Pedro Luis Echeverria
La Unidad es el más valioso instrumento del
que disponen las fuerzas disidentes para
derrotar al régimen y auspiciar e instrumentar el profundo, necesario e impostergable
cambio, tanto, de de la dirigencia gubernamental, como, en la forma en que ésta ha venido conduciendo
los destinos del país. Ese es y debe ser
el objetivo fundamental a alcanzar por parte de
la oposición venezolana. Pero, es importante destacar que la salida de Maduro y sus adláteres del poder,
solo es posible con la férrea unidad de todos aquellos que creemos que su
ineficiente desempeño, su errada y escasa visión de lo que debe ser el
desarrollo integral de una sociedad y su pasividad frente a los grandes
problemas del país, exigen su inmediata remoción de las delicadas y
complejas funciones y atribuciones de las que está transitoria e ilegítimamente
investido.
Si esta
convicción que subyace en la mente de la mayoría de los venezolanos, se
organiza y actúa unitariamente, sin dudas, tendrá la capacidad suficiente para
poner fin a una era de despotismo, arbitrariedades, violaciones a la
Constitución, envilecimiento de las instituciones públicas, al sistemático y
artero engaño a la población y a la más profunda ineficiencia operativa del
Estado que registra la historia de
Venezuela. Ella, conduciría a sellar el final del mandato de un régimen que se
identifica y representa el pasado, y que, por lo mismo, quiénes lo dirigen, no
pueden ser los conductores del país hacia el futuro. En efecto, la agobiante
continuidad de errores y omisiones de Maduro y su gobierno en la definición y
conducción de las políticas públicas y el asociado despilfarro de los recursos
de la Nación, ha generado un amplio
ámbito de riesgos que ha puesto en peligro la supervivencia y la factibilidad
del país.
Cabe destacar, por otra parte, que las
alianzas que se han construido al amparo de la MUD forman parte del juego
democrático unitario. De hecho, las plataformas de apoyo político y electoral
opositoras constituyen un cuadro de acuerdos entre diversos partidos políticos
y organizaciones de la sociedad civil para actuar coordinadamente y para
observar y cumplir con una misma hoja de ruta política. En tal sentido, la
unidad política opositora se fundamenta
en el principio que todos los ciudadanos y organizaciones civiles
y políticas disidentes construyen la gran alianza nacional y trabajan, en favor
de concretar cualquiera de las opciones constitucionales previstas en la Carta
Magna que permiten la remoción del Presidente de la República, para posteriormente constituir un gobierno de
unidad nacional que garantice la gobernabilidad del país. Esta actitud unitaria
de la oposición, encarna la respuesta del país democrático al bloque
autoritario gobernante para establecer garantías y adoptar medidas que impidan la continuación de la destrucción del orden
constitucional y el hundimiento de una normalidad existencial.
Tal cosmovisión unitaria se fundamenta en el establecimiento de una
nueva relación entre el Estado y la sociedad que garantice una amplia coalición
social y la vigencia de una verdadera comunidad de ciudadanos dispuestos a
darle un rumbo diferente a la marcha del país. Se trata, en síntesis, de
construir, con la fuerza que confiere la unidad, determinados principios y
valores sociales que rompan con los conceptos
populistas y el estatismo aberrante impulsados por el régimen actual.
Estos nuevos valores societarios deben sustentarse en un eficiente sistema de
gobernabilidad democrática y en un paradigma de progreso compartido y
equitativo para impulsar políticas que permitan superar los niveles de pobreza, intolerancia,
autoritarismo, exclusión social, arbitrariedad estatal y abusos institucionales que caracterizan al
caos establecido en Miraflores y remover, los factores que restringen la
libertad de las personas en su individualidad y como miembros de una comunidad
que aspira el progreso y el bienestar
Este gran esfuerzo de cambio demanda la
participación activa de todos los agentes sociales fundamentales y la voluntad
política de asumir un pacto de
compromiso cívico para la convivencia, la paz y la solidaridad societaria. Igualmente,
es necesario que este gran esfuerzo erradique de su ideario escepticismos,
demoras, dudas, vacilaciones y temores.
¡Viva la Unidad que nos facilitará el camino
redentor de nuestras penurias!
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