sábado, 15 de febrero de 2014

Aumenta percepción de riesgo y caen los bonos de la República

VÍCTOR SALMERÓN |  

EL UNIVERSAL
La posibilidad de que Venezuela ingrese en un ciclo de inestabilidad política que incluya protestas violentas en las calles, se añade al temor de que la administración de Nicolás Maduro incumpla el pago de la deuda externa y por tanto crece la percepción de riesgo, caen los bonos del país y se eleva lo que tendría que pagar el Gobierno para obtener financiamiento en el exterior.

En la jornada de ayer los bonos registraron caídas entre 1,5 y dos puntos, principalmente por el ingrediente político, pero las crecientes dudas sobre la capacidad de pago y la certeza de que no se han tomado las medidas adecuadas para contener el deterioro de la economía, explican un declive sustancial en los últimos meses.
El Global 27, título marcador, se cotiza en 65,5% de su valor, una magnitud que refleja un descenso de 35,5 puntos respecto al 13 de febrero de 2013.
Actualmente Venezuela tiene el riesgo país más alto del mundo. Al cierre de ayer si Venezuela emite bonos tendría que cancelar una tasa de interés de 14,6 puntos porcentuales por encima de lo que paga Estados Unidos, que es la Nación que se financia al menor costo.
El promedio de los países de América Latina es de 4,6 puntos y Ucrania, donde la crisis política es aguda, 12 puntos.


El default

Durante los últimos ocho días los analistas que siguen de cerca el desenvolvimiento de la economía venezolana reciben a diario llamadas de fondos de inversión preguntando insistentemente si el Gobierno cumplirá con el pago de los compromisos de deuda en divisas previstos para este año que, incluyendo a Pdvsa, suman 11 mil millones de dólares.

La principal razón para la incertidumbre es que el Gobierno emite señales de tener poca liquidez para atender la demanda de dólares del sector privado, donde empresas como Toyota están paralizando plantas, escasea la materia prima y los inventarios caen velozmente.
Las empresas recibieron por parte de Cadivi lo que se conoce como Autorización de Liquidación de Divisas (ALD) y con este aval, compraron materia prima u otro tipo de requerimientos a proveedores en el exterior. El problema es que las divisas no han sido desembolsadas y las compañías tienen una deuda por el orden de 9 mil millones de dólares.


El Gobierno no ha explicado claramente cómo cancelará estos compromisos, asumidos al emitir los ALD, y los inversionistas hablan de un default selectivo, es decir, hasta ahora se ha pagado la deuda externa pero a costa de secar al sector privado y sumergir a la economía en un período de elevada escasez e inflación.
La caída de las reservas es otra de las señales de alarma. Entre el 12 de febrero de 2013 y el 12 de febrero de este año el tanque de dólares que administra el Banco Central registra un descenso de 27% para aterrizar en 20 mil 525 millones, de los cuales, menos de dos mil millones están en efectivo.
Además el Gobierno ha querido mantener un tipo de cambio oficial sobrevaluado con lo que la demanda de divisas es muy alta y se teme que las posiciones en divisas de la República sigan en descenso.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, considera que "el default es un tema de probabilidades, creo que se ha elevado respecto a los tiempos de Hugo Chávez porque el gobierno de Maduro luce más inestable pero en mi opinión no veo peligro para este año, me preocuparía más, de seguir la tendencia actual, hacia el 2017 cuando hay una concentración de pagos de deuda".
Corredores estiman que el Gobierno tiene que hacer un esfuerzo para aclarar que los problemas de falta de divisas que tiene el sector privado no son un reflejo de la capacidad de pago de la República, de lo contrario, se expone a tener un riesgo tan elevado que prácticamente le cierra la puerta del financiamiento a través de emisiones de bonos.

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