domingo, 17 de abril de 2016

John Kerry y el “golpe de Estado” venezolano

Andres Oppenheimer

EI Nuevo HeraId

Cuando le pregunté al Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, en una entrevista si el presidente de Venezuela Nicolás Maduro ha llevado a cabo un golpe de Estado al negarse a acatar las leyes de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, el alto funcionario no mordió el anzuelo. Kerry me dijo, “Yo no voy a categorizarlo. No uso etiquetas”.
Antes de analizar si Kerry debería haber respondido con un contundente “sí”, echemos un vistazo a su respuesta completa.
“Lo que si creo es que hay un estancamiento claro en Venezuela, y que el presidente (Nicolás) Maduro está simplemente ignorando la voluntad del pueblo que ha sido expresada en las recientes elecciones. Eso es muy peligroso”, me dijo Kerry. Agregó que “queremos tener una relación normal con Venezuela. No estamos involucrados en ninguna actividad contra el gobierno” de Venezuela.
El presidente (Nicolás) Maduro está simplemente ignorando la voluntad del pueblo que ha sido expresada en las recientes elecciones. Eso es muy peligroso
John Kerry, secretario de Estado de EEUU
Acto seguido, le mencioné que el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Henry Ramos Allup, me dijo pocos días atrás que está planeando pedir a la Organización de Estados Americanos (OEA) que aplique su Carta Democrática Interamericana contra el presidente venezolano por no acatar leyes del parlamento venezolano.
Según la Carta Democrática, en caso de que haya “cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático” en algún país de la OEA, la Asamblea General de la OEA puede – con una mayoría de dos tercios – suspender a ese país. Eso, a su vez, puede afectar el acceso del país suspendido a préstamos de instituciones financieras internacionales.
¿Está de acuerdo con el plan de Ramos Allup de pedir la aplicación de la Carta Democratica?, le pregunté a Kerry.
El Secretario de Estado respondió: “presionar por una democracia plena y un respeto total a las elecciones siempre es una buena idea”. Pero advirtió que “como deberíamos llegar a eso, creo, debe ser concertado cuidadosamente, para que ojalá termine siendo un esfuerzo prúspero y efectivo, y no sea simplemente una movida simbólica”.
¿Significa eso que usted está de acuerdo con el plan de invocar la Carta Democrática de la OEA?, insistí.
“Creo que en principio, sí. Nosotros apoyamos la Carta de la OEA”, respondió Kerry. “Y pronto viene una reunión de la OEA, y creo que este será uno de los temas de conversación”.
Kerry probablemente cree que será mejor esperar hasta que la oposición venezolana tenga suficientes votos en la OEA antes de endurecer su discurso.
La respuesta de Kerry fue sumamente cuidadosa. Es probable que el gobierno de Obama no quiera encabezar públicamente una campaña diplomática en contra de Maduro antes de contar con suficientes votos en la OEA. Muchos países caribeños todavía dependen de los subsidios del petróleo venezolano, y temen votar en contra del gobierno de Maduro.
Kerry probablemente cree que será mejor esperar hasta que la oposición venezolana tenga suficientes votos en la OEA antes de endurecer su discurso. De lo contrario, si hay una votación y no se alcanzan los votos para aplicar la Carta Democrática, el régimen de Maduro se podría anotar una gran victoria propagandística.
Además, puede que Kerry no quiera que Estados Unidos asuma un rol de liderazgo en una ofensiva diplomática contra el régimen de Maduro, porque eso le daría un nuevo argumento a la narrativa de Maduro sobre una supuesta conspiración del “imperialismo” para derrocarlo.
Eso podría explicar por qué Kerry se negó a calificar los actos de Maduro como un golpe de Estado, a pesar de que el presidente venezolano no sólo está violando el Estado de derecho al no reconocer las leyes a prueba de veto de la Asamblea, sino que además ha lanzado la idea de interrumpir el mandato de la recién elegida Asamblea Nacional.
Maduro ha abolido de hecho al poder legislativo de su país... y ahora está usando ese Tribunal Supremo para anular las leyes de la Asamblea Nacional.
Mi opinión: el lenguaje cauteloso de Kerry puede entenderse como una táctica pasajera, pero no va a poder sostenerse por mucho tiempo más.
Maduro ha abolido de hecho al poder legislativo de su país. El presidente venezolano empezó por ampliar inconstitucionalmente el Tribunal Supremo de Justicia y llenarlo con jueces oficialistas, y ahora está usando ese Tribunal Supremo para anular las leyes de la Asamblea Nacional.
Cuando la Asamblea Nacional de Venezuela pida en las próximas semanas que se aplique la Carta Democrática a Venezuela (Ramos Allup me dijo que eso podría suceder a fines de abril o principios de mayo), Estados Unidos y todos los países democráticos tendrán que empezar a llamar a las cosas por su nombre.
Deberán afirmar claramente que Maduro ha dado un golpe, violando la voluntad del pueblo expresada en las elecciones legislativas del 6 de diciembre. Y deberían accionar la Carta Democrática de inmediato para exigirle a Maduro que respete la constitución de su país.

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