domingo, 28 de noviembre de 2010

MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA: "LA LEY CONTRA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL ES ANTIDEMOCRÁTICA"

El Presidente ha ordenado a la AN aprobar cuanto antes el proyecto de ley contra la cooperación internacional que los venezolanos organizados puedan recibir.

La intención del proyecto es tan antidemocrática, como inconstitucional el empeño presidencial en dirigir todos los poderes del Estado.El Muro de Berlín, como símbolo del aislamiento impuesto y del temor de un poder supuestamente fuerte al espíritu humano libre, es uno de los oprobios de la humanidad en el siglo XX. A los venezolanos nos toca la vergüenza de que nuestro gobierno quiere levantar su propio Muro de Berlín legislativo en el siglo XXI.

Lo que el gobierno persigue es asfixiar cualquier expresión organizada de los ciudadanos venezolanos que sea independiente de él. No existe financiamiento público para esas organizaciones, se acosa y amenaza a quienes pueden financiarlas en el país, y ahora se quiere prohibir el financiamiento externo.

Los venezolanos tienen libertad de asociarse. La Constitución lo reconoce y garantiza. La única exigencia es la licitud de los fines. No tiene pues fundamento la posición del gobierno. Sus alegatos son excusas para ocultar la verdad: no quiere que los venezolanos se organicen fuera de su control hegemónico.

Las ONG’S afectadas por la legislación injusta, antidemocrática e inconstitucional que se quiere imponer, cumplen funciones socialmente útiles en el campo educativo, socio-económico, de los DDHH, deportivos, culturales, cívicos y de la solidaridad en distintas formas.

En cuanto a la política, aparte de la hipocresía del discurso de un gobierno que todavía no ha explicado, ni investigado, el caso del maletín requisado a los pasajeros de un vuelo de PDVSA a Buenos Aires, debería ser innecesario aclarar que la función de los partidos es perfectamente constitucional y lo que se plantea es una forma de perseguirla.

La Mesa de la Unidad Democrática condena esa legislación, cuyo espíritu represivo es contrario al signo humanista de nuestra Constitución, de los tratados internacionales suscritos por Venezuela y del consenso democrático que prevalece en el mundo actual, como producto del avance de la libertad y la derrota histórica de los modelos totalitarios.

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