capriles Radonski se expresó de los partidos con un apenas disimulado menosprecio, consciente de su impopularidad; ahora, los necesitará, porque sin tiempo para primarias el candidato saldrá de un acuerdo entre las fuerzas reales de la MUD, fuerzas que se medirán mañana cuando quizá haya un terremoto político para la oposición. En cualquier caso, a la MUD le conviene ampliarse para incluir a María Corina, Leopoldo…
En las elecciones de octubre la tarjeta de la unidad que agrupaba al MAS, a AD, a Copei, a la Causa R quedó de primera; todo esto no impediría la candidatura de Capriles, pero lo obligará a firmar una especie de Pacto de Puntofijo con los partidos, que redefinirá el papel de la MUD en un eventual gobierno suyo.
La enfermedad de Chávez descolocó a los radicales de derecha y de izquierda, aumentó aún más la anarquía. La economía obliga a tomar decisiones que se postergaran, el Gobierno apostaba por que los chinos le prestasen varios miles de millones de dólares, sólo que estos no abrirán la bolsa hasta que no se aclare el futuro de Venezuela.
Ramón Guillermo Aveledo y los que están a su lado poseen una experiencia de la que carecen muchos líderes. Aveledo gobernó desde Miraflores, presidió el Congreso, nada reemplaza a los veteranos. Capriles cuenta con un operador de primera, Briquet, cuya mano izquierda le permite relacionarse con todo el mundo.
Como es natural, José Vicente no cesa con gran eficiencia de darles casquillo a sectores de la oposición con los que habla regularmente. Los grupos radicales oficiales y de oposición pierden peso. Esta vez el abismo que afrontamos es demasiado real, cabe siempre el peligro de una explosión social ante la falta de gobierno y la postergación de decisiones económicas. Maduro aparece por televisión en grupo para comunicar la idea de que gobierna un equipo, pero en el chavismo también la unidad es un mito sin Chávez. El gran elector de Venezuela en terapia intensiva permanece en silencio, en cualquier momento quizá hable como el personaje de El Derecho de Nacer, sólo que si su ausencia es definitiva esa abigarrada alianza del chavismo se volverá a un sentimiento popular a la espera de otro líder que la sepa encauzar. Capriles intentó encarnarla, pero hubiera necesitado más mensajes como el que recientemente puso en televisión AD.
A Venezuela la ha controlado un hombre con carisma, enorme habilidad política, audacia, descaro y olfato. No hay sucesor para Chávez, que, además, acabó con las instituciones. Nos esperan tiempos no aptos para cardíacos. Mientras tanto, el chavismo regala cocinas, apartamentos, y la oposición, con menos recursos, distribuye sillas de ruedas, juguetes. ¡Estamos en Navidad! ¡Alégrense! Ah, pero si Chávez toma posesión y regresa contento y fresquito por dentro.

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