FERNANDO OCHOA ANTICH
Señor general:
La reciente lectura que usted hizo de un comunicado a nombre de la Fuerza Armada Nacional, el 23 de octubre de 2016, ha causado en la opinión pública un negativo impacto por su absurdo e inexplicable contenido. Han sido varios los artículos que le he dirigido, preocupado, como he estado, ante su equivocada gestión al frente del Ministerio de la Defensa, pero nunca me imaginé que usted podría cometer un error tan grave como es tomar una posición totalmente parcializada a favor de un grupo de partidos políticos en nombre de la Institución Armada. La Asamblea Nacional no se inmiscuye, como usted mantiene, en el funcionamiento de la Fuerza Armada Nacional cuando en representación de la voluntad soberana de nuestra sociedad, “exhorta a nuestra institución a exigirle al presidente de la República y al CNE que garanticen el ejercicio de los derechos políticos de los venezolanos y el respeto de la voluntad del electorado, especialmente del referéndum revocatorio y de las elecciones regionales, e insta a la Fuerza Armada Nacional a coadyuvar en el restablecimiento del Estado de Derecho, de la vigencia de los derechos fundamentales y de los principios democráticos”. Realmente, al tomar esa posición cumple cabalmente sus obligaciones constitucionales. Dolorosamente eso no ocurrió en la sede de la Asamblea Nacional cuando usted permitió que los militares de la Guardia Nacional Bolivariana no se hicieran presentes en el momento cuando una turba interrumpió las sesiones del Parlamento y que, además, faciliten constantemente que se golpee a los diputados de la oposición.
Usted realmente me sorprende. Su comunicado recuerda el contenido del artículo 328 constitucional al señalar “que nuestra institución es esencialmente profesional y sin militancia política, al servicio exclusivo de la nación y por tal razón resulta un contrasentido que se busque involucrarla en una situación apartada de sus competencias y eminentemente facciosa que obedece a objetivos de agrupaciones partidistas. Más perniciosa es aún la pretensión de exigir desobediencia e inacción ante dictámenes emanados de poderes públicos legalmente constituidos en un régimen democrático”. Usted está equivocado. Uno de los deberes fundamentales de la Fuerza Armada Nacional y de todos los ciudadanos, investidos o no de autoridad, es la de restituir la vigencia de la Constitución, cuando esta es violada. Los venezolanos mayoritariamente conocen que el Tribunal Supremo de Justicia ha obstaculizado sistemáticamente las decisiones de la Asamblea Nacional, en franca colaboración con los intereses del Ejecutivo, para después declararla, también inconstitucionalmente, en desacato por haber convocado al ejercicio de sus funciones a tres diputados del estado Amazonas.
Usted sostiene que “no puede exigírsele a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana lo que no ha dejado de hacer en ningún momento, que respeten y defiendan la Constitución. Así mismo sería contrario a la naturaleza prístina de la organización castrense actuar en contra de la sociedad a la que pertenece, bajo el fatuo argumento que supone una alteración del orden constitucional mediante un supuesto golpe de Estado que en modo alguno se ha llevado a cabo”. No logro entender cómo usted puede pensar de esa manera. Justamente, lo que le exigen los diputados de la Asamblea Nacional es que usted, los Altos Mandos y todo el personal activo de la Fuerza Armada Nacional valoren la tragedia que vive nuestro pueblo en medio del hambre, la escasez, la falta de medicinas y la inseguridad. Ustedes también deberían reflexionar y concluir en que los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro destruyeron a Venezuela. Dilapidaron los elevadísimos ingresos petroleros que tuvieron por más de catorce años y endeudaron a Venezuela por cantidades difícilmente calculables, en medio del desorden financiero y la creciente corrupción. El colmo ha sido la destrucción de Pdvsa. La han conducido tan irresponsablemente a su actual crisis que ni siquiera pudo cancelar sus bonos en estos días, y se vio obligada a garantizarlos con la empresa Citgo para que fueran recibidos los nuevos bonos en reemplazo de los anteriores por algunos de sus acreedores, ya que la mayoría no lo hizo.
Usted mantiene en el comunicado que “no se ha producido ningún acto de fuerza que obligue la invocación del artículo 333 constitucional. Esa conducta sistemática no es más que un mecanismo subrepticio y pernicioso de promover injerencia, incluso la incursión de una potencia extranjera en territorio patrio con el que aspiran, en forma vil, a materializar sus oscuras ambiciones de poder. Su verdadero propósito no es otro que afectar gravemente la institucionalidad mediante el caos y la anarquía para derrocar formalmente al gobierno legítimamente establecido del señor Nicolás Maduro que, para nosotros, no es una parcialidad política sino el presidente constitucional de la República y el comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
Creo que se equivoca una vez más. En verdad, es un acto de fuerza del Ejecutivo utilizar infinitas triquiñuelas jurídicas para suspender el derecho al voto de la inmensa mayoría del pueblo venezolano que desea revocar al presidente Maduro. Ese acto arbitrario e inconstitucional compromete totalmente la supuesta legitimidad del actual gobierno y la autoridad del presidente Maduro sobre la Fuerza Armada Nacional. Usted sabe perfectamente bien que no existe ninguna amenaza real contra la soberanía nacional. Lo que sí es verdad, es la total entrega de Venezuela al régimen fidelista. Tampoco es aceptable que ustedes coloquen un cuadro de El Libertador, al lado de un retrato de Hugo Chávez. Todavía la historia no ha dado el juicio histórico de su actuación pero, actualmente una inmensa mayoría de los venezolanos la rechaza totalmente. Ustedes, de esa manera, irrespetan la trascendente figura histórica de El Libertador.
Lo más delicado del comunicado es la contradictoria e inaceptable actitud que usted y el Alto Mando de la Fuerza Armada Nacional tomaron durante su lectura. Usted inició el comunicado recordando el contenido del artículo 328 de la carta magna, pero premeditadamente olvidó parte de su contenido: “En el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso de persona o parcialidad política”. ¿Usted no cree que su equivocada posición podría traer como consecuencia una ruptura de la unidad interna de la Fuerza Armada Nacional en un momento tan complejo de nuestro devenir como país? ¿Cómo pueden ustedes declararse apartidistas y a la vez utilizar el inaceptable eslogan del PSUV: “Chávez vive, la patria sigue. Independencia y patria socialista, viviremos y venceremos”? Esa es una flagrante violación de la Constitución que usted y el Alto Mando hacen permanentemente, comprometiendo la legitimidad de Nicolás Maduro y de su gobierno, que al permitirlo debilita totalmente su autoridad moral como comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional.
Ustedes deben reflexionar y determinar con claridad el real sentimiento que tienen los venezolanos. Lo que todos queremos es sencillamente votar en paz ¿Creen usted y su Alto Mando que podrán evitar por la fuerza que esto ocurra? No lo creo. Usted, con su equivocada posición, compromete el destino de Venezuela y de la Fuerza Armada Nacional. Reflexione y cumpla sus deberes militares.
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