viernes, 6 de junio de 2014

Coincidencias 
EDUARDO FERNANDEZ

En lo político, la crisis se manifiesta en que no hay diálogo y en que ninguna de las cinco ramas del poder público funciona adecuadamente
Encuentro muy generalizada la opinión de que Venezuela necesita un nuevo gobierno ¡ya! La inmensa mayoría de las personas con quienes hablo sostienen que el cambio de gobierno debe ser pacífico, democrático y constitucional.
Por otra parte, constato el hecho de que Venezuela atraviesa una crisis mayúscula; crisis que se manifiesta en todos los órdenes de la vida social: crisis política, económica, social, cultural y moral.
En lo político, la crisis se manifiesta en que no hay diálogo y en que ninguna de las cinco ramas del poder público funciona adecuadamente.
En lo económico, tenemos inflación galopante, estancamiento del aparato productivo, desabastecimiento, alto costo de la vida, endeudamiento y agotamiento de las reservas internacionales.
En lo social, aumento de la pobreza, del desempleo, de la deserción escolar, de las enfermedades tradicionales y deterioro de los servicios públicos fundamentales, como la luz, el agua, el transporte, la salud, la educación y la seguridad.
En lo cultural, el colapso del sistema educativo tanto a nivel de la educación superior como en toda la estructura educativa.
Y en lo moral, una corrupción sin precedentes. Corrupción hemos tenido siempre; la de ahora supera todos los antecedentes. Nunca hubo tanto dinero en manos del Gobierno y nunca hubo tan poco control como en los últimos 15 años.
Como el cambio de gobierno pacífico, democrático y constitucional toma algún tiempo y como el país necesita un gobierno nuevo ya, me he permitido -más que una proposición- una sugerencia: que el actual Presidente de la República, a quien tengo el deber de suponer consciente de la enorme gravedad de la crisis, logre construir un nuevo equipo de gobierno integrado por gente muy competente y muy honesta. Afortunadamente, el país cuenta con recursos humanos muy valiosos. Ese nuevo gobierno, por supuesto, no puede seguir aferrado a las viejas ideas que nos han conducido a la crisis actual.
Se me ocurre recordar la vieja y elocuente proclama de Cipriano Castro cuando llegó a Caracas al frente de la Revolución Liberal Restauradora: “Nuevos hombres, nuevos procedimientos, nuevos ideales”.
Eso es lo que necesita Venezuela en esta hora menguada de su historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario