martes, 9 de marzo de 2010

La producción industrial cae al nivel más bajo desde 2004

Las estadísticas del Banco Central revelan que la industria privada, sector esencial para diversificar las exportaciones y crear puestos de trabajo, sufre un declive de 11,92% al contrastar la producción de 2009 con la de 2008. El congelamiento es de tal magnitud que el volumen de producción alcanzado el año pasado es el más bajo desde 2004 y 14 de las 16 áreas que evalúa el Banco Central registran un desempeño negativo. En 2009 la fabricación de prendas de vestir y teñido de pieles cae 19,6%, la elaboración de productos de madera desciende 24,89% y la producción de caucho y plástico 19,37%. Solamente la elaboración de productos de papel, con un avance de 4,53% y maquinarias con un mínimo repunte de 0,65% se mantienen en terreno positivo. Una mirada al pasado reciente apunta a que entre 2004 y 2009 la industria se desenvolvió en un entorno que exacerbó la enfermedad holandesa. Lo que ocurre en los países que padecen este desajuste es que cuando el precio de un recurso natural, en este caso el petróleo, experimenta un salto estelar, ingresa una enorme cantidad de divisas, se incrementa el valor de la moneda, las importaciones se abaratan y la industria, junto a la agricultura, avanza poco o retrocede. A la enfermedad holandesa se han añadido inversión no adecuada para expandir la capacidad de producción, problemas para obtener divisas en Cadivi, el declive del consumo y, a partir del primer trimestre de este año, el racionamiento de energía eléctrica.En 2009 las exportaciones no petroleras del país tan solo suman 3 mil 394 millones de dólares, una magnitud que se traduce en un desplome de 43,5% respecto a 2008 y en el peor resultado desde 1997. Incluso, las exportaciones no asociadas al petróleo se ubican 34,7% por debajo de lo alcanzado en 2003, año en que los empresarios se declararon en paro y representan 35,3% menos que en 2002, cuando el golpe de Estado desestabilizó la economía venezolana. La administración de Hugo Chávez decidió devaluar la moneda en enero de este año para tratar de estimular las exportaciones, pero el camino no luce nada fácil. Un estudio elaborado por Ecoanalítica indica que todavía los productos importados son mucho más baratos que los nacionales. Al ponderar el tipo de cambio para las importaciones y las exportaciones, Ecoanalítica concluye que "el bolívar pasó de tener una sobrevaluación de 45% a una de 29,2% después de la devaluación". Otro factor a tomar en cuenta es que para estimular las exportaciones no petroleras se requiere un ambiente de negocios que estimula la inversión, algo que el país no tiene.

Víctor Salmerón
EL UNIVERSAL

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