Thaelman Urgelles
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- Repudio la orden de detención contra el general Ángel Vivas por haber puesto un tuit. Pero repudio igualmente su acción machista y militarista -cual Juan Charrasqueado- de pararse frente a su casa con un fusil al hombro y una pistola al cinto, con mensaje de "aquí los espero".
- Me avergüenza el eco histérico que ha provocado dicha acción en sectores civiles que se expresan en las redes sociales. Cuando la política termina dirigida por las gonadas en vez de por el cerebro y el corazón, es fácil prever las consecuencias: sangre, dolor, miseria y muerte de lo que puede quedar de libertad.
- Qué lástima como crece la cantidad de gente pidiendo una solución militar a nuestra crisis. No conformes con el daño que los gobiernos militares produjeron en Venezuela desde la independencia, y no satisfechos con la destrucción y las calamidades que han producido desde el 4 de febrero de 1992, hay gente clamando por un nuevo gobierno militar, como si hubiese mucha diferencia entre ellos.
- El ciudadano civil que aquí publica habitualmente sus pensamientos declara su total oposición a cualquier solución militar o insconstitucional de la crisis política de Venezuela.
- Imaginemos por un momento que, como algunos sueñan irresponsablemente, Maduro renuncia mañana presionado por los militares (porque no crean que lo haría respondiendo a unos cauchos quemados en la plaza Altamira y otras del interior).
- Imaginemos el día después: ¿quién gobernará, a quién pondrán de presidente? ¿Amanecerá todo en paz? ¿Los paramilitares chavistas entregarán sus armas, en ceremonias cívicas en todas las plazas Bolívar del país? ¿O se caerán a tiros con los nuevos militares en el gobierno? ¿Todos los militares apoyarán al nuevo gobierno así instalado, o algunos se sumarán a la resistencia de los paramilitares chavistas? El propio escenario de guerra civil, ¿no?
- Imaginemos, en apoyo a los sueños delirantes de algunos (no tantos) opositores, que los militares que vengan "en auxilio de la resistencia civil" logren a sangre y fuego dominar la resistencia de los grupos armados cívico-militares afectos al gobierno, y que además restituyan una cierta gobernabilidad en medio de la matanza necesaria para tener éxito. ¿Cuál será la naturaleza de ese gobierno... Nos ofrecerá la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos que ahora estamos exigiendo?
- Finalmente, y esto no lo pregunto sino que lo afirmo: de tener éxito una salida de este gobierno así producida, convertirá al chavismo en un peronismo que durante los próximos 60 años, como en la Argentina, será el único piso político posible. Entre toda la ignorancia histórica y de todo tipo que aquí campea, nadie recuerda que cuando Perón fue derrocado por los militares en 1955 ya su prestigio estaba comenzando a decaer en el ánimo de los argentinos, debido a la falta de queso en la tostada de sus promesas. Pero todavía conservaba un importante apoyo, especialmente en las bases sindicales organizadas por el mismo Perón y por Evita. Pues lo convirtieron en un mito, sin cuya aquiescencia no se pudo gobernar a ese país hasta que volvió 18 años después, murió en el poder, fue heredado por su esposa cabaretera y hasta hoy su figura es el único referente para hacer política con éxito en ese país.
- Entonces, no me vengan aquí con soluciones inmediatas, a la brava, ni con el mito de la calle, ni con la machista glorificación de los testículos y mucho menos con algún culto a la personalidad de los militares.
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