Argentina: Nos robaron pero no fueron los buitres. Lecciones de un siglo perdido
Ya que a Axel Kicillof le gusta repasar la historia económica de la Argentina, nosotros procedemos a contarles también otra posible versión que igual ayuda a explicar el porqué Argentina ha entrado 3 veces en default en los últimos 28 años.
En 1913, Argentina era uno de los países más ricos del mundo. Su renta per cápita era de $4.921, similar a la de EEUU con $5.301, superior a la de Francia que tenía una renta per cápita de $3.485 y muy superior a Japón que tenía $1.387.
Hay países que han perdido una década. Argentina ha perdido un siglo. En 1950, la renta per cápita de Argentina ya era la mitad que la de EEUU. En 2011, la renta per cápita de EEUU era de $48.400, la de Japón de $45.900 y la de Francia de $43.100. La de Argentina se quedaba en $10.400. En todo un siglo y a pesar de partir de una mejor posición la renta per cápita Argentina apenas se ha doblado, mientras que otros países desarrollados han multiplicado por casi 10x su renta per cápita y eso además teniendo en cuenta la suerte que tuvo Argentina de no estar involucrada de forma directa en el desastre que supusieron las dos guerras mundiales.
El problema de la Argentina no está en los fondos buitres tras los que ahora se escudan sus gobernantes, sino en décadas y décadas de despilfarro de la cosa pública que le han llevado a ir acumulando déficit público tras déficit público y pasar de quiebra en quiebra sin arreglar su principal problema… la mala gestión de sus políticos que uno tras otro han sumido al país en un siglo perdido.
A principios de los años 90 Argentina optó por implementar la ley de convertibilidad cómo medida para poder atar en corto a su Banco Central y acabar con el periodo de hiperinflación de los años 80. La ley establecía un tipo de cambio fijo entre el peso y el dólar de forma que el Banco Central Argentino sólo pudiera emitir pesos en relación con la cantidad de dólares que tuviera en sus reservas el país.
Bajo este nuevo esquema económico, Argentina ya no podía monetizar su déficit público cómo había hecho en los años 80 bajo el gobierno de Raúl Alfonsín. Había sido la monetización de un déficit público totalmente descontrolado lo que había producido una década de alta inflación que acabó con un periodo de hiperinflación. Con la ley de Convertibilidad el gobierno de Menem ya no podía financiar el déficit público generado por el gobierno imprimiendo dinero.
Sin embargo, Menem, en lugar de reducir el déficit, optó simplemente por cambiar la forma con la que se financiaba el hueco anual en las arcas públicas. De imprimir billetes, pasó a vender activos (YPF) o a financiarse vía deuda externa tomando prestados dólares que entraban en el país y que por lo tanto permitían al Banco Central Argentino poder emitir pesos.
A pesar de que desde que se independizó de España en 1816, Argentina había entrado en default 6 veces (Argentina se ha pasado en situación de default 1/3 de su historia), y con los ahorros destruidos en los años 80 por la hiperinflación, Menem volvió a los mercados internacionales para financiar el déficit del gobierno. Debido a su falta de credibilidad cómo acreedor y falta de protección jurídica en anteriores defaults, Argentina tuvo que emitir esta nueva deuda bajo la legislación del Estado de Nueva York en los EEUU. Es decir, en caso de disputa con los bonistas, Argentina aceptaba que estas fueran resueltas por un juez de Nueva York y no por la ley Argentina.
Los bonos emitidos en los años noventa por el Gobierno de Menem tenían dos particularidades adicionales. Incorporaban una cláusula paripassu (es decir que Argentina se obligaba a tratar a todos los bonistas en las mismas condiciones) y carecían de una cláusula de acción colectiva( cláusulas que establecen que el acuerdo alcanzado por un determinado número de bonistas obliga al resto a aceptar el acuerdo).
Recuerden llegados a este punto, que nadie obligó a Raúl Alfonsín a tener un déficit público ni a financiarlo imprimiendo billetes, como tampoco nadie obligó a Menem a tener un déficit público y financiarlo emitiendo deuda y además a emitir una deuda sin cláusulas paripassu ni de acción colectiva.
El default de 2001:
Así cuando Argentina volvió a entrar en default en 2001 con más de $93 mil millones de deuda, la deuda impagada en caso de conflicto quedó sujeta a la decisión de un juez de los EEUU, y no tenían cláusula de acción colectiva, y si tenía cláusula paripassu.. es decir el peor de los escenarios posibles para intentar reestructurar una deuda de forma agresiva.
Y sin embargo, Argentina logró negociar de forma agresiva la reestructuración de su deuda. Finalmente, en 2010, el 92% de los acreedores aceptaron una quita (reducción de su acreencia) del 70% del importe de la deuda (en los default que han realizado los Estados en los últimos 20 años la quita media ha sido del 43%) pero no llegó a ningún acuerdo con el 8% restante de acreedores que no aceptaron las condiciones de la reestructuración y que sin cláusula de acción colectiva no estaban obligados a aceptar una quita del 70%.
Los fondos buitre:
Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, se tomó la decisión política deignorar completamente la existencia de esos bonistas (denominados holdouts) que habían quedado fuera del acuerdo de reestructuración. Incluso hasta los llegaron a borrar de los informes oficiales de acreedores, bajando así el ratio de deuda/Pib del país. Para los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner los holdouts simplemente dejaron de existir. Pero ignorar un problema no significa que este no siga presente.
Parte de esos bonos que quedaron fuera de la reestructuración fueron comprados a precios incluso por debajo de la quita del 70% a los hoy denominados fondos buitre. En ese momento Argentina podía haber sido la compradora de esos bonos, los habría comprado por debajo del precio de la reestructuración y el problema se hubiera terminado. Pero Argentina no le prestó atención y en lugar de liquidar de una vez por todas una reestructuración que cerró en falso decidió liquidar de una y al 100% la deuda que tenía con el FMI, mientras seguía ignorando a los holdouts.
El resto de la historia ya es conocida por todos. Parte de los holdouts llevaron a Argentina a los tribunales de Nueva York, el juez Griesa leyó los contratos, aplicó la ley y falló a favor de los holdouts y el Gobierno Argentino en lugar de buscar una solución imaginativa para cerrar de una vez por todas la reestructuración de la deuda de 2001 optó por incumplir la sentencia.
Se puede decir lo que queráis sobre si la sentencia del juez Griesa es justa o no, sobre si los fondos buitres no tiene moralidad. Pero la realidad es que aquí el único que tiene un problema es el Gobierno de la Argentina que dio por cerrada una reestructuración que por las cláusulas que tenía su deuda no había cerrado.
¿Quién es el verdadero buitre?
El problema de los argentinos no es el juez Griesa, ni son los fondos buitres. El problema de los Argentinos está, año tras año, gobierno tras gobierno, desde hace ya más de un siglo, en que se sigue gestionando mal la cosa pública y se encadena déficit público tras déficit público, y así no me crean los déficits públicos los tiene que acabar pagando alguien.
En el caso de Argentina muchas veces los han pagados los acreedores aceptando quitas, otras muchas los han acabando pagando los ciudadanos de uno de los países más ricos del mundo que han visto como llevan un siglo perdido.
Ahora que vaya Alex Kicillof y le explique al juez Griesa, que Argentina es sólo una pobre víctima del malvado dinero de los fondos buitres y que tienen todo el derecho a poder ignorar a parte de sus acreedores así como los contratos firmados para poder seguir manteniendo unos hábitos de gasto insostenibles. El juez sólo aplica la ley de los contratos firmados. Las consecuencias que conlleva de gastarse el dinero y no respetar los contratos no es su problema.
Hablando de gastar dinero. Me he puesto a revisar la evolución de las déficits fiscales de Argentina. Llegué hasta 1960. No hay ni un sólo año hasta hoy en superávit. Y la mayoría de ellos están con déficits que van de entre el 5% y el 20%. ¿Y ahora la culpa es de Griesa? ¿El problema lo tiene Griesa?
Y para acabar. Apunte para pseudo Keynessianos.. lo siento pero parece que ir manteniendo déficits fiscales perpetuos no crea precisamente riqueza.
Por cierto, el último rumor es que podía ser un banco norteamericano, el JP Morgan, el que sacara a Argentina del default en el que se ha metido comprando los bonos de los holdouts. Ironías de la vida.
Me gusta el lema de “Basta Buitres. Argentina unida en una causa nacional”. ¿Sólo queda preguntarse quienes son los verdaderos buitres? Los fondos oportunistas, o los políticos argentinos que llevan encadenando año tras año, déficit tras déficit, un festín de despilfarro desenfrenado del dinero público.
Por Guru Huky/gurusblog.com
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