viernes, 6 de junio de 2014

Beethoven se sumó a clamor venezolano en Nueva York

ANDRÉS CORREA GUATARASMA |  
EL UNIVERSAL

Nueva York.- "No se trata de tocar por tocar. Esto no es una moda, es una protesta voluntaria de oposición como las que se hacen en Venezuela, sólo que en un escenario y con músicos", afirmó el violinista marabino Simón Gollo, al término del capítulo neoyorquino de la serie "SOS Venezuela Concerts", bajo el lema "notas por la justicia y la libertad. Músicos del mundo unidos por Venezuela".
El repertorio de este concierto, realizado con entrada libre en el teatro de New York Society for Ethical Culture, incluyó piezas clásicas de Mozart, Barber y Beethoven, dirigidas de manera alterna por los caraqueños Jan Wagner y Carlos Izcaray.
"En materia de libertad, nadie le gana a Beethoven", proclamó Izcaray, quien tomó el micrófono para relatar las torturas que sufrió al ser detenido en Caracas en marzo de 2004 y que dejaron secuelas en su brazo derecho. También habló Manena Contreras, doctora en música, para resumir las violaciones a los derechos humanos que padece el venezolano común, no sólo a través de torturas y represión, sino por las limitaciones al libre tránsito y el desarrollo económico a través del control cambiario. Además pidió unos segundos de silencio para honrar a los caídos en las protestas "y a los miles de venezolanos asesinados estos años por la delincuencia".
Según Gollo, pionero de la iniciativa, estos testimonios en inglés son fundamentales para alcanzar el objetivo de los conciertos, en los que nadie cobra un centavo: "la idea es crear conciencia sobre lo que está pasando en Venezuela. Y el hecho de que la mayoría de los músicos sean de otros países lo hace más interesante. Todos están donando su trabajo".
"Los derechos humanos son una causa universal, independientes de cualquier tendencia política", destacó Izcaray, quien cerraría el concierto dirigiendo "Venezuela" (Herrero y Armenteros), luego de que Wagner sorprendiera con "Alma Llanera" (Gutiérrez). Estas dos piezas no estaban anunciadas en el programa.
El repertorio había comenzado formalmente con "El río de las siete estrellas" (Castellanos), poema sinfónico inspirado en un texto de Andrés Eloy Blanco. Siguió el piano concierto número 20 en D menor de Mozart, con la pianista venezolana Vanessa Pérez como solista, quien comentó haber conversado por teléfono con su colega Gabriela Montero justo antes de salir a escena.
En la segunda parte la orquesta sinfónica cedió el espacio al Cuarteto Alambre Dulce, que interpretó dos temas de su líder Alí Bello –egresado de "El Sistema" de José Antonio Abreu- y "Moliendo Café" (Blanco). Tras un breve intermedio, Wagner volvería para conducir el reflexivo Adagio para cuerdas de Barber, con la orquesta en pleno, e Izcaray le seguiría con la entusiasta Obertura Egmont (Beethoven).
Durante todo el programa al fondo del escenario se alternó la proyección de imágenes sobre protestas en Venezuela, una bandera y citas en español e inglés de artículos de la Constitución que están siendo violados, según los manifestantes.
La serie internacional "SOS Venezuela Concerts" comenzó en la sala Emmaus Kirche de Berlín en abril y siguió en el Mitten Hall de la Universidad de Temple, en Filadelfia, en mayo. Nueva York fue el tercer capítulo. Los días y sedes de los próximos se irán anunciando según se logren coordinar las agendas, dado que se trata de músicos mayormente profesionales que donan su tiempo. 
Gollo sólo tiene claro dónde será el último concierto: "en el Teatro Teresa Carreño, cuando ya estemos en libertad".

acorrea@eluniversal.com

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