Comer de la mano
CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
jueves 11 de noviembre de 2010
El alcalde de Libertador allana la UCV. Él es siquiatra y conoce el significado profundo de un insaciable deseo de humillar. Se confiscan empresas, se amenaza a todos. Hay síntomas políticos en el atentado contra directivos de Fedecámaras, y más bien sorprende que llamar a los productores "burguesía apátrida" no haya precipitado aún más violencia, como los discursos de Hitler provocaban cacerías de judíos. El Gobierno protege grupos paramilitares afectos, con zonas liberadas, autonomía operacional, armamento de guerra y códigos de justicia militar para la población civil. ¿Alguien querrá crear un ambiente de violencia, sangre, terror -como en Alemania, España, Chile y Argentina en sus momentos- para propiciar un golpe o un autogolpe que detenga la amenaza electoral? En manifestación de pánico, alguien huye hacia delante y manda mamarrachos a desconocer resultados electorales del futuro. Pero en 2012 comerán de la mano de la oposición. Y si lo intentan, serán electrocutados.
Cada día el Gobierno da un nuevo paso hacia el caos, cuando da otro hacia la dictadura y destruye todo para imponer a contramarcha un modelo de sociedad demencial, antihistórica y que comienzan a abandonar hasta en Cuba. Revienta los engranajes del Estado y arrastra el suministro de los bienes y servicios que ya le había arrebatado a la ciudadanía. Todo se descompone. Eso tiene un costo electoral para el régimen, desde la buena hora que las fuerzas democráticas definieron la electoral, pacífica y democrática como única vía para enfrentar la barbarie. Si no llegamos a los extremos cósmicos de estulticia pasada, llamémosla durandiana (rindamos homenaje a ese vertedero de pescadería, la mente de Armando Durán) tales como "la constituyente", "el 350", Plaza Altamira o las "guarimbas", iremos en forma a la gran batalla de diciembre de 2012.
En el chavismo se está desarrollando una discusión sobre su proyecto, desde Martha Harnecker y Dieterich hastaaporrea.com y es notable el silencio de los dirigentes. Los chavistas de buena fe saben y les arde cómo se desaparecen miles de millones en Pdvsa, Pudreval, CVG, Metro, Cadafe, al tiempo que se hace la revolución confiscando fábricas de frascos, siembras de cebolla y gallineros. Hay gente en el chavismo que quisiera darle una marcha más racional a las cosas y saben, por ejemplo, que toda acción contra Polar es suicida porque nos dejará sin qué comer. El más inocuo intento extrainstitucional serviría a los fines totalitarios, así como cualquier tentación de responder en su terreno a los paramilitares. La sensatez y la exhortación a la concordia, a la unidad nacional. Hay que abandonar la prédica sadomasoquista contra los partidos o contra quienes han triunfado en gobernaciones, alcaldías, Asamblea Nacional y demás posiciones de poder.
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