miércoles, 4 de junio de 2014

DECLARACION DE EL GRUPO ÁVILA

ADVIERTE SOBRE MANIOBRAS DEL GOBIERNO PARA ABORTAR EL DIÁLOGO Y DESCONOCER EL COMPROMISO ASUMIDO CON LOS TESTIGOS INTERNACIONALES DE BUENA FE

La deriva autoritaria del gobierno venezolano se ha venido profundizando. No son pocas las actuaciones y declaraciones oficiales  que la confirman. Los medios han reseñado acusaciones falsas y amenazas veladas de personeros del gobierno, aderezadas con insultos y patrañas, en las que se apunta a la oposición democrática.
Durante los últimos 15 años, hemos podido oír las más estrambóticas fábulas sobre conspiraciones, golpes de Estado o magnicidios, sin que hasta la fecha se haya producido una sola evidencia que involucre a las personas que ha dicho el gobierno estarían envueltos en tales hechos.  
Luego de varios meses de protestas brutalmente reprimidas, que han conducido a miles de detenciones, a encarcelamientos arbitrarios y a destituciones de autoridades legítimamente electas, y después del pronunciamiento popular en dos municipios del país en los que se propinó derrotas contundentes a las fuerzas gubernamentales, la Nación ve ahora con estupor y descreimiento, que se levanta una nueva perversa tramoya en la que se pretende involucrar a personalidades de la oposición en un supuesto magnicidio, sin exhibir prueba alguna.  
Esta última acusación infundada se da en momentos en que la crisis económica y financiera se agudiza, la escasez de alimentos se incrementa, las contradicciones internas a las fuerzas oficialistas recrudece y la ingobernabilidad se impulsa.   La farsa del “magnicidio” sirve para tratar de justificar frente a la comunidad internacional  la represión violenta de los estudiantes y la cárcel de los dirigentes de la oposición, además de servir de “cortina de humo” frente a la grave crisis socioeconómica. 
No quisiéramos pensar que esta arremetida antidemocrática esconda el objetivo disimulado de torpedear o abortar el diálogo gobierno/oposición, que apenas comenzaba, con la participación del Vaticano y los Cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador como testigos de buena fe. Si el diálogo fracasa es por la exclusiva responsabilidad del gobierno.
La sincera disposición de la oposición democrática para sentarse a dialogar con el gobierno es consecuencia de una valoración responsable de las graves circunstancias que vive el país. Lo crítico de los problemas requiere de un acuerdo de mínimos que permita la gobernabilidad y evite el caos social, en el que todos perderíamos. Debe buscarse una salida constitucional y consensual sobre: el nombramiento de los nuevos integrantes de instituciones de la República; la libertad de los presos políticos; las detenciones ilegales y la marcha de aspectos fundamentales de la economía, entre otros temas.
El Grupo Ávila, en atención a sus principios y objetivos, advierte a la comunidad nacional e internacional, sobre el preocupante curso que está tomando el proceso político venezolano, en el que la responsabilidad del gobierno es determinante para encaminar el país por el camino de la paz y el bienestar de todos. Corresponde al gobierno hacer bueno el compromiso asumido con los representantes extranjeros y no obstaculizar con artimañas el necesario y urgente diálogo con la oposición y otros actores sociales.     

Caracas, 3 de junio de 2014 

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