miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL TRIUNFO DE LA INTELIGENCIA

Pedro Pablo Fernandez

La estrategia del Gobierno se resume en una palabra: Confrontación. Con el objetivo de perpetuarse en el poder procuraron el enfrentamiento del país entre pobres y ricos y tomaron partido por los primeros, que son más.
Cuando la oposición resuelve asumir la estrategia de la confrontación política sin propuesta, contribuye con la estrategia del Gobierno, y mientras más se radicaliza más perdemos nosotros y más ganan ellos. El golpe de abril, el paro petrolero y la abstención en las parlamentarias de 2005 son ejemplos elocuentes. 
Durante el paro de 2002 visité a una señora en Santa Cruz del Este, y sentados en la sala vimos en televisión a los líderes del paro celebrando con gran alegría que ya no había gasolina ni gas, y que pronto llegaría el desabastecimiento de alimentos. La señora se volteó y me dijo: “si ellos se fueran a quedar sin comida no lo estarían celebrando. Es a nosotros a los que nos van a dejar sin comida”. Esos eventos quebraron la confianza de los sectores populares hacia una oposición que por conseguir el poder se mostraba dispuesta a todo. Eso explica por qué no es una alternativa para ellos a pesar de las dificultades económicas.

Una mujer de servicio cobra por día y el dinero le alcanza con dificultad para comprar la comida de su familia. ¿Cuánta angustia habrá sentido durante los días de las guarimbas al pasar un mes completo sin recibir un bolívar? Cuando la oposición se radicaliza activa un repelente frente a los sectores populares. Asumir una actitud de confrontación porque el Gobierno no dialoga es jugar a su estrategia. 
El país está necesitando con urgencia una alternativa constructiva que esté más preocupada por construir propuestas para resolver los problemas de la gente que por sacar a Maduro del poder.

El esquema de la confrontación está agotado hasta para el Gobierno. Le dio dividendos en el pasado, pero con la partida del presidente Chávez y el deterioro económico, esa estrategia cada vez es más peligrosa para todos porque puede desembocar en una violencia que nadie logre encauzar. 
A los trancazos definitivamente no vamos a superar la crisis política, económica y social. En ese esquema el árbitro es el que tiene posibilidad de usar la fuerza bruta. Yo apuesto por el triunfo de la inteligencia sobre la fuerza bruta. 

@pedropabloFR

pfernandez@ifedec.com

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