Fausto Masó
@faustomaso
¿Representa la oposición una alternativa frente al chavismo? Electoralmente, pero en lo fundamental pareciera que no, en especial en su visión sobre el desarrollo minero y petrolero de Venezuela. La oposición critica la corrupción, el autoritarismo, la cercanía con Cuba, el mal gobierno, pero no toca temas como Sidor la inversión privada en petróleo, la no reelección presidencial, la reducción del tamaño, o la eliminación del ejército. No reconoce que a la CVG convendría venderla por lo que den, mucho o poco; todavía defiende la tesis de las empresas básicas, las que identifica con industrias añejas que se especializaron en dar siempre pérdidas. La utilidad que ha dado en alguna ocasión una planta de aluminio no guarda relación con el capital invertido.
Hay que reconocer que la opinión pública venezolana es estatista, en relación al petróleo principalmente. Algunos en la oposición afirman que una vez que sean gobierno disimuladamente buscarán abrir la industria petrolera a la inversión privada, pero mientras deban buscar votos no tocarán el tema.
¿Se atrevería la oposición a romper con el modelo económico chavista y con el pasado?
El gobierno invertirá $584 millones de dólares en Sidor, despilfarrará 584 millones; hará como los gobiernos civiles que hundieron en la CVG un capital con el que se hubiera construido cientos de miles de viviendas, o volver a las universidades emporios de conocimientos. Dice Notitarde “Sidor era la joya de la corona de la industria pesada venezolana y una de las principales siderúrgicas de Latinoamérica, antes de ser nacionalizada por el Gobierno de Chávez, producía 4.200.000 toneladas de acero. Hoy apenas produce 1.500.000 toneladas con el triple de empleados. Es la fábrica de acero más grande de Venezuela, y desde octubre de 2013 sólo ha estado en funcionamiento durante 90 días. Bajo el peso del argumento de que las empresas explotaban a los trabajadores o de dar al pueblo el privilegio del manejo de los recursos nacionales, el resultado en todas las empresas expropiadas es prácticamente el mismo. Baja en la producción, conflictos con los trabajadores y un deterioro de la infraestructura empresas que sólo se pueden mantener a flote gracias a los subsidios de Petróleos de Venezuela (PDVSA) cuyos dólares que genera ya no dan para más en un modelo que necesita cambios urgentes. Sidor cuenta con 15 mil empleados, 4 o cinco veces más que en el pasado de Techint y 70 líneas de producción, las más de 2.800 hectáreas de superficie que ocupa la planta se parecen más a una zona fantasmagórica que a una zona industrial en plena actividad.
Brasil produce 20 0 30 veces más acero, y me quedo corto, porque la CVG ha sido un fracaso descomunal, pero en un pasado remoto Venezuela tenía un potencial minero similar al brasileño, pero en el vecino país inversionistas privados, junto con el estado, desarrollaron el acero y también el petróleo. En Venezuela el intento de una empresa privada de dedicarse a la petroquímica, Pentacom, provocó una gran repulsa.
Después de un cambio de gobierno no habría estatizaciones, pero se temería hasta usar la palabra privatización. No es imposible imaginar un escenario en que el chavismo abandone el poder y que aun así no haya un cambio radical en el país, y se retorne a ideas del pasado, no tan diferentes a las del presente, como por ejemplo el concepto de las empresas básicas.
Lo curioso es que se habla de que la oposición debe presentarle una alternativa, pero ni siquiera se debate cual sería esa alternativa al modelo económico actual. El crecimiento económico de China ha dependido de una alianza abierta con las multinacionales.
584 millones de dólares despilfarrará Maduro en Sidor, el gobierno de Lusinchi invirtió 2,000 millones en una planta de aluminio, y los gobiernos civiles cubrían las pérdidas de Sidor. Ciertas decisiones de Maduro son iguales a las que tomaba Pérez I y Jaime Lusinchi.
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