Alberto Barrera Tyszka
¡Epa! ¿Sobre qué vas a escribir esta semana?
De pronto me detiene un tipo en la calle. La memoria es cada vez más infiel. Su cara me parece conocida pero no sé de dónde, tampoco recuerdo su nombre. Tienes que escribir sobre lo del cumpleaños ¿Viste esa vaina? Es una locura. A este paso, van a terminar celebrando el día que lo bautizaron, el día que soltó el primer buche, el día que por primera vez dijo agú-agú…Finalmente están cumpliendo su sueño: convertir su vida personal en fechas patrias. Esto sí es salvaje: están privatizando la historia ¡Escribe algo sobre eso, chico!
Suena el teléfono: es el padre de un amigo. Un hombre entrañable, con más de ochenta años de indignación en la voz. Estuvo preso cuando Pérez Jiménez y hoy no sabe dónde poner la rabia, el asco. Deberíamos escribir el nombre de los estudiantes presos en todos los muros de este país, dice. Deberías escribirlos tú, todos los domingos, también dice. Uno a uno. Para no olvidar nunca que siguen encerrados.
Todos los miércoles también me llama por teléfono una prima, lejana en más de un sentido, intentando darme líneas para el domingo. Ella es una radical que cree que es sospechosamente sospechoso que yo diga que el chavismo existe. Está molesta porque critiqué a los “salidistas” y dije que las guarimbas eran un berrinche ¿Viste lo de Aveledo?, me comenta con obvio sonsonete. Y yo le digo: sí. Y ella me dice: ¿Y? ¿Qué piensas? Y yo: que es un líder de verdad. Con sensatez, con coraje, con altura. Que en política la impaciencia es amateur. Y ella: silencio. Y yo: más silencio.
¿Vas a escribir sobre el congreso del PSUV, verdad? Un compañero de la universidad me jala hacia su cubículo. Tienes que decir que la ideología del partido no se expresó en los discursos sino en las acciones: el uso exclusivo que hicieron de VTV, el recibimiento que le dieron a Carvajal…Las palabras no importan nada, exclama, mientras enciende su computadora: ¿Tú escuchaste al hijo de Maduro? No tiene desperdicio: “Formalmente en este congreso nos asumimos como chavistas, que es la sumatoria de todas las ideologías que promueven el liderazgo de la sociedad, social, de la base, del pueblo” ¿Qué tal?
Ayer vi a Rangel Silva en Venevisión, me comenta un amigo. Deberías escribir sobre eso. Dijo que él no aspiraba cumplir el 100% de lo que planificaba, que eso era irreal, que lo mejor era pensar siempre en llegar a 60% y ya, así no se creaban falsas expectativas. Cambié de canal, continúa, y estaba Diosdado Cabello en Globovisión. Volví a cambiar y había una noticia sobre Rodríguez Torres. Dilo el domingo, pana. La pantalla ya está uniformada.
Le escribo este mail porque estoy preocupada por lo que está ocurriendo en El Universal ¿Ha visto la cantidad de columnistas que han despedido? Sería bueno que usted se solidarizara con ellos, ¿no? El Universal, cada día, traiciona más su nombre. Cada día es un periódico más local, tan local que, a este paso, quizás termine pareciendo una gacetilla de un país llamado PSUV ¿No podría usted escribir sobre esto?
¿Y lo del pajarito? Eso está bombita, no digas que no. Mi vecino de cola en la farmacia acaba de darme un codazo. Más que para una columna, eso te da para hacer un tratado de la ornitología nacional. Qué pajarito ni que ocho cuartos. Aquí lo que hay es una parranda de vampiros y zamuros ¿Qué clase de presidente habla de pajaritos y dice que Chávez está feliz mientras, en el país, escasean los medicamentos para pacientes con cáncer?
Hubo un tiempo en que yo pensaba que tenía más domingos que cosas por decir. Ahora la realidad dispara todo el tiempo, día tras día. Por suerte, ahí está César Miguel Rondón. Esta semana cumplió 25 años reinventando las mañanas. Su lectura y comentarios de la prensa son un ejercicio de resistencia, parte de nuestra reserva democrática, un espacio donde todavía pueden pronunciarse las muchas versiones del país. Todas las otras voces que hoy llenan esta página.
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