lunes, 15 de septiembre de 2014

Entrevista a HENRY RAMOS ALLUP, SECRETARIO GENERAL DE AD

"Hay que asumir el rol ingrato de decir lo que no se quiere oír"


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ELVIA GÓMEZ 
El UNiversal
El 13 de septiembre Acción Democrática cumplió 73 años. Aunque detractores y simpatizantes creyeron que no levantaría cabeza tras la victoria del chavismo en 1998, hoy, su secretario general, Henry Ramos Allup (Valencia, 1943), afirma que el relevo existe. 

"En este momento el 44% de los concejales y legisladores regionales de AD son menores de 30 años". Afirma que desde que él asumió el mando, en 2003, no se ha planteado "ningún conflicto generacional". 
"Nosotros no evaluamos a nadie por su edad sino por su rendimiento. Esta hornada de jóvenes, que no son tirapiedras ni gritones, no tienen que pelear con nadie porque tienen un cauce abierto. Hoy, lo digo con mucho orgullo, el presidente de la FCU-UCV es militante de AD (Juan Requesens), el presidente de la FCU-LUZ (Yorman Barillas) también. Y te puedo anticipar que cuando, por fin, los tribunales permitan elecciones estudiantiles en la Universidad de Oriente, un militante de AD ganará esa FCU". 
-El país se quedó esperando las rectificaciones económicas de Nicolás Maduro. ¿Qué hará la oposición mientras el Gobierno corre la arruga?
-Las cosas siempre pueden empeorar y todavía el Gobierno tiene apoyo. Esto puede deberse a que los sectores desencantados no ven en la oposición una alternativa clara por las peleas internas; puede deberse a que parte de la oposición persevere en el error de polarizar el discurso. También a que la oposición pone el acento en el discurso político y a la gente lo que le interesa es su cotidianidad. Entonces, tendríamos que hacer propuestas económicas no coyunturales. Hasta ahora la oposición ha sido reactiva y debemos hacer un diagnóstico serio de los problemas económicos estructurales y ofrecer soluciones viable, con mucho coraje. Si una oposición responsable cree que hay que aumentar el precio de la gasolina, debe decirlo. Si tenemos que asumir la responsabilidad de plantear que no siga el control de cambio, tenemos que decir porqué, aunque el Gobierno debe explicar en qué quemó el dineral que ha quemado. Pero eso significa asumir el rol ingrato de decirle a mucha gente cosas que no quieren oír. A nadie le gusta oír de aumentos, pero hay precios que el Gobierno tiene represados y no pueden seguir subsidiados. Pero los costos del ajuste económico los tiene que pagar el Gobierno.
-¿De esos temas impopulares cuáles asumirá AD?
-Todos. Con la gasolina no se puede hacer demagogia, no se puede decir que no se aumente, porque eso es incompatible con nuestro discurso. ¿Que pidamos cuentas al Gobierno de su despilfarro y de lo que se robaron? ¡Sí! Pero no podemos decir, porque no es responsable, que hay que mantener artificialmente los precios de la gasolina por debajo de los costos de producción, con un subsidio que llega a 12 mil millones de dólares al año, cuando no tenemos con qué importar medicinas, comida, repuestos, etc.
-¿Sobre ese diagnóstico, que hará a AD?
-Mantenernos en la Unidad, reactivar a nivel de base los comités locales, lo que venimos haciendo hace tiempo. Debemos poner el acento en lo económico y con esa descentralización enterarnos de los problemas específicos para trabajar desde allí. Nuestros legisladores nacionales, regionales, concejales y alcaldes, trabajando abajo. A la gente le interesa más que las elecciones el problema del abastecimiento y la inseguridad. Para llegar a 2015 con buena suerte, vamos a tratar de convencer a la gente de que si tienen más diputados pueden tener soluciones.
-La MUD aprobó que los partidos desarrollen su propia estrategia bajo el paraguas de las parlamentarias de 2015, ¿es eso viable?. 
-Es muy difícil cumplir con ese paradigma, que es sensato y racional. Pero eso va a ir fracturando más a la unidad. 
-¿Por qué?
-Mi preocupación es que por razones políticas evitemos asumir compromisos que podrían perjudicarnos electoralmente. Por ejemplo, para las parlamentarias de 2015 ya empezó el tejemaneje de ponerse a hacerle caso a lo que parece que quiere la gente. En 2005 la inmensa mayoría quería la abstención y los partidos políticos no tuvimos el coraje de oponernos a la inefable opinión pública y a las presiones de los medios de comunicación, y cometimos un tremendo error. Ya han salido algunos desahuciados, en su puja demagógica por el 2015, a ofrecer primarias universales, sabiendo que con ese mecanismo nos vamos a entrampar, en vez de aprovechar la experiencia de alianzas perfectas en 23 listas y 67 circuitos. Entonces usamos fundamentalmente el consenso y excepcionalmente primarias y así obtuvimos más del 52% de los votos.

-¿De dónde saldría el dinero para costearlas?

-¡Además! Porque fíjate, son: primarias dentro de los partidos, primarias entre los partidos y primarias para los candidatos definitivos, ¡y después elecciones frente al Gobierno! ¿De dónde van a salir los reales? Yo no sé. Yo dejo esta reflexión: todos obtendrían por consenso más que con primarias. Con primarias los chiquitos no tienen ni una sola oportunidad de tener diputados.

-Las críticas contra la Mesa se intensifican. ¿Ya dejó de ser operativa?

-Sí. Cuanto más grande y cuanto más amplio el nivel de decisiones, menos operativa.

-¿Qué opina de la eliminación del G-7?

-Hay decisiones que por razones estratégicas tienen que mantenerse en reserva, además, tienen que ser resueltas prontamente. ¡Cómo se logra eso en un organismo de dirección de 15, 17 o 20 personas! Mientras Ramón Guillermo (Aveledo) estuvo ahí, algunas cosas se despachaban en una consulta breve y rápida, pero ese mecanismo (G-7) se perdió. A la Mesa la van a ver desde afuera como una organización paquidérmica, esa es una de las consecuencias de su ampliación. En todo esto tuvo que ver la campaña feroz que se hizo a través de laboratorios (en redes sociales). Sabemos que hay intereses de diferente naturaleza en esa conspiración que implosionaron a la Mesa. Vamos a ver si los que nos criticaban tenían razón, si convirtiendo esto en un organismo corporativo la situación mejora. Yo lo dudo. 

-¿Se parece ahora más a la Coordinadora Democrática?
-¡Es que lo dije muchas veces! Yo me resisto a reconvertir a la Mesa de Unidad en un replay de la CD. Nosotros representamos intereses políticos y no sectoriales. No representamos a estudiantes, trabajadores, productores, consumidores, industriales, ni militares retirados. Ellos tienen sus propios intereses y es una grosería que pretendamos representarlos a ellos como que ellos pretendan representarnos a nosotros. ¡Claro que tenemos que consultar!, porque las decisiones políticas afectan al país, pero no tenemos que cogobernar en un organismo plural. Eso hay que decirlo, lo que pasa es que otra vez tenemos el retintín de la antipolítica, que es como el populismo, un mal crónico.
-La Juventud de AD dicta talleres sobre las obras de la democracia. ¿Por qué tardaron tanto en reivindicarlas?
-El compañero Mario Buffone (AD-Aragua), hizo una recopilación gráfica y numérica comparativa, viendo aquello, nosotros comenzamos a organizarle giras y él va, de seccional en seccional, dando esos talleres. Aquí hay varios mitos, uno es que todo lo hizo la dictadura de Pérez Jiménez. Y este Gobierno no ha hecho obras sino que se ha aprovechado de las que había. Por ejemplo, los locales que usa el PSUV para reunirse son: el Teatro Municipal, que lo hizo Guzmán Blanco; el Poliedro, que lo hizo Rafael Caldera y el Teresa Carreño, que lo hizo Luis Herrera. ¿Por qué "la cuarta" no defendió eso? Por complejo, por el discurso antipolítico que convenció al país de que los 40 años fueron una época vergonzante. Y por falta de responsabilidad de los partidos políticos que no tuvieron el coraje de defender la obra que hicieron. Pero desde que nosotros llegamos a la dirección nacional hemos puesto el acento en la memoria histórica. Los gobiernos de Luis Herrera y de Jaime Lusinchi construyeron, individualmente en cinco años, las viviendas que este, en 15, no ha hecho. Cuando Lusinchi hubo total abastecimiento agrícola, y el petróleo estaba a 7 dólares. La gestión de Felipe Gómez Álvarez (1984-88) fue milagrosa, nos autoabastecíamos de todo.


-¿Ese desconocimiento se puede revertir?
-Sí, claro. Pero no sólo a base de malestar y de esperanza, sino de comparación Los de mayor edad sí comparan, pero los más jóvenes se quejan sin tener referencia del pasado. Pero el presente no se puede comparar con el futuro, esa es una comparación hipotética. La gente comprende cuando se le dice que tuvimos un país con un plan de becas no discriminatorio que envió, a los mejores centros de enseñanza del mundo, a venezolanos que jamás habrían podido salir de su villorrio. Que el Banco Obrero y el Inavi dieron viviendas sin discriminar a nadie, que se hicieron carreteras y hubo acceso a programas sociales. Que se inició el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles, que nos convirtió en un hito, incluso para países con una vastísima tradición de música de cámara y música culta. La cosecha Dudamel empezó en un gobierno de Carlos Andrés Pérez, eso no se puede negar.

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