La última Cumbre: ¿Mercosur otra ilusión?
Freddy Ríos Rios
Termino la XXIV Cumbre de Presidentes de Mercosur sin pena ni gloria, con una Argentina denunciada ante la OMC como violadora de los acuerdos plurilaterales suscritos.
Una más según se desprende de la Declaración y de los Decisiones de la CMC, se sigue perfilando el camino "albano" de Chávez, orientado a lograr una mayoría ideologizarte y la politización acelerada del bloque con el ingreso de Bolivia y en el futuro cercano Ecuador, obligando la salida de Paraguay.
Chávez ha demostrado que no cree en la globalización, ni en el libre comercio, ni en la integración económica, por eso se salió del G3 y de la CAN, cuyo fin está definitivamente sellado toda vez que ningún país puede mantener dos aranceles externos comunes, siendo parte de dos "pretendidas" uniones aduaneras.
Chávez ha demostrado que no cree en la globalización, ni en el libre comercio, ni en la integración económica, por eso se salió del G3 y de la CAN, cuyo fin está definitivamente sellado toda vez que ningún país puede mantener dos aranceles externos comunes, siendo parte de dos "pretendidas" uniones aduaneras.
Mercosur está incubando en su seno grandes contradicciones, ni Venezuela ni Argentina cumplen con los principios básicos del GATT de 1994 respecto al trato nacional, a la eliminación de barreras no arancelarias al comercio y los servicios; y el acceso a los mercados, por otra parte incumplen con las disciplinas inherentes sobre la Propiedad Intelectual, Política de Competencia, Subsidio y Antidumping, Solución de Controversias, Laborales y Ambientales, Obstáculos Técnicos al Comercio, Sanitarias y Fitosanitarias.
Es decir, que Chávez lidera una tendencia discriminatoria de la integración, su proyecto estatista no fomenta la competitividad sino la desindustrialización, el desarrollo endógeno crea dependencia económica de los países mas fuertes y aumenta la vulnerabilidad interna de una economía débil como la venezolana, este es un hecho tan evidente que la ignorancia del régimen califico como “sustitución” de exportaciones, un grosero ejemplo es sustituir exportaciones de EE.UU por exportaciones de China, y eso no es desarrollo.
Desde el ingreso de Venezuela a ALADI, pasando por la CAN, a su ingreso a la OMC y finalmente la membrecía en Mercosur ha tenido la obligación de levantar todas las barreras no arancelarias impuestas al comercio exterior.
Someramente se pueden clasificar en las que tienen efectos cuantitativos, las cuales afectan costos y precios; y las de procedimientos establecidos en la normativa interna, protección de la salud, medio ambiente y seguridad.
En los últimos 14 años ha ocurrido lo contrario, y a partir de la imposición del control de cambios se ha profundizado un esquema cada vez más inflexible de restricciones no arancelarias, que implican medidas administrativas discrecionales. Entre estas por su notoriedad se deben señalar las importaciones prohibidas, las restricciones de importación no establecidas en el régimen legal del arancel de aduanas, la discriminación de mercancías sujetas la administración de divisas por CADIVI, permisos previos a la importación, licencias no automáticas disfrazadas de importaciones reservadas, certificados de no producción o producción insuficiente, cupos, precios de referencia, ajustes discrecionales al valor en aduana, exigencias de porcentaje de contenido nacional, monopolios de importación del estado, normas de calidad que no alcanzan la categoría reglamentos, requisitos de etiquetados, inspecciones en puertos, monopolio de almacenaje de Bolipuertos, son algunas de las que se pueden identificar, que necesariamente deben ser eliminadas.
A lo anterior, según las estadísticas disponibles de la Secretaria de Mercosur, para el año 2007 existían 1494 normas, de las cuales 1009 requerían su internalización en la legislación nacional, es decir el 67.53% de la totalidad aprobada por el Consejo del Mercado Común, Grupo del Mercado Común y Grupo de Comercio de Mercosur, a la fecha la pagina webg de la Secretaria General no tiene la información de la normativa vigente en todos los países miembros, toda vez que las mismas solo son aplicables cuando son internalizadas por todos los miembros del bloque.
El desarrollo económico es la suma de unas finanzas sanas, una economía productiva, de la educación y bienestar social, de la innovación, de la generación de empleo, del desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente.
Para que ocurra todo lo anteriormente expuesto, es necesario que exista política comercial, arancelaria y aduaneras, las cuales Venezuela carece.
En este sentido hay que hacer la reingeniería del SENIAT, incluyendo la Intendencia de Aduana, por cuanto las aduanas son una red de trabajo global, que requieren una mejor gerencia coordinada en las fronteras, con una gerencia de riesgo orientada a la inteligencia, con la creación de una sociedad ética entre los sectores públicos y privados, donde se implementen métodos modernos de trabajo y el desarrollo de tecnologías de avanzada, donde exista una estandarización de la competencias de los niveles operacionales, con una alta tendencia a la cultura de la profesionalización de los funcionarios, que descansen en los dos pilares básicos, la creación de capacidades y la integridad. Sin esta aduana no hay integración.
Freddy Rios Rios.
@doserre
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