viernes, 21 de febrero de 2014

FOCO Y COMENCANDELISMO
Hector Torres
La gente que, a esta fecha, sigue correteándose con la policía y la guardia, noche tras noche, en las calles de Chacao, Altamira y otros sectores de Caracas, son los que están convencidos de que el asunto es hasta que se vaya, y se van a frustrar mucho cuando se enteren de que no, que no será así. Que debieron entender mejor el llamado a darle visibilidad al descontento. Se niegan a retomar cualquier forma de cotidianidad, porque están convencidos de haber llegado a un punto sin retorno. No ven que lo de Leopoldo López, ayer, fue una jugada favorable en esta larga pelea: no hubo el golpe de Estado que los bocones del gobierno pregonaron por el mundo, no huyó del país como calcularon (demostrándoles coraje, lo cual lo pueden ver, así sea en secreto, muchos de sus seguidores), no hubo el apocalipsis que se temía y, lo mejor de todo, el chavismo de base no respondió a su campaña terrorista acerca de salir a defender la revolución ayer y, al contrario, en muchos sectores de bajos recursos se hizo sentir el apoyo a la protesta y el rechazo al gobierno. Además de eso, basta revisar la prensa para ver cómo la campaña #PrayforVenezuela y el apoyo de celebridades y políticos del mundo se incrementa a favor de los estudiantes y en rechazo a los abominables atropellos cometidos por estos hampones. Esto es, quedaron al descubierto en toda su extensión. Cosa que no era fácil dado el costoso lobby que han estado haciendo en el mundo con nuestro dinero.
¿Hacer barricadas y hacer que los vecinos traguen humo todas las noches sirve de algo? A mi juicio, en el punto en el que estamos, no. Ahora toca mantener la protesta y la campaña (incluso de cara al mundo) sobre dos puntos, sobre los cuales hay muchísimos documentos gráficos en los cuales apoyarse: la liberación de los estudiants detenidos conjuntamente con la denuncia de las violaciones a los derechos humanos (lo cual incluye dar con la identidad de los ejecutores y exigir su detención) y, demostrarle al mundo que, cifras en mano, con tanto cuerpo de seguridad que tiene el gobierno, la inseguridad no puede ser sino una política de Estado. Eso incluye, en este punto, exigir que todos esos escoltas a su servicio deben pasar al servicio de la gente, si de verdad piensan en la gente.
Marchas, manifestaciones, protestas creativas, foros y campañas puntuales por los problemas específicos. Es decir, foco. Eso sin hablar de la escasez, la inflación y el absoluto deterioro de la infraestructura pública. El chavismo de base está cansado. Es la hora de ensayar nuevos lemas y nuevos objetivos, para sumarlos a esas campañas.
Mantener la protesta violenta, seguir cerrando calles, impedir que vuelva la normalidad, sólo nos empobrece a nosotros. Igual que en el paro del 2002. Pero, lo entiendo: es más fácil (y más espectacular) quemar un caucho, que seguir sumando adeptos a nuestro favor. Adentro y afuera del país.
Esta es la opinión de un ciudadano de a pie, no la de un politólogo ni un estratega militar. Pero un poco de sentido común nunca viene mal.

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