viernes, 4 de marzo de 2016

Luis Alberto Machado

Eduardo Fernandez

Fue un distinguido servidor público. Fue ministro de Agricultura y Cría en el gobierno del presidente Rómulo Betancourt, secretario general de la Presidencia de la República en la primera administración de Rafael Caldera y ministro para el Desarrollo de la Inteligencia durante el gobierno de Luis Herrera Campins.

En esa última tarea se consagró dentro y fuera de Venezuela como un apóstol de la educación y del aprovechamiento del gran potencial intelectual de la humanidad.

Pensaba que todos los hombres teníamos derecho a ser inteligentes. Que la inteligencia no era un monopolio de ninguna raza, ni de ninguna clase social, ni de ningún país o grupo de países. Nada más democrático que sostener que cada ser humano, independientemente de donde nazca, ni en qué país, ni en qué clase social, ni con qué pigmentación racial, todos tenemos derecho a ser inteligentes y todos podemos aprender a ser inteligentes.

Sostenía Luis Alberto con gran entusiasmo que la inteligencia puede aprenderse, que todos, por tanto, podemos aprender a ser inteligentes. Y que el mundo será mucho mejor el día en que todos los seres humanos aprendamos a ser inteligentes.

La inteligencia comienza a aprenderse desde la más tierna infancia. Es un hecho evidente, comprobado por psicólogos y por pedagogos, que la edad clave para estimular el potencial intelectual de un ser humano son los primeros años de su existencia.

No es democrático, por tanto, que haya niños que comiencen la competencia por la vida con la ventaja de haber recibido una estimulación precoz en una institución maternal o preescolar y otros que no hayan gozado del mismo beneficio. La distancia entre unos y otros jamás podrá ser cubierta. Eso no es justo.

Luis Alberto fue muy conocido por el enorme apoyo que le brindó al programa del maestro José Antonio Abreu de educación musical para los niños y los jóvenes venezolanos.

Fue muy comentado su empeño en demostrar que unos modestos indiecitos pemones podían aprender a tocar el violín e interpretar las piezas más exigentes de los grandes maestros de la música.

Cuando fui candidato a la presidencia de la República, le pedí a Luis Alberto que me acompañara. A él le debo haber asumido como tema central de esa campaña, el tema de la educación.

Tuvimos la satisfacción de que más de 40% de los electores nos respaldaron. Lamentablemente no ganamos. Creo que, de haber logrado la mayoría, hoy Venezuela sería un país más inteligente, mejor educado y con menos problemas. Luis Alberto Machado, un gran venezolano.


@EFernandezVE

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