sábado, 1 de diciembre de 2012


MARÍA LOURDES AFIUNI EN LA OEA

       GUILLERMO A. COCHEZ

  EL UNIVERSAL
El 28 de noviembre se presentó en el Consejo Permanente de la OEA Patricia Pérez, argentina, presidente de la Coalición Mundial de Mujeres con SIDA; se refirió a las mujeres con dicho virus que en algunos países son violadas sexualmente y utilizadas para contagiar al enemigo en tiempos de guerra. Al tomar la palabra y agradecerle su disertación, reflexioné sobre el 25 pasado donde se había celebrado el "Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer" declarado por la ONU en recordación al sacrificio de las hermanas Mirabal, dominicanas asesinadas por combatir al sátrapa Trujillo. 

Recordé también que fue la Comisión Interamericana de Mujeres el primer órgano multilateral creado para asegurar el reconocimiento de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres, derechos que hoy promueve extensamente la OEA, tal como lo establece su Carta Constitutiva. Consideré importante hacer un llamado a nuestros gobernantes y expresar que hoy en día la violencia contra la mujer, incluyendo aquellas en posiciones de liderazgo y puestos públicos, sucede y continúa. 

En ese contexto, me ha llamado la atención el trabajo de investigación de Francisco Olivares de El Universal, Premio Nacional de Periodismo en su país, a través de su libro presentado el 23 de noviembre en Caracas, y del cual envíe extractos (Runrunes) y copia de su carátula a todos mis colegas en la OEA. En dicho libro cuenta la increíble y triste historia de la juez María Lourdes Afiuni, historia que debe ser conocida, sobre todo en una organización que como la OEA protege los derechos humanos en el Continente. 

Desde 2010 la relatora de las Naciones Unidas para la Independencia de Jueces y Abogados, presentó el caso Afiuni y dijo que éste "es un ataque abierto contra los principios de las Naciones Unidas". La relatora señaló que "mantener a la juez en condiciones que ponen en peligro su integridad física, tendría un impacto en la independencia de los jueces en Venezuela, quienes pueden tener un destino similar si actúan contra intereses del gobierno." En febrero 2011, la diputada María Corina Machado entregó a la expresidente Michelle Bachelet, jefa de ONU Mujeres, carta firmada por 7.980 venezolanas que pedían la libertad de la jueza Afiuni. 

La Comisión Internacional de Juristas y el Observatorio para la Protección de los Derechos Humanos, entre otras entidades de derechos humanos, ha expresado su repudio por esa inhumana detención. Aunque como abogado podría llegar a conclusiones sobre las arbitrariedades de este caso, como diplomático no estoy llamado a valorar los hechos relacionados al encarcelamiento de la doctora Afiuni. Sin embargo, habiendo manifestaciones expresas de relatorías de la ONU, entidades de la sociedad civil mundiales, es nuestra facultad hacer un llamado a la OEA, defensora de los derechos humanos, para que haga una pausa y conozca los detalles de este caso 

Me motivé a hablar del tema por el contenido del libro de Olivares, "Afiuni: La presa del comandante", en donde la jueza hasta expresa que su integridad fue abiertamente violada durante su estancia en prisión, motivándole una serie de peligrosas intervenciones quirúrgicas, que finalmente demostraron su gravedad para obtener la medida de casa por cárcel, después de estar encarcelada en el infierno donde "vivió" por tantos meses. 

Embajador de Panamá ante la OEA 

gcochez@covad.net

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